Por: Agustín Blanco Muñoz
Fuente: Historia Actual
En la actualidad, aunque no se vocea, en la conducta de las oposiciones
puede leerse el deseo, al que muchos le atribuyen reales posibilidades,
de que Nicolás Maduro (NM) emprenda la retirada. En la práctica se
dice: ¡Maduro vete ya! Y materialmente se escucha del otro lado el ¡Uh
ha, Maduro no se va!
En la primera oportunidad la consigna se acompañó con actuaciones que
alcanzaron el campo del golpismo. Y el movimiento de repudio social
que se levanta a partir del 2001 es asumido por la conducción política
para llevarlo a la terrible derrota del 11A-02.
Desde entonces, el avance del modelo castro-chavista, que combina la
práctica totalitaria propiamente dicha con las del fracasado
socialismo del verticalismo y la imposición.
Una práctica que ahora se disfraza con un tal Estado de Derecho y
Democracia que no va más allá de una cobertura para el resguardo de los
atropellos que se acometen y que les lleva, entre otras cosas, a
conformar una legislación propia para-la-revolución socialista del
siglo XXI. A eso se destina la ley Habilitante que hoy solicita NM.
Por su parte las oposiciones se han mantenido en la línea de la lucha
electoral. Frente al esquema de la dominación socialista que suma todos
los poderes bajo su propia interpretación y aplicación de la
constitución y las leyes de su república bolivariana, creada por y para
ellos, se levanta un supuesto opositor incapaz de entender esta compleja
realidad.
De allí que limiten su actuación oficial a lo electoral aunque en su
seno haya grupos que no dejan de pensar en la consabida tesis de la
unidad cívico-militar de la que pueda surgir una salida diferente.
Y esta posición al parecer adquiere mayor espacio a partir de los
resultados electorales del 14A que determinan un cuadro histórico que es
necesario considerar.
Desde ese momento se aceptó un compromiso ineludible. Se llamó a
enfrentar a un gobierno ladrón que, desde la maquinaria estatal-PSUV, le
había pasado por encima al triunfo de Capriles, para colocar como
presidente a NM.
Por primera vez un candidato presidencial de la “era democrática” se
había lanzado a una denuncia tan radical como terminante, con carácter
de ruptura y acompañada con un llamado a la calle.
Pero luego de presentarse un escenario de muertos y heridos, se desmontó
lo actuado mediante un llamado a la protesta “cívica y pacífica”. Y
cuando el CNE convocó a las elecciones regionales, los mismos que acusan
al organismo del robo del 14A, llaman a su gente a votar en las mismas
condiciones, aunque agregando: si nuestra votación es masiva, del 65% o
más, no nos podrá robar el ladrón que es el CNE.
A esta hora la decepción y animadversión por la cuestión electoral es
dimensional. Muchos decidieron no votar mientras prevalezcan las
actuales condiciones. Y la dirigencia no encuentra cómo convencerlos
para que vuelvan al “pasquín electoral”.
Pero la evidencia de que aquí no hay salida electoral, permite que
resurjan viejas y gastadas posiciones calificadas de golpistas.
En la actualidad el rumor es abundante. Para muchos vivimos una
creciente inestabilidad política, materialmente irreversible. La
delicada situación económica crea un descontento que se hace sentir en
la sociedad civil y militar. La gente en general no aguanta más.
De allí que se llegue a ver como inminente una salida cívico-militar o
un alzamiento popular. Por esto se alimenta el “¡Maduro vete ya!” que
irremisiblemente verá surgir el “¡Maduro no se va!”
Es evidente que este cuadro no puede resolverse a partir de la
aplicación de la nueva mercancía electoral. Se sabe que la base de este
sistema es la compra-venta y que la ganancia corresponde al mejor
postor.
De modo que desde ahora se puede cantar el resultado rojo-rojito el
08D-13, con 200 o más alcaldías y el otorgamiento del premio consolación
a los agentes de la convalidación del proceso, los mismos que el 14A
pegaron el grito de “¡Ahí va el ladrón!”
Reiteramos: el triunfo del 08D no será sólo un plebiscito. La llamada
revolución intentará resguardar sus poderes a través de las comunas, que
son estructuras radicales en lo político y lo militar, dispuestas a
poner el proceso socialista del siglo XXI por encima de todos los
conocidos.
Y en este escenario aún hay gente, no cuadrada con la MUD, que se
pregunta si debe o no ir a votar. Esto quedó de manifiesto en el foro de
este lunes 21 en la Cátedra Pío Tamayo, titulado: El comportamiento del
sistema electoral el 08D-13: ¿Otra edición del mismo fraude-trampa?
Los ponentes Marisol Sarría, Guillermo Salas, Alberto Zambrano y Luís
Manuel Aguana advirtieron lo que es un sistema electoral montado sobre
la trampa-engaño-fraude, pero dejaron espacio para la solicitud de
precisión que hizo Alfredo García Defendini: ¿Creen ustedes que hay que
votar para convalidar la trampa ya montada o abstenerse?
El profesor Aguana en artículo del 22/10 señala la respuesta que, por
falta de tiempo, no pudo dar en el foro. Ante este dilema establece: No
votar es válido si hay una organización que administre los resultados de
esa abstención. El autor sabe que esa organización no existe. ¿Se
colige, en consecuencia, que en lugar de proceder a trabajar por su
existencia se limitará a cumplir con “el sagrado deber del voto” que
califica de fraudulento?
Por nuestra parte, no hemos avalado ni avalaremos el fraude-trampa en
ninguna de sus ediciones. Pero tampoco las aventuras que puede haber
tras el grito destemplado del “Maduro vete ya” que le haga el juego a la
simple mezcla de angustia-vacío-emoción y a los propios planes de
intensificación represivo-persecutoria de este perverso y saqueador
régimen.
Seguimos proponiendo la organización del Movimiento de Movimientos como
entidad de lucha y pelea por y para la formación de una verdadera
democracia, que nos saque de esta humillante situación de
expaís-expatria-exnación-exrepública y exsoberanía. ¡Qué historia
amigos!
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