Conocemos la difícil situación, de la gran mayoría, del
estamento militar institucionalista, que todavía no ha sido encarcelado.
Conocemos lo complicado que podría ser el asomar la cabeza, en un medio
minado de corruptos, traidores, espías e infiltrados cubanos dentro y
fuera de las fuerzas armadas, pero llegó la hora de hacer respetar
nuestra Constitución, y echar por siempre de nuestro país, a la escoria
castrocomunista cubana que nos subyuga.
Las FAN se deben al pueblo y están obligadas a velar por el
cumplimiento de nuestra Constitución, nunca al castrocomunismo. El
verdadero pueblo claramente se ha expresado en los pasados comicios,
para que ahora el asesino Castro y sus títeres violentando
procedimientos y leyes, pretendan desconocer, la voz arrolladora del
pueblo, que grito con su voto, ¡ya basta!.
Si las fuerzas armadas no toman cartas de inmediato en esta
gravísima situación, llevarán de por vida, su conciencia salpicada, por
la sangre de hermanos mártires del pueblo venezolano, que serían
asesinados, por reclamar su derecho a elegir. Si las
FAN no intervienen, el verdadero pueblo venezolano, harto de trampas,
ventajismo y represión se verá obligado a salir a las calles a defender
su voto o a morir en el intento.
Huestes de colectivos paramilitares, de asesinos y psicópatas armados entrenados como mercenarios del régimen, se preparan aupados por Cabello y Maduro títeres y voceros de Castro, para masacrar a un indefenso pero indetenible pueblo, reclamando un derecho inviolable expresado con el voto, para conseguir democracia justicia y libertad.
Las FAN no le pertenecen a Castro ni a al séquito de
Generales traidores, corruptos y narcotraficantes que se han enriquecido
vendiendo su alma al Diablo. Estos generales han traicionado
su juramento delinquiendo y permitiendo que la bandera cubana del
opresor castrocomunista sea izada en nuestros cuarteles, reverenciando
la bota opresora de Castro que los pisotea, y mancilla, pretendiendo
llevarse, nuestra dignidad, junto a la última gota de nuestros recursos,
aunque el precio a pagar para mantenerse, sea un baño de sangre.
Militares, llego la hora de recordar que su juramento fue
velar por la constitución y la Patria, nunca por el Castrocomunismo.
Haciendo respetar la Constitución renacerá una nueva Venezuela,
ignorando esta ignominia, serán cómplices y enterradores de un valiente
pueblo, asesinado por salir a las calles a clamar Libertad.
Ruiz Pineda
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