Fuente: CCD
La intervención de Banco de Madrid se ha convertido en una mina de
información sobre la red de lavado de dinero conformada por ex
funcionarios del gobierno y sus cómplices en el sector privado, o como
se les conoce popularmente en Venezuela: la boliburguesía.
Todo indica que varias empresas españolas depositaron en cuentas de ex
funcionarios venezolanos en Banco Madrid cuantiosos sobornos a cambio de
contratos.
A continuación, la nota de El Mundo escrita por los periodistas Carlos Segovia y Fernando Lázaro:
El servicio Antiblanqueo ha descubierto en Banco Madrid contratos
sospechosos de empresas españolas con el ex jefe de inteligencia de Hugo
Chávez que pueden suponer hasta 90 millones de dólares en comisiones a
cambio de su ayuda en la súper obra del Metro de Caracas.
El presidente venezolano terminó adjudicando el proyecto a un consorcio
español formado por CAF, Constructora Hispánica, Cobra y Dimetronic por
valor de 1.850 millones de dólares y las comisiones pagadas fueron del
4,8% del total.
En el informe del Servicio Ejecutivo de Prevención de Blanqueo de
Capitales (Sepblac) remitido a la Fiscalía consta que las cuatro
empresas españolas no sólo estaban unidas en el consorcio que logró la
multimillonaria rehabilitación del metro de la capital venezolana.
También tenían otro nexo, el de contar con un mismo socio para
“asesoría”, “apoyo comercial” o “representación”, un mismo comisionista
para que las ayudara a conseguir el contrato.
El agraciado era la empresa Tecnotren de Venezuela, que tiene como
importante accionista, -con un 40% del capital- a un cliente de Banco
Madrid, Carlos Luis Aguilera Borjas. Como ya publicó EL MUNDO el pasado
lunes, se trata del ex jefe de los servicios de Inteligencia e incluso
ex guardaespaldas personal de Hugo Chávez en la pasada década.
Alianza con Tecnotren
En la filial española del banco andorrano BPA consta que tanto
Constructora Hispánica, como Cobra y Dimetronic, firmaron por separado
contratos con la empresa de Aguilera en la que le garantizaban un 4,8%
de comisión de lo que consiguieran en el contrato del Metro de Caracas.
No aparece también el contrato de CAF, pero sí consta que la
constructora vasca tenía también firmada una alianza con Tecnotren.
Si pagó la misma comisión que las otras tres, la empresa de Aguilera
puede haber cobrado hasta 90 millones de dólares. Sin el concurso de CAF
habría ingresado cerca de 50 millones.
Además, estas compañías españolas tenían también formada una Unión
Temporal de Empresas (UTE) con otra empresa venezolana, Servicios para
Metro (Semeca), también participada al 40% por Aguilera.
“Llama la atención, entre otros factores, que las tres empresas
-teniendo objetos sociales diferente- elijan al mismo consultor y que en
los tres casos se elija una retribución variable y no fija, siendo
además idéntico el porcentaje de remuneración”, se afirma en el informe
del Sepblac que obra en poder de este periódico.
Según los especialistas, estos contratos se firmaron entre octubre de
2007 y junio de 2008. El 3 de octubre de ese año, el consorcio español
logró el contrato del metro, arrebatándoselo a un rival francés.
En aquellas fechas, al frente del Gobierno estaba en España José Luis
Rodríguez Zapatero. Las relaciones comerciales con Venezuela eran
potentes. De hecho, el Ministerio de Defensa, a cuyo frente estuvo José
Bono hasta 2006, había formado importantes contratos con el Ejecutivo
venezolano para la venta de material militar.
Cobra pertenecía ya en esa época a la constructora ACS y Constructora
Hispánica estaba presidida por Alfonso García Pozuelo, ahora imputado
por el caso Gürtel.
Pago de comisiones
El pago de estas comisiones se une al ya publicado por este diario con
respecto a Duro Felguera. La empresa asturiana, que registró ayer una
fuerte caída en Bolsa, pagó 50 millones al ex viceministro de Energía
del régimen de Chávez, Nervis Villalobos, por prestar «asesoría oral» en
el contrato de construcción de una central de ciclo combinado en
Venezuela por valor de 1.500 millones de dólares.
Aguilera era cliente de Banco Madrid y al Sepblac le ha llamado la
atención en especial porque recibió, en agosto de 2013, una
transferencia desde Suiza de 600.000 euros y remitió a EEUU 87.973
dólares semanas después.
Indicios no comunicados
En opinión de los investigadores, «concurren indicios de blanqueo de
capitales» y critican que Banco Madrid ni aplicó un examen especial a
Aguilera ni comunicó al Sepblac tales indicios.
Pero no sólo los apellidos de Aguilera y de Villalobos aparecen en el
informe del Sepblac sobre dirigentes del anterior régimen venezolano de
Hugo Chávez.
También del aparato de Seguridad de Chávez es otro cliente de Banco
Madrid, el ex viceministro Alcides Rondón. Es uno de los casos en los
que la entidad incumplió, según los investigadores, su obligación de
realizar un examen especial, tal y como establece el artículo 52.1 g de
la citada Ley de 2010.
Es el mismo caso de Francisco Rafael Jiménez Villarroel, ex dirigente de
la petrolera PDVSA, también cuando era presidida por Rafael Ramírez.
Esta gigantesca empresa venezolana, clave para la economía de su país,
figura de forma destacada en el informe estadounidense como importante
plataforma de fondos.
Pero además de vínculos con el anterior ejecutivo venezolano, en las
pesquisas figuran también importantes movimientos de tramas criminales
relacionadas con la mafia china (operación Emperador) o con la rusa
(operación Clotilde).
El informe elaborado por los especialistas del Banco de España se
encuentra ya en manos de la Fiscalía, que ha decidido abrir unas
diligencias previas.
El guardaespaldas de Hugo Chávez
El hombre de la seguridad. Un militar de la máxima confianza de Hugo
Chávez. El que fuera presidente venezolano confiaba a ojos ciegos en él.
No en vano, Carlos Luis Aguilera había sido uno de sus guardaespaldas,
del primer cinturón de seguridad, cuando llegó al poder tras las
elecciones de 1998. Pertenecía a su guardia de corps. Aguilera participó
junto a él en el fallido golpe de Estado que dio el chavismo antes de
alcanzar el poder. Cursó estudios de Ingeniería en Sistemas (aunque no
los acabó). Fue el último director de la Disip antes de que se creara el
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Llegó a estar
también al frente de la dirección de Relaciones presidenciales y ocupó
la cartera de viceministro de gestión Comunicacional al Ciudadano.
Aunque ni es residente en España ni tiene doble nacionalidad, el que
fuera gerifalte del chavismo señaló como dirección una vivienda de
Pozuelo (Madrid).
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