Ficha personal
Ex ministro del Interior
Ex dirigente del PCV y luego de URD
Cofundador del MVR
Ex presidente de la ANC
Luis
Miquilena, que fue uno de los hombres de mayor confianza de Hugo
Chávez, habla de los chavistas con decepción: “Ya no son los mismos
luchadores que fueron al principio. Y a falta de Chávez, apelan a la
bayoneta de la Asamblea Nacional y del Poder Judicial”.
Como
presidente de la Asamblea Nacional Constituyente contribuyó a edificar
la infraestructura jurídica del país y hoy lamenta que la Constitución y
las leyes se hayan convertido en instrumentos de persecución política.
En
medio de la crisis de abril de 2002 retiró su apoyo al Gobierno y desde
entonces está en la acera de enfrente, como un crítico acérrimo. A los
94 años de edad está dispuesto a colocarse a la cabeza de una
movilización nacional para detener los abusos gubernamentales y cita
como los más recientes atropellos el allanamiento de la inmunidad
parlamentaria del diputado opositor Richard Mardo y el congelamiento de
las cuentas bancarias del presidente editor de El Nacional, Miguel Henrique Otero.
–¿Cuál es la trascendencia de la defenestración de Mardo?
–El
Gobierno no le da tregua a la oposición en su política represiva contra
las libertades ciudadanas. Y para eso necesita ir desbrozando su camino
de adversarios. Tiene una lista de personas a quienes poco a poco lleva
a la guillotina que tienen montada: un sistema judicial que está al
servicio de la política electoral del Ejecutivo. El agravante en el caso
de Richard Mardo es que, además, el Poder Legislativo, que también
forma parte de la cadena represiva, ha llegado a la iniquidad miserable
de violar la disposición constitucional para allanarle la inmunidad
mediante una mayoría simple de los diputados de la Asamblea Nacional y
no como lo manda la Constitución, es decir, con el voto de las dos
terceras partes.
–¿Si todos los poderes públicos están controlados por el oficialismo, qué opciones quedan para enfrentar los abusos?
–Ese
es el principal reto que tiene la oposición. Es necesaria la
movilización nacional para canalizar el descontento de los que realizan
protestas de todo tipo. Se debe emprender una lucha activa y sostenida
para afrontar hechos como el allanamiento de Richard Mardo. Es necesario
que la gente tome la calle y que la protesta se sienta. Por supuesto,
con métodos absolutamente pacíficos. El pueblo en la calle es la única
forma de detener los atropellos del Gobierno.
–¿El
Gobierno está obligado a dialogar y negociar con sectores de la
oposición o concentra poder suficiente para imponer su voluntad?
–El
diálogo es intrínseco al sistema democrático. Esa necesidad de diálogo
es mucho mayor cuando se trata de un gobierno como este, que tiene
tantas limitaciones, tanta incapacidad para resolver los problemas de la
gente. Pensemos en el alto costo de la vida, la escasez de alimentos y
la inseguridad, como lo más relevante.
–¿Cuál es la diferencia de la lucha contra el adversario político en relación con gobiernos anteriores?
–A
mí me tocó participar en la resistencia contra la dictadura, y la
persecución política desarrollada en los últimos años es propia de una
dictadura: la acción represiva directa contra el adversario. La
diferencia con gobiernos anteriores es la socarronería de disfrazar la
represión con una máscara legal.
–El argumento del Gobierno en el caso de Mardo es que se está luchando contra la corrupción.
–Es
una burla afirmar que se está luchando contra la corrupción mientras
funcionarios de diversa jerarquía se han enriquecido impúdicamente en
perjuicio del patrimonio público. ¿Qué pasó de las denuncias de
corrupción contra el actual presidente de la Asamblea Nacional cuando
fue gobernador del estado Miranda? La lista inmensa de irregularidades
que fueron descubiertas permanece impune. Ningún fiscal ni juez se
atreve a hacer la más mínima investigación sobre esos casos.
–¿Qué opinión le merece la conducción de la Asamblea Nacional por Diosdado Cabello?
–Este
caballero que la dirige es un patán. No tiene ningún sentido de
parlamentario. Es deleznable como maneja la Asamblea Nacional.
–¿Cómo evalúa los primeros 100 días de gobierno de Nicolás Maduro? ¿Se ha fortalecido? ¿Se ha debilitado?
–El
pobre de Nicolás Maduro no sabe qué hacer con el gobierno, como aquel
minero que se encontró una inmensa piedra de oro y que de la noche a la
mañana se convirtió en un potentado. Por decisión del que él llama su
padre, Maduro apareció como presidente de la república sin tener las más
mínimas condiciones para ejercer ese cargo. Pretende imitar a Chávez,
pero lo hace de una forma tan burda que termina convertido en una
verdadera caricatura. Si tuviera un poquito de sentido común, hubiera
procurado que alguien colaborara con él para resolver los problemas más
apremiantes.
–¿Cómo podría superar Maduro los cuestionamientos a su legitimidad derivados de su negativa a hacer un recuento de votos?
–La
legitimidad de un gobernante está en proporción directa a su capacidad
de resolver los problemas del país. Los problemas no se resuelven con
populismo ni con represión. Tienen que usar la cabeza y ello implica
entenderse con todos los sectores involucrados en cada caso.
–¿Maduro es autónomo en sus decisiones o su gobierno está tutelado. ¿Quién o quiénes serían esos tutores?
–Maduro
está gobernando bajo el peso de un complejo muy serio porque quiere
imitar al amo, y eso ya lo hace dependiente. En segundo lugar, su poca
capacidad para gobernar también lo hace dependiente. Yo no sé a quién
consulta, pero los resultados no son los mejores.
–A
instancias de la Fiscalía, un tribunal ordenó el congelamiento de las
cuentas bancarias de Miguel Henrique Otero. El afectado asegura que es
un mecanismo de censura y el Gobierno, que se trata de una querella
privada. ¿Qué opina usted?
–Lo de Miguel Henrique es un
ejemplo de cómo esta gente usa todos los elementos que tiene a su
alcance para atacar lo que ellos consideran más venenoso, como lo
consideran todos los que actúan como aprendices de déspotas. Estamos
hablando del ataque a la libertad de prensa. La extensión de una acción
privada contra Miguel Henrique a un proceso penal revela que no hay
escrúpulos para golpear la libertad de prensa. Lo que ocurre es que El Nacional trasciende a Miguel Henrique. El Nacional es una institución, es una parte de la historia de Venezuela que quieren atacar con chapucerías.
–Chávez cerró la televisora más antigua de Venezuela: RCTV. ¿Hasta dónde puede llegar Maduro?
–Aquí
nada va a ser gratis. El Gobierno está en plan agresivo para cercenar
las libertades democráticas progresivamente. Todo va a depender de cómo
nos organicemos, y yo me incluyo en esa organización para desarrollar
una lucha sostenida por las libertades.
–¿Las medidas contra los medios pueden acarrear costos políticos para el Gobierno?
–Yo
creo que si queda un poco de raciocinio, el Gobierno debe recordar que
después del cierre de RCTV tuvo su primer revés electoral, con el
rechazo mayoritario a la reforma de la Constitución. Si siguen en ese
camino, cabe aquello de que los dioses ciegan a los que se quieren
perder.
Gladys, la arrendadora
Miquilena
cuenta que era amigo de la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia,
Gladys Gutiérrez. Que la conoció porque era la propietaria de un
apartamento que él le alquiló para que lo ocupara Chávez.
“Ella
llegó al poder de esa forma, por carambola. Después circuló la versión
de que ella no cobró nada, pero yo mismo me encargaba de pagarle
mensualmente la renta”, afirmó.
La estima que le tenía a Gutiérrez
se acabó con sus ejecutorias como magistrada del TSJ: “Yo acaricié la
esperanza de que ella no se prestara a acciones ruines, como las
emprendidas contra Mardo. Pero todos los magistrados del TSJ se
convirtieron en simples títeres de cualquier sargentón del Gobierno”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario