El sistema político deslucido que queremos desmontar,
promueve la injusticia desde el Tribunal Supremo de Justicia: este
proceder evidencia una irrebatible falta de Democracia. El régimen
pretende prohibir la protesta legalizando antivalores extraños a la
cultura plural y libertaria del pueblo
de Venezuela. La desobediencia emana naturalmente ante tales
arbitrariedades, por lo que hacemos un llamado legítimo y amparado en
el derecho natural a toda la juventud y a todos sus estudiantes a seguir
por la senda de la Libertad: estamos avanzando hacia la victoria
definitiva.
Nuestra lucha es por la Libertad de los
Venezolanos: por eso nos unificamos como Nación, para recuperar la
Soberanía de Venezuela, para echar al invasor castrocomunista extranjero
que nos pretende colonizar al mejor estilo explotador de los siglos
pasados. Por el despertar de ese sentimiento nacional que nos acomuna
como pueblo y nos hace ver el peligro real de desintegración que vive
Venezuela, se han desvanecido las falsas barreras ideológicas montadas
por el régimen entre las clases sociales,
para dar paso a nuestro combate por una digna existencia: hoy el pueblo
está unido alrededor de su Libertad, y este esfuerzo se solidificó con
la valentía de sus hijos.
Por eso, el régimen utiliza a
sus cuerpos de inteligencia para arrestar niños y jóvenes que luchan por
un futuro que hoy no tienen, en vez para desmantelar a la delincuencia
que en cambio reina en este sistema político corrupto como su brazo
armado. Sus acciones nos dan aún más la razón: promueven la inseguridad
para infundir el terror y dominar al pueblo. Todos los niños y jóvenes de Venezuela han escuchado al menos un disparo de arma de fuego:
hemos vivido la violencia de este sistema. Es por eso que la juventud
venezolana combate por una vida en Libertad; único valor que dignifica a
todo ser que quiera considerarse persona, otorgándole una existencia
que le permita sentirse orgulloso de sí mismo y del país que habita.
Por todas estas razones y por muchas otras, desconocemos al sistema judicial
de este régimen, porque procede en contra de los principios más
elementales de nuestra cultura venezolana, atenta en contra de nuestros
valores como país y en contra del derecho natural que es anterior a
cualquier pretensión autoritaria de gobierno. Este régimen, en vez de
justificar el orden a través de la protección a sus ciudadanos, los
encierra en prisión y los humilla violando todos los Derechos Humanos.
Nuestro
propósito, el de los jóvenes y estudiantes venezolanos, está
funcionando: se fortalece la resistencia con la participación de los
médicos, maestros y profesores, amas de casa, barrios y urbanizaciones,
trabajadores, transportistas, comerciantes y los vecinos de las
comunidades que se suman a luchar por un mejor futuro para sus hijos.
Compañeros de la resistencia:
Como
Generación, hemos atendido con valor y coraje el llamado que nos hizo
Venezuela. Muchos de nosotros, al no haber conocido nada que no fuese
este régimen de antivalores, estamos dispuestos y decidimos conquistar
nuestra Libertad o morir en el intento. Sin Libertad
no se vive: se vegeta o se muere. No alcanzarán las cárceles del
régimen para encerrarnos a todos, para encarcelar a todo un país. No hay
calabozo tan grande para confinar a esta pasión libertaria que hace
renacer de nuevo a Venezuela. Ante toda adversidad, nosotros vamos
hacia delante con la frente en alto: nuestro ideal es a prueba de todo
mecanismo represor, el miedo ha desaparecido, invadiendo el campo de
los invasores y de sus cómplices traidores.
Mientras el
régimen siga asesinando, torturando, secuestrando, encerrando y
desapareciendo a los jóvenes y niños venezolanos que luchan por su
futuro en Libertad, más elevada, noble y reñida será nuestra
Resistencia.
Exigimos la liberación de nuestro compañero Douglas Morillo y la de todos los jóvenes y niños injustamente encarcelados por luchar por su futuro: querer un mejor país no es un delito.
¡Venezuela no te fallaremos!
Libertad o Nada
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