Declaraciones del Secretario de Estado de los Estados Unidos,
John Kerry
Washington, DC
Febrero 21, 2014
Los
Estados Unidos está muy consternado por las crecientes tensiones y
violencia en Venezuela. Enviamos nuestras condolencias a las familias de
las personas que resultaron muertas por esta trágica violencia.
Estamos
particularmente alarmados por reportes de que el gobierno de Venezuela
ha arrestado o detenido a decenas de manifestantes anti-gobierno, y ha
ordenado la aprehensión del líder de la oposición Leopoldo López. Estas
acciones tienen un efecto perturbador en los derechos de los ciudadanos
para expresar su inconformidad en forma pacífica.
Nos
unimos al Alto Comisionado de las Naciones Unidas, al Secretario
General de la Organización de Estados Americanos, al Alto Representante
de la Unión Europea y a otros organismos al rechazar esta violencia sin
sentido.
Hacemos
un llamado al gobierno venezolano a que facilite el espacio político
necesario para un dialogo efectivo con el pueblo venezolano y libere a
los manifestantes detenidos. Instamos a todas las partes a trabajar para
restaurar la calma y a abstenerse de la violencia.
Las
libertades de expresión y reunión pacifica de los ciudadanos son
derechos humanos universales. Estas son esenciales para una democracia
funcional y el gobierno venezolano tiene la obligación de proteger estas
libertades fundamentales y la seguridad de sus ciudadanos.
Estoy observando con creciente preocupación la situación en
Venezuela. A pesar de los llamados de la oposición democrática de ese
país y de la comunidad internacional, el gobierno venezolano ha
confrontado a los manifestantes pacíficos con la fuerza, y en algunos
casos con vigilantes armados que dicen apoyar al gobierno. Ha apresado a
estudiantes y a una figura clave de la oposición. Ha limitado la libertad de expresión y de asamblea, necesarias para el debate político legítimo, y además hoy reforzó las restricciones a los medios de comunicación, al revocar las credenciales de los reporteros de CNN en Español. Esta no es la manera en que se conducen las democracias.
Todo gobierno tiene el deber de mantener el orden público, y todas
las partes, incluyendo los manifestantes de la oposición, deben
abstenerse de la violencia. El uso de la fuerza y la intimidación
judicial por parte del gobierno en contra de los ciudadanos y de figuras
políticas que ejercen un legítimo derecho a la protesta es inaceptable,
y solamente aumentará la probabilidad de violencia.
Hago un llamado al gobierno venezolano para que desista de sus
esfuerzos para frenar la disidencia por medio de la fuerza y a que
respete los derechos humanos básicos. El gobierno debe liberar a los
miembros de la oposición encarcelados e iniciar un auténtico proceso de
diálogo con la oposición democrática. La solución a los problemas de
Venezuela sólo podrá hallarse por medio del diálogo entre todos los
venezolanos, participando con el libre intercambio de opiniones, en un
clima de respeto mutuo.
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