Por: Antonio Maria Delgado
Fuente: El Nuevo Herald
La poetisa Balvina Jaqueline Muñoz Gómez
ha estado encarcelada desde el 22 de abril, acusada de “instigar al
terrorismo y al odio social” por escribir un cuento titulado “El Amor en
tiempos de Guarimba”. Cortesía: Venezuela Awareness
Balvina Jaqueline Muñoz Gómez se despertó abruptamente con los gritos y
los fuertes golpes que provenían de la entrada de su apartamento en una
fría madrugada del pasado mes de abril y, sobresaltada, se puso una bata
para ir a ver quién podía estar formando semejante alboroto.
Siendo una poetisa, dedicada por años al arte, Muñoz estaba acostumbrada
a hacer uso de su imaginación, pero no estaba ni remotamente preparada
para encontrarse con quienes le aguardaban del otro lado de la puerta de
su residencia en Caracas, y mucho menos sospechaba lo que querían.
Se trataba de 10 funcionarios de la División Contra el Terrorismo del
Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas
(CICPC), que después de abrirles irrumpieron al apartamento apuntándole
con sus armas. Tras confirmar su identidad, uno de ellos se le acercó y
le gritó: “dame la novela […] la que estás escribiendo […] ¡Dámela!”.
El caso es uno de los últimos reportados por la organización Venezuela
Awareness que muestra cómo la represión del régimen de Nicolás Maduro ha
pasado a castigar todo tipo de disidencia dentro del país, con
encarcelamientos y enjuiciamientos arbitrarios a personas que en
ocasiones ni siquiera estaban participando en las manifestaciones de
protesta.
Según el informe de la Organización No Gubernamental, Muñoz actualmente
enfrenta cargos de “instigar al terrorismo y odio social”. La principal
prueba incriminatoria contra ella consiste en el borrador de su primera
novela que recoge las vivencias de los jóvenes que protestan en las
calles.
El uso arbitrario de la justicia venezolana ha sido documentado por
distintas ONGs que velan por la preservación de los derechos humanos, e
incluye el encarcelamiento de individuos que van desde venezolanos que
simplemente se encontraban en el lugar equivocado cuando agentes del
orden reprimían las protestas, hasta abogados que trataban de defender a
los detenidos.
“Lo que está ocurriendo en Venezuela es espantoso”, comentó Patricia
Andrade, presidenta de Venezuela Awareness, organización que lleva años
denunciando el uso del sistema judicial del país con fines de
persecución política.
“Tenemos casos de detenciones arbitrarias y de torturas de personas por
solo atreverse a pronunciarse públicamente contra el régimen”, como
sucedió recientemente con Gerardo Resplandor, un estudiante detenido que
fue salvajemente golpeado por emitir una pequeña nota que luego fue
publicada en las redes sociales recomendando a sus compañeros que
mantuvieran las protestas, dijo.
“Lo metieron en un cuarto, lo sentaron, le cayeron a golpes y le dijeron
‘no vuelvas a publicar una carta más’ ”, afirmó Andrade, quien mantiene
contacto con los familiares y los representantes de los detenidos en
Venezuela.
Según Andrade, la represión ejercida por Maduro se está dando en etapas y
el régimen parece estar concentrándose actualmente en erradicar el
derecho a opinar.
“Se está criminalizando y castigando la opinión, el derecho a opinar, y eso es lo que sucedió con esta señora [Muñoz]”, comentó.
La poetisa, quien desde el 22 de abril permanece en la temible cárcel de
mujeres de Los Teques, estaba escribiendo una novela corta donde
ilustraba la realidad de los jóvenes venezolanos bajo tiempos de escasez
y represión.
Titulada El Amor en tiempos de Guarimba, la obra estaba inspirada en la
detención “arbitraria” de su hijo Angel Asdrúbal Zambrano Muñoz, quien
había sido interceptado por las fuerzas del chavismo semanas antes,
cuando estaba parado frente a la puerta de su residencia.
Muñoz sintió gran indignación por el maltrato que recibió su hijo, quien
también fue golpeado durante su arresto por parte de efectivos de la
Guardia del Pueblo, una especie de milicia organizada por el chavismo
para resguardar “la Revolución Bolivariana”.
Según el informe de Venezuela Awareness, Muñoz comenzó a escribir porque
quería “registrar cada detalle de la realidad del venezolano, sin
instar al odio ni a la polarización”.
La poetisa también llevaba un tiempo organizando a un grupo que llamaba
“Los Libertarios”, que consistía de jóvenes sin filiación política
dedicados a emprender trabajo comunitario, “al apego a la vida sana y al
deporte, alejados de las drogas y formados en el estudio de la Historia
y la Geografía nacional”.
El informe señala que Muñoz fue denunciada por una agente que había
infiltrado la organización liderada por la poetisa y que informó que
ella estaba escribiendo la novela.
Después de su arresto, Muñoz fue presentada ante el Tribunal Penal
Noveno en funciones de Control, que la remitió a la Cárcel de Mujeres
del INOF en Los Teques. El 10 de junio, durante la audiencia preliminar,
la fiscal del Ministerio Público Francis Avila solicitó el pase a
juicio por el cargo “instigar al terrorismo y odio social”, reservado en
las leyes para individuos de alta peligrosidad.
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