Andrés Oppenheimer aoppenheimer@elnuevoherald.com
Después de más de una década de relaciones económicas cada vez mas
intensas entre China y Latinoamérica, los nuevos titulares sobre una
posible crisis en China están empezando a causar nerviosismo en los
países chino dependientes de América Latina. ¡Y tienen buenas razones
para estar nerviosos!
En los últimos días ha habido una seguidilla
de informes alarmantes que pronostican lo que ya habíamos sugerido en
esta columna el 1ro. de junio: que el explosivo crecimiento económico de
China en las últimas tres décadas está llegando a su fin. Y eso
perjudicará a Venezuela, Argentina, Chile, Perú y otros países que han
crecido rápidamente en los últimos años en buena parte gracias a sus
exportaciones de materias primas al gigante asiático.
“Las señales
ya son inequívocas: China tiene grandes problemas”, escribió el
economista ganador del Nobel Paul Krugman en el New York Times del 18 de
julio. “No estamos hablando de algún revés menor en el camino, sino de
algo más fundamental… Podríamos decir que el modelo chino está a punto
de chocar con su Gran Muralla, y la única pregunta ahora es cuan grave
será ese choque”.
George Friedman, el fundador del influyente boletín geopolítico
Stratfor, publicó un artículo el 23 de julio titulado “El fin del
milagro económico chino”.
Refiriéndose al súbito cambio de opinión
en los medios internacionales sobre China, Friedman escribió que “ahora
la conversación está pasando de los pronósticos sobre cuan rápidamente
China alcanzará a Estados Unidos, a las consideraciones sobre cuales
serían las consecuencias de un colapso de China”.
El crecimiento
de China ha caído de tasas anuales de 10 por ciento en las últimas
décadas a un crecimiento proyectado en 7.5 por ciento —o menos— en 2013.
Y un reciente estudio conjunto del Banco Mundial y el Centro de
Investigación del Desarrollo de China predijo una caída a tasas anuales
del 5 por ciento en la próxima década.
El miércoles, hasta la
usualmente optimista Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe
de las Naciones Unidas (CEPAL) redujo su cálculo de crecimiento para
Latinoamérica en 2013 del 3.5 por ciento al 3 por ciento, en gran medida
por la disminución de importaciones de China.
Las exportaciones
latinoamericanas a China —principalmente de materias primas— se habían
disparado de casi $4,000 millones en el año 2000 a $71,000 millones en
el 2012. Y muchos economistas habían pronosticado que para 2015 China
superaría a Estados Unidos como principal socio comercial de
Latinoamérica, algo que ahora parece improbable.
El informe de la
CEPAL advirtió que estamos ante “el probable fin del auge de precios de
los productos básicos de exportación asociado a la expansión de China”.
Entre
los países latinoamericanos que se verán más perjudicados se cuentan
los exportadores de metales como Perú, Chile y Surinam, los exportadores
de petróleo como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Colombia, y exportadores
de alimentos como Argentina, dijo la CEPAL.
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