18 de noviembre 2015 - 12:01 am
La intención del gobierno de desconocer el resultado
electoral de las parlamentarias el próximo 6 D ya es vox populi. Se
habla de un megafraude que ha encendido las alarmas en Venezuela y el
mundo. La pormenorizada y determinante carta del secretario general de
la OEA, Luis Almagro, a la presidente del CNE, Tibisay Lucena –“No puedo
hacer la vista gorda ante hechos concretos que claramente vulneran
derechos en el marco de la campaña electoral y el propio proceso
electoral…”– es un inventario de todas las faltas en las que ha
incurrido el organismo electoral para torcer la voluntad popular y
favorecer el ventajismo de los candidatos oficialistas, además del
regaño y del penoso llamado que le hace a la rectora para que cumpla con
su deber y garantice la transparencia del proceso electoral. La carta
de Almagro es solo una píldora de las consecuencias que tendría un
fraude.
La OEA y la Unión Europea no se quedarán de brazos
cruzados, también la Corte Penal Internacional de La Haya, que ya
admitió una demanda por crímenes de lesa humanidad contra el Estado
venezolano, donde se anexan las declaraciones del presidente Nicolás
Maduro advirtiendo que si la oposición toma el control de la Asamblea
Nacional “sucederían cosas muy graves, se desataría un proceso de
confrontación de calle” y que él mismo “sería el primero en lanzarse a
la calle junto al pueblo para defender la revolución”. Los organismos
internacionales tienen montados en la olla a Maduro, Diosdado y, por
supuesto, a la Lucena.
En lo interno, la reacción de la Fuerza
Armada Nacional no será la misma que en fraudes anteriores, porque hay
una oficialidad que ha tomado conciencia del grave daño hecho a la
soberanía del país con la injerencia de los dictadores cubanos en los
asuntos nacionales y en su institución. El megafraude es un escenario
que se está analizando en la oficialidad. Nuestras fuentes militares
aseguran que hay unidades, con sus respectivos comandantes, que se van a
sumar para rescatar la institucionalidad democrática y los valores
morales socavados por los “narco-soles”. Su fin primordial es la plena
vigencia de la Constitución nacional bolivariana. ¡Ahora o nunca!
“Representante especial”
Al
sospechoso rechazo del CNE a una observación electoral confiable para
las elecciones parlamentarias le siguió un convenio con Unasur que
finalmente acompañará los comicios legislativos. La misión electoral la
encabezará el ex presidente de República Dominicana Leonel Fernández,
que ha sido designado “representante especial”.
La Lucena y Unasur
nos volvieron a hacer la señal de costumbre con enviados
incondicionales del régimen y gente como Fernández, que tiene muchas
razones para agradecer y devolver los favores que Hugo Chávez le
hiciera durante su mandato. Remito a los lectores a consultar mi columna
del 23/12/09, titulada “Caja de Pandora”, donde revelo los rentables
negocios y tratos preferenciales que obtuvo para su país Leonel
Fernández durante su gobierno, además de un acuerdo secreto para
favorecer al presidente del Partido Comunista dominicano, Isa Conde, y
al ciudadano dominicano Miguel Mejías –amigos del presidente Chávez y
aliados de las FARC– con instrucciones de enviarle dinero a la guerrilla
y a otros grupos en el Medio Oriente.
Cuáles serían las razones
del secretario de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba,
para aplaudir esa misión y asegurar que “será radicalmente distinta a
las demás, que no viene a hacer comparsa”, cuando la encabeza Leonel
Fernández, redactor junto con Fidel Castro del documento constitutivo de
Petrocaribe, en Puerto La Cruz, y quien facilitó la entrada y
residencia a los boliburgueses en República Dominicana.
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