Antonio Maria Delgado
adelgado@elnuevoherald.com
El régimen de Nicolás Maduro aplicó el viernes una devaluación de
facto en Venezuela -cuyos alcances aún no han sido reportados- a través
del recién reformulado Sistema Complementario de Administración de
Divisas (SICAD), un mecanismo de subasta de dólares calificado por
economistas como “un monstruo cambiario de mil cabezas”.
El
sistema de subastas, uno de los pocos instrumentos para obtener dólares
legalmente para la gran mayoría de los venezolanos, podría haber llevado
el viernes el tipo de cambio por encima de 14 bolívares por dólar.
“Con
ese precio, estamos hablando de una macrodevaluación en Venezuela, la
cual tendrá un impacto que va a exacerbar la inflación. Al devaluarse la
moneda, es probable que durante los próximos seis meses se vaya a
potenciar esta tensión inflacionaria, que impactará en los precios de
los productos”, advirtió José Guerra, profesor de economía de la
Universidad Central de Venezuela.
Con el SICAD, “el gobierno lo que hizo fue crear un monstruo
cambiario de mil cabezas, con multiplicidad de tasas de cambio, cuando
lo que en realidad hay que hacer es crear una nueva política cambiaria
en la que tengamos un solo tipo de cambio, a través del cual los
venezolanos puedan adquirir sus divisas”, enfatizó.
Los resultados
de las subastas, en las que participaron cientos de empresas e
individuos, no fueron anunciados al público, pero economistas dijeron
que bien podría haber alcanzado cerca del triple del tipo de cambio
oficial de 6.3 bolívares por dólar, asignado para la importación de
productos de primera necesidad.
Solo $200 millones fueron subastados el viernes, $30 millones para individuos y $170 millones para empresas.
En
la subasta anterior, realizada en marzo, las ofertas colocadas por los
$200 millones subastados, promediaron $12.5 bolívares por unidad, según
informes de prensa locales.
Pero en esta ocasión, la cotización
promedio habría sido más alta, en vista de que habían transcurrido más
de tres meses desde la última licitación y que el tipo de cambio en el
mercado negro, cuya sola mención es ilegal en Venezuela, supera los 33
bolívares.
La subasta fue realizada en momentos en que el régimen
enfrenta serios problemas económicos, al encontrarse con que la renta
petrolera –que genera el 95 por ciento de las divisas que entran al
país- es insuficiente para cubrir los enormes costos de los programas
sociales del gobierno, los subsidios otorgados a la naciones amigas de
la “revolución bolivariana” y los cada vez mayores volúmenes de
productos importados.
El enorme apetito por recursos del régimen
agotó las reservas líquidas del país a niveles de $2,500 millones, desde
los $33,0000 millones en que se encontraban en el primer trimestre del
2009. Esa caída se produjo aún cuando los precios del crudo venezolano
se encuentran en niveles comparativamente altos de más de $100 por
barril.
Las subastas del SICAD fueron introducidas precisamente
para tratar de defender los pocos dólares en la arcas del Estado, pero
el mecanismo aplicado significa que los venezolanos solo están viendo
los primeros eslabones de una larga cadena de devaluaciones.
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