Damnificados piden soluciones al Gobierno. Un grupo de 18 familias se alberga desde hace casi 2 años en el hotel 5 estrellas.
El cuarto piso del hotel 5 estrellas Embassy Suites, localizado en El
Rosal, municipio Chacao, es un sitio inaccesible a la clientela. En las
habitaciones de ese nivel se alojan desde enero del año pasado 18
familias que perdieron sus viviendas por las fuertes lluvias registradas
en el territorio nacional. “Casi nadie cree que estamos en este lugar,
pues piensan que fuimos reubicados hace tiempo. La realidad es que
cumpliremos 2 años en esta situación. Somos 100% chavistas y denunciamos
porque estamos en desacuerdo con la gente que daña el proceso”, dijo
Marta Álvarez, quien se aloja en el sitio.
Agradecen la colaboración prestada por el personal del hotel,
que ha proporcionado en muchas oportunidades comida y enseres a los
albergados. Pero la mayoría de las familias quisieran poseer una casa
propia. “No tenemos un documento que certifique la adjudicación de
viviendas. Sabemos que algunos fuimos sacados de la base de
datos de la Misión Vivienda Venezuela. Hay un caso de una mujer que fue
asignada en dos urbanismos y, debido a la irregularidad, no le dan
casa. Sólo siete familias han podido irse de aquí”, explicaron.
La convivencia se ha convertido en un ritual. El acceso está
monitoreado por custodios en el estacionamiento del hotel, las visitas
son restringidas y las normas del hotel se mezclan con las del refugio.
“Hace ocho meses no aguantamos y protestamos cerca del Teresa Carreño.
Queríamos que el Presidente nos viera mientras iba a un acto en el
teatro. Pero eso no funcionó”, asegura Álvarez.
Dramas de pasillo
Los problemas son numerados por habitaciones en el piso cuatro del
Embassy Suites: en la 4-01 se aloja una pareja de edad avanzada, que
constantemente es atendida en Salud Chacao debido a recaídas. En la 4-04
está un anciano, otra persona y dos niños, uno de ellos especial. En la
4-05 hay dos familias integradas por una mujer que padece una
enfermedad cardiovascular y sus dos hijos; y otra con sus dos hijos y un
nieto.
Las numeradas como 4-02, 4-03, 4-06, 4-08, 4-09 y 4-10 están desocupadas
y no se ofrecen a los clientes del hotel. Marta Álvarez está en la 4-07
y tiene cuatro niños, uno con parálisis infantil, que se mueve en una
deteriorada silla de ruedas. En la 4-11 está una mujer con dos hijos y
dos nietos. En la 4-12 se aloja una madre soltera que intenta sostener a
cuatro niños con una pensión social. En la 4-13 está una joven mujer
que tiene una afección neuromuscular severa y carga con tres niños
también enfermos. “En esta habitación murió de cáncer mi mamá, de 84
años de edad, en octubre de 2011. No tengo recursos y mis niños no van a
la escuela”, cuenta la mujer que se hospeda en la 4-13.
En la 4-14 se encuentra una madre soltera con su hija, que tiene una
discapacidad. En la 4-15 está un hombre de 77 años de edad, con
artrosis, grasa en el hígado, diabetes, angina de pecho y hepatitis C.
Él se aloja con dos hijas con necesidades especiales. En la 4-16 está un
hombre de 63 años de edad, con cáncer.
“Se nos asignó este refugio debido a nuestras delicadas condiciones.
Siempre creíamos que se nos daría prioridad porque así lo ordenó el
Presidente, pero continuamos en la espera”, indicaron.
Amenazas
Los encargados del piso cuatro del Embassy Suites, representantes del
Ministerio de las Comunas y Protección Social, supieron de la visita de
El Nacional al refugio el viernes por boca de uno de los damnificados
que estaba en desacuerdo con el reportaje. Desde ese momento, los
funcionarios amenazaron al resto de las familias con que los desalojarán
del albergue y no les tramitarán la asignación de viviendas.
“Sacaron a la vocera del refugio porque dejó entrar
a la prensa, y colocaron a otra. Forjaron un acta, incluso me colocaban
como firmante, en el cual se quejaban de su actitud. También me
aseguraron que me deportarían a Colombia, pues asumí la denuncia. El
Presidente ha dicho que se necesita abrir espacio para la autocrítica
con la finalidad de detectar fallas, pero cómo hacemos si en medios del
Gobierno no nos quieren atender”, explicó Álvarez.
Un grupo de damnificados acudió ayer a la Defensoría del Pueblo. El
refugio ha tenido 10 coordinadores del ministerio, pero ninguno ha
podido ofrecerle respuesta a los damnificados. Piden amparo al
presidente Hugo Chávez.
Damnificados regresan a las calles para exigir viviendas
Por segundo día consecutivo, un grupo de familias damnificadas cerró
ayer en la mañana la avenida Francisco de Miranda en ambos sentidos,
frente al Ministerio de Vivienda y Hábitat, para exigir la asignación de
apartamentos. El lunes manifestaron en las puertas del ministerio para
insistir en la celeridad en la construcción de edificios. Aseguraron que
son representantes de cinco albergues de la capital: Casa del Obrero de
Propatria, hotel Paramaconi, Club 282 de Altavista, Centro Comunal
Catia y Eurobuilding.
El primer día de protesta fueron atendidos por funcionarios de la
cartera de Vivienda y Hábitat, según la Agencia Venezolana de Noticias.
El jueves hubo otra protesta de damnificados frente al Banco Nacional
de Vivienda y Hábitat, en El Rosal, para solicitar respuestas. Los
manifestantes aseguran que tienen casi dos años en refugios.
La cifra
660 albergues alojan a familias en 17 estados del país, informó en
junio el general Ramón Viñas, coordinador nacional de la Comisión
Presidencial para los Refugios Dignos. Se calcula que las fuertes
lluvias de los últimos días sumaron casi 2.500 familias damnificadas,
que han sido alojadas en varios albergues.
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