Las emboscadas son una de las prácticas
más usuales en la guerra por el poder o por la vida. Es un ataque
sorpresivo sobre un enemigo que se encuentra ocupando una posición temporal. También se refiere al sistema de caza del reino animal usado por depredadores. En todo caso, en la modernidad (pensamiento ilustrado), las emboscadas en la política, se revierten. Son expresión cerote. De torpeza y debilidad. Y las emboscadas fracasan, por carecer de arete y veritas.
En España el uso de esta táctica la
privó de la mayoría de sus bosques, pues durante la invasión musulmana
los quemaban para obligar al enemigo a salir a campo abierto. Algo así
hizo Capriles con sus declaraciones incendiarias a Tal Cual (26D). Pero
ningún “adversario” se dio por aludido, porque ni se sienten enemigos ni
son culpables de nada. Fue la gente la que se encargó de ponerle un
parado (…) Henrique dijo: “Aquí no hay espacio para ‘La Salida’ si
pretendes mantener la Unidad. Quien quiera eso, le saldremos al frente
con firmeza (…) Hay gente que le encanta mandar a revisar a otros, pero deberían revisar sus propias actuaciones”.
Pues la unidad -con el perdón de los
unitarios- me luce una suerte de emboscada que no hay que endiosar. La
unidad no es un fin en sí mismo. Es un medio para rescatar la
democracia. Pero no autoriza demonizar otros caminos. Capriles es quien
divide con trivialidades, mientras es a él a quien la historia ya le
cuestiona su incapacidad de recobro. El aurinegro pretende adueñarse del 6D. Pero habría que recordarle que no hubiese existido una participación electoral tan elevada, si no hubiésemos tenido “La Salida”.
Y gran parte de los resultados
obtenidos, fueron gracias a la vigilancia liderada por la operación
“Canta Claro” del Movimiento Vente liderado por MCM, quienes plantaron
nómina in situ. Los venezolanos también votaron reconociendo los
sacrificios de Machado, López y Ledezma. Y hoy piden amnistía. ¿La exige
Ud. Capriles? No se la he oído (…) La política basura fue rechazada el 6D, por lo que todo aquel que aspire ser Presidente de Venezuela, es “quien debe revisar
profundamente sus propias actuaciones”. La idea -a fin de cuentas- no
es enfocarse más en “La Salida”, sino concéntrense en entrar el 5E-2016.
Venezuela se fastidió de la indigencia política. Mal trajeada. Muy inhumana. Muy primitiva. Muy depredadora. La política
pasó del “arte de lo posible”(Leibniz) al arte de la conspiración.
Habrá quien sostenga que la conspiración es en sí misma un arte. Pero al
decir de Justino Sinova, “estamos hablando no del arte de resolver
problemas, sino del arte de creárselos al prójimo”. Seres humanos
ungidos de codicia y gula. Embriaguez de poder. Pues otro mensaje del
6D, fue ponerle fin a la mezquindad y la trampa. El pueblo quiere
cambio. Y no sólo en lo material sino espiritual. El pueblo quiere
tranquilidad. Y es la virtud de la nobleza lo que garantiza amplitud
para abrir la ruta de la prosperidad y la paz.
El rostro de la gente en Venezuela
registra hartazgo a las burlas, las manipulaciones y el chantaje. Maduro
y Cabello -confesos en aquello que “era Chávez quien contenía sus
locuras”, las han desatado todas (…) Y personajes como Guanipa y
Capriles entierran a PJ con sus bofes personales. No es así como se
logra auténtica unidad. No la electoral, sino la impostergablemente
humana y ciudadana. La gente ya descifra (y desecha) las enceladas. Y no
se deja atrapar. Rebotan toda agresión contra quienes saben,
renunciaron a su libertad, a sus privilegios y hasta arriesgaron su
vida, por nosotros.
Sinova habla de la emboscada política como la trituradora insidiosa. Advierte “que gente con capacidad sobrada para la gestión política,
no quiere saber nada de una actividad concebida como maquinación contra
el adversario”. España arde en las maniobras corruptas de la política
sucia. Sacaron a muchos de “sus naranjales” quemando abedules, ¡y les
llegó Podemos! A nosotros nos llegó lo propio (…) En 1993 un parlamento
en contubernio con la antigua CSJ y el MP, emboscó a CAP, anotándose un
autogol llamado revolución (…) Caldera con su “mar de fondo”, también
nos emboscó. Aquella tarde del 04F-92, en plenaria del extinto Congreso
-horas después del golpe de Chávez- la democracia culminó en un
chiripero, prólogo de lo que tenemos. La constituyente de 1999, fue otra
emboscada de poses complacientes con el gendarme. El resto es historia viva, que podríamos escribir reversionando El Príncipe de Maquiavelo por El manual rojo de la emboscada política. ¿Cómo entender entonces que Borges presida la AN, si ha sido presa fácil entre diálogos y coqueteos?
La cosa cambió. La voluntad de asedio
feneció y el complejo de punching ballexpiró. Los indignados, chavistas
de todas las clases y pelotones, y opositores de todos los tipos,
rompieron filas. La política-desecho, no emplaza. Nadie está dispuesto a
pagar el altísimo costo de su desprestigio. No más creencias y mitos
limitantes. No más cooperantes volteando agendas. Al decir de Petit da Costa,
la gente viene y ¡viene brava! Capriles, ¡cuidado! El verdadero fracaso
es no saber distinguir entre aliados y adversarios. Todo decanta (…)
¡Feliz año!
EU/EC
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario