Un gran escándalo han causado en
Argentina las declaraciones de Miriam Quiroga Ex secretaria por más de
una década del fallecido presidente Argentino Néstor Kirchner, quien
asegura que durante su trabajo junto al ex mandatario presenció como
este recibía dinero en bolsas y lingotes de oro. Dijo también que quien
se encargaba de acuñar lo recibido era Daniel Muñoz, hombre de confianza
del mandatario. La revelación la hizo en ElTreceTv en el programa del
Periodista Jorge Lanata. Tal revelación ha alertado a los argentinos que
ya especulan sobre la existencia de una bóveda secreta en casa de los
Kirchner donde amazarían una fortuna producto de la corrupción. El tema
resulta sonoro por la forma como ha sido descrito por Quiroga, quien se
siente traicionada por Cristina Fernández de Kirchner por haberla
despedido -según ella como a un perro- del cargo que ocupaba como
directora del Centro de Documentación Presidencial el 5 de enero de
2011.
Recibir “dinero en bolsas o lingotes de
oro” nos hace imaginar un ejercicio totalmente apartado de los
principios que deben regir en la figura de un Presidente, el solo
imaginar la escena causa repugnancia y rechazo ante la posibilidad de
que así funcionen las cosas en el poder en la Argentina, (en la Casa
Rosada). Acto seguido se ha revelado el supuesto lavado de dinero por
parte de los Kirchner mediante la compra de futbolistas; otro rasgo del
perfil que encaja en el comportamiento histórico de los millonarios
corruptos durante sus excesos y, que emula a las actividades ilícitas
que en su tiempo realizaba el extinto y tristemente célebre capo de la
droga Pablo escobar Gaviria en Colombia. Si esto es verdad, -tal nivel
gansteril-, la actual presidenta Cristina Kirchner, viuda de quien
podría haber dejado un botín bajo tierra en caletas tras muros o
pasadizos secretos y gran parte también en los muslos de reconocidos
deportistas; sería la heredera del producto de la coima y el hurto al
erario nacional, pues nadie ha de ser tan iluso para suponer que el
dinero y los lingotes venían de parte de las hermanas de la caridad;
menos aun pensar que aquellos hechos no contaron con la anuencia de la
entonces primera dama.
Cuando quienes transitan por el poder
anteponen sobre los intereses generales sus lujosas vanidades se
incumple el deber de servir y se defrauda a los ciudadanos. Tal
“distracción” causa claros efectos en las decisiones y la gobernabilidad
que hoy se evidencian en el sonar de los cacerolazos que millones de
gregarios en las calles revientan indignados cada vez y cuando.
Argentina ha sido hace tiempo, aunque con continuos golpes económicos un
país progresista, es evidente que la política de Kirchner aliada a los
socialistas del siglo XXI no ha logrado priorizar los intereses
generales y ha resultado totalmente incompatible con la sociedad
pensante existente, hoy su discurso es una patética monserga y, su
gobierno ha empezado a mostrar el rostro que lamentablemente esconden
aquella clase de lideres políticos detrás del sofisma de distracción de
sus discursos caudillistas, que es; la corrupción desmedida
protagonista de bochornosos escándalos que avergüenzan a los cuarenta
millones de argentinos en sus veintitrés provincias. Los “K” como les
llaman a los Kirchner, han amasado una visible fortuna, han llegado al
poder con el mismo apetito que llegaron los colonizadores en el siglo
XVI en busca de la leyenda del oro de La Sierra de La Plata. Si
volviéramos a esto una historia de ficción miles de años en el futuro,
bien algún Spielberg, podría escribir una historia donde nuevos
colonizadores extraterrestres sedientos de los recursos y tesoros de
nuestro planeta, al llegar a América, a falta de los extintos tesoros de
Atahualpa, de las minas de Cerro Rico de Potosí, del Dorado, o de la
leyenda de la Sierra de la plata; bien pudiera ser que su búsqueda se
enfoque en el “tesoro” de los “K”. -Léase: botín-. Y de algunos cuantos
más que también ocuparon el mismo cargo público en otros países. Y que
en “viejos pergaminos” -en archivos digitales- hallaran el relato de
como llegó el día en que tanta ignominia fuera desterrada por el sonar
de las cacerolas de los indignados.
Fernando Balda
@fernandobalda
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