JCR
Lunes, 17. Noviembre 2014 - 14:21
El
líder de Podemos se enfrenta a sus palabras elogiando el régimen de
Venezuela, y diciendo que los medios privados son incompatibles con la
libertad de expresión.
Pablo Iglesias,
recientemente elegido secretario general de Podemos, se ha enfrentado a
una estrevista en su medio de comunicación privado favorito: La Sexta. Ha sido en el programa El Objetivo, dirigido y presentado por la periodista Ana Pastor, que le ha puesto en más de un aprieto, del que no siempre ha sabido salir airoso.
Pastor le enfrentó a sus propias palabras, elogiando al régimen de Venezuela. El programa rescató varias intervenciones de Pablo Iglesias en televisión. En ellas, decía: “Hoy los demócratas hemos perdido a uno de los nuestros”, en referencia a la muerte de Hugo Chávez.
“Y si me permiten un consejo de politólogo, mis colegas periodistas, ni siquiera el cáncer podrá hacerles el trabajo sucio. Tengan cuidado. Chávez vivo es muy peligroso para los poderosos, pero muerto sería invencible”, dijo en otra ocasión Pablo Iglesias, otorgándole poderes más allá de la vida. “Los que defendemos el proceso bolivariano”, dijo también en otra ocasión, “siempre estuvimos preocupados porque el mismo estuviese vinculado necesariamente a la figura de Hugo Chávez Frías”. Reconoce también: “Me emociona escuchar al comandante. Se le echa mucho de menos. ¡Cuántas verdades nos ha dicho este hombre!”. Y cree que “el problema es que algunos quieren matar a Chávez antes de tiempo, porque eso les daría la ocasión de conseguir lo que no consiguieron en el golpe de Estado del 2002. Ni con todo el dinero invertido en desestabilizar una de las democracias más saludables del mundo”, la de Venezuela. En referencia a los españoles que viven en Venezuela, señaló en 2013: “¡Qué envidia me dan! Porque en estos momentos, tal como está la situación en Europa, es muy interesante vivir en un país como este, en el que se están produciendo tantos cambios, tantas transformaciones, que pueden convertirse en un ejemplo democrático para los ciudadanos del sur de Europa”.
Ana Pastor le preguntó, entonces: “Ha llegado a decir: ‘¡Qué envidia Venezuela!’ Un país que es el segundo más corrupto de América Latina. ¿Le da envidia, realmente?”. “Tienen algunas cosas que yo envidio, como por ejemplo la revocabilidad del presidente”, fue la respuesta de Iglesias.
La mujer de Leopoldo López, líder de la oposición encarcelado en febrero de este año por organizar una gran manifestación en contra del gobierno. Su mujer, recogiendo una sugerencia de un medio de comunicación (EsRadio), le escribió una carta a Pablo Iglesias como eurodiputado, solicitándole su auxilio. “Nosotros respondimos inmediatamente diciéndole: Nosotros estamos en la subcomisión de derechos humanos del Parlamento Europeo. Hágame llegar toda la documentación posible para que estudiemos el caso. Lo estudiaremos en detalle, y nos reuniremos con usted”, ha precisado Iglesias. Y luego sitúa todo el asunto en una conspiración del Partido Popular: “Me parece que esto tiene mucho más que ver con una operación mediática en la que algunos dirigentes del Partido Popular le han dicho a esta señora: vamos a utilizar que su marido esté en la cárcel para hacer daño a Podemos (…). Algunos están utilizando el sufrimiento de esta mujer y el sufrimiento de su marido para intentar hacer política contra nosotros”.
Más dificultades, aún, se encontró Pablo Iglesias al enfrentarse a sus propias palabras sobre el papel de los medios de comunicación privados: “Si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. E incluso que existan los medios privados ataca la libertad de expresión. Hay que decirlo abiertamente”.
Pero decirlo abiertamente en un medio de comunicación privado que le ha apoyado es más difícil, por lo que cambia, sólo aparentemente, de argumento: “Si hay muchos medios de comunicación privados, y si esos medios de comunicación son plurales, claro que no. Pero el problema es que si dos multimillonarios son propietarios del 95 por ciento de lo que se puede leer, lo que se puede escuchar y lo que se puede ver, esto es un riesgo. Puede que estos dos multimillonarios sean defensores de la libertad de expresión. Pero ¿y si un día se levantan con el pie izquierdo y dicen ‘no me gusta Ana Pastor, fuera; porque soy el dueño’”. Él ya ha dicho cómo quiere acabar con esa situación.
Sobre cuándo es más honrado Pablo Iglesias en sus declaraciones, él mismo da una pista: "Es verdad que cuando uno habla sin responsabilidades políticas, dice lo que le apetece. Y cuando uno habla con responsabilidades políticas, hay que ser mucho más prudente".
La libertad de educación también le crea problemas de conciencia a Pablo Iglesias. Lo que quiere hacer con la educación concertada es “reducirla a situaciones experimentales, en las que se puedan experimentar determinados elementos innovativos. Pero hay que terminar con el hecho de que con dinero público se esté financiando escuelas que segregan a niños y niñas”.
Luego va mucho más allá, pues dice que “en las que los métodos educativos no los eligen instituciones dependientes de la ciudadanía, sino instituciones privadas”. Esto afecta no sólo a instituciones concertadas, sino a los colegios privados. Pero Ana Pastor no se atreve a preguntar si le va a afectar también a estos.
http://www.gaceta.es/noticias/ana-pastor-acorrala-pablo-iglesias-17112014-1421
Pastor le enfrentó a sus propias palabras, elogiando al régimen de Venezuela. El programa rescató varias intervenciones de Pablo Iglesias en televisión. En ellas, decía: “Hoy los demócratas hemos perdido a uno de los nuestros”, en referencia a la muerte de Hugo Chávez.
“Y si me permiten un consejo de politólogo, mis colegas periodistas, ni siquiera el cáncer podrá hacerles el trabajo sucio. Tengan cuidado. Chávez vivo es muy peligroso para los poderosos, pero muerto sería invencible”, dijo en otra ocasión Pablo Iglesias, otorgándole poderes más allá de la vida. “Los que defendemos el proceso bolivariano”, dijo también en otra ocasión, “siempre estuvimos preocupados porque el mismo estuviese vinculado necesariamente a la figura de Hugo Chávez Frías”. Reconoce también: “Me emociona escuchar al comandante. Se le echa mucho de menos. ¡Cuántas verdades nos ha dicho este hombre!”. Y cree que “el problema es que algunos quieren matar a Chávez antes de tiempo, porque eso les daría la ocasión de conseguir lo que no consiguieron en el golpe de Estado del 2002. Ni con todo el dinero invertido en desestabilizar una de las democracias más saludables del mundo”, la de Venezuela. En referencia a los españoles que viven en Venezuela, señaló en 2013: “¡Qué envidia me dan! Porque en estos momentos, tal como está la situación en Europa, es muy interesante vivir en un país como este, en el que se están produciendo tantos cambios, tantas transformaciones, que pueden convertirse en un ejemplo democrático para los ciudadanos del sur de Europa”.
Ana Pastor le preguntó, entonces: “Ha llegado a decir: ‘¡Qué envidia Venezuela!’ Un país que es el segundo más corrupto de América Latina. ¿Le da envidia, realmente?”. “Tienen algunas cosas que yo envidio, como por ejemplo la revocabilidad del presidente”, fue la respuesta de Iglesias.
La mujer de Leopoldo López, líder de la oposición encarcelado en febrero de este año por organizar una gran manifestación en contra del gobierno. Su mujer, recogiendo una sugerencia de un medio de comunicación (EsRadio), le escribió una carta a Pablo Iglesias como eurodiputado, solicitándole su auxilio. “Nosotros respondimos inmediatamente diciéndole: Nosotros estamos en la subcomisión de derechos humanos del Parlamento Europeo. Hágame llegar toda la documentación posible para que estudiemos el caso. Lo estudiaremos en detalle, y nos reuniremos con usted”, ha precisado Iglesias. Y luego sitúa todo el asunto en una conspiración del Partido Popular: “Me parece que esto tiene mucho más que ver con una operación mediática en la que algunos dirigentes del Partido Popular le han dicho a esta señora: vamos a utilizar que su marido esté en la cárcel para hacer daño a Podemos (…). Algunos están utilizando el sufrimiento de esta mujer y el sufrimiento de su marido para intentar hacer política contra nosotros”.
Más dificultades, aún, se encontró Pablo Iglesias al enfrentarse a sus propias palabras sobre el papel de los medios de comunicación privados: “Si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada, se convierte en un privilegio. Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados. E incluso que existan los medios privados ataca la libertad de expresión. Hay que decirlo abiertamente”.
Pero decirlo abiertamente en un medio de comunicación privado que le ha apoyado es más difícil, por lo que cambia, sólo aparentemente, de argumento: “Si hay muchos medios de comunicación privados, y si esos medios de comunicación son plurales, claro que no. Pero el problema es que si dos multimillonarios son propietarios del 95 por ciento de lo que se puede leer, lo que se puede escuchar y lo que se puede ver, esto es un riesgo. Puede que estos dos multimillonarios sean defensores de la libertad de expresión. Pero ¿y si un día se levantan con el pie izquierdo y dicen ‘no me gusta Ana Pastor, fuera; porque soy el dueño’”. Él ya ha dicho cómo quiere acabar con esa situación.
Sobre cuándo es más honrado Pablo Iglesias en sus declaraciones, él mismo da una pista: "Es verdad que cuando uno habla sin responsabilidades políticas, dice lo que le apetece. Y cuando uno habla con responsabilidades políticas, hay que ser mucho más prudente".
La libertad de educación también le crea problemas de conciencia a Pablo Iglesias. Lo que quiere hacer con la educación concertada es “reducirla a situaciones experimentales, en las que se puedan experimentar determinados elementos innovativos. Pero hay que terminar con el hecho de que con dinero público se esté financiando escuelas que segregan a niños y niñas”.
Luego va mucho más allá, pues dice que “en las que los métodos educativos no los eligen instituciones dependientes de la ciudadanía, sino instituciones privadas”. Esto afecta no sólo a instituciones concertadas, sino a los colegios privados. Pero Ana Pastor no se atreve a preguntar si le va a afectar también a estos.
http://www.gaceta.es/noticias/ana-pastor-acorrala-pablo-iglesias-17112014-1421
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