Por Redacción CaféFuerte
El presidente Hugo Chávez ha sido alertado por Fidel Castro sobre los peligros de un triunfo de la oposición en Venezuela, advirtiéndole que se produciría en el país un “arrase general” como el que dirigió Augusto Pinochet en Chile tras el golpe militar de 1973.
De acuerdo con testimonios de Chávez aparecidos en el libro Cuentos del Arañero, Castro le ha hablado insistentemente de la necesidad de concientizar a los jerarcas del actual gobierno y sus seguidores sobre los riesgos de perder el poder.
“Mira, si es que la contrarrevolución logra arrebatarte a ti, sacarte a ti de ahí y arrebatarle al pueblo el poder, la persecución y el arrase será general. Ahí no van a perdonar a nadie”, le habría dicho a Chávez el líder cubano durante una reciente conversación de siete horas en La Habana, cuya fecha no se precisa en el texto.
La recomendación expresa de Fidel Castro al mandatario venezolano es que alerte a los cuadros, miembros del Partido Unido Socialista de Venezuela (PUSV) a “algunos que pudieran dejarse llevar por ideas”, de que podría suceder allí un proceso como el ocurrido tras el derrocamiento de Salvador Allende en Chile.
“Mira el caso de Pinochet, ahí no perdonaron a nadie”, agregó Castro, según el relato de Chávez.
Castro: no hay escapatoria
Cuentos del Arañero, compilado por los periodistas cubanos Orlando Oramas y Jorge Legañoa, contiene 259 páginas de viñetas testimoniales y fotos de Chávez desde su infancia hasta su llegada al poder y la implantación del régimen bolivariano en Venezuela. El octavo y último capítulo del volumen está dedicado a contar anécdotas de su relación con Fidel Castro.
El libro fue presentado el pasado viernes en el Teatro Teresa Carreño de Caracas y está teniendo amplia difusión en los medios cubanos. Se planea que sea utilizado como propaganda en la fase final de la campaña de reelección de Chávez, apelando a los aspectos familiares y humanos del presidente.
“Chávez, tú no tienes escapatoria, como yo no la tuve”, le dice el líder cubano.
Las revelaciones emergen en momentos en que el diario español ABC informó que Chávez estaría adiestrando a células de militantes revolucionarios para atrincherarse armados junto al Palacio de Miraflores y controlar una eventual votación adversa en las elecciones del próximo 7 de octubre.
En los últimos meses, Chávez ha mencionado que Fidel Castro le escribe con frecuencia, incluso hasta tres cartas diarias, con referencias a la situación política venezolana.
En un Consejo de Ministros transmitido esta semana por la televisión venezolana, Chávez leyó fragmentos de la más reciente carta del gobernante retirado, que dice seguir paso a paso todas los acontecimientos del proceso electoral y la realidad venezolana.
"Pocas veces, tal vez nunca, se ha podido reflejar, tan nítidamente, una lucha de ideas entre el capitalismo y el socialismo como la que se expresa en Venezuela”, indica la misiva, que fue aplaudida por los participantes en la reunión ministerial.
El Miami venezolano
El libro -publicado por Vadel Hermanos Editores- se basa en historias contadas por Chávez a lo largo de más de 300 programas Aló, presidente. El mandatario venezolano y Fidel Castro tuvieron a su cargo la corrección de las transcripciones recreadas por los periodistas cubanos.
En otro momento de la narración, Chávez cuenta que Fidel Castro le ha manifestado que “la guerra” que se libra en el escenario venezolano es muy distinta y más difícil a la que tuvo lugar en Cuba.
“Aquí mis enemigos más acérrimos se fueron, están en Miami. Allá tú los tienes en tus narices. Tu Miami está allá, Chávez” afirma Castro. “Hace rato que yo puse distancia con el enemigo, tengo una distancia. Tú no, tú lo tienes ahí al lado, convives”.
El libro detalla las preocupaciones extremas de Fidel Castro por la situación de salud de Chávez a lo largo de estos años.
Según Chávez, luego de volver a Miraflores tras el fallido intento de derrocarlo en abril del 2002, estuvo enfermo, con afectaciones depresivas, al punto de estar tirado en un chinchorro por varios días. Fidel Castro se enteró y mandó a Caracas sus médicos personales con una orden: No regresar hasta que Chávez no dejara el chinchorro.
Remedios estomacales
En otra ocasión, Castro observó que Chávez tenía “una risa rara”, y mandó a buscar fotos y videos. El líder cubano llamó luego a representantes de la misión Barrio Adentro -integrada por médicos cubanos- para cerciorarse de que se trataba de dolencias de una muela.
También Castro suele recetarle remedios para dolencias estomacales, como sucedió en una visita a Argentina en la que ambos coincidieron.
“Entonces, en la noche veo a Fidel, él me receta y me dio una cosa que él prepara, que llama “tsunami”. Me tomé dos “tsunami”, casi que un castigo. Y otra, una crema de arroz fría, esa sí me cayó muy bien, pero él la sabe preparar y la carga ahí”, confiesa el presidente venezolano.
“Me puso a tomar crema de arroz fría y después el “tsunami”.
La dosis de crema de arroz y “tsunami” le fue enviada nuevamente por Castro a la habitación del hotel a la mañana siguiente.
Chávez cuenta también que Castro lo ha requerido porque la “revolución bolivariana” no ha sabido sacarle suficiente provecho político a los avances sociales de su gobierno.
Las referencias de Chávez a los diálogos frecuentes con Castro han sido las únicas menciones en los últimos tres meses al líder convaleciente, de 86 años.
Hace tres meses que Castro no escribe en la prensa y desde el pasado 28 de marzo no han aparecido imágenes suyas en los medios oficiales.
A continuación reproducimos una viñeta de Cuentos del Arañero, dedicada a confesiones de Fidel Castro:
A VECES RELLENAS
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. A Fidel lo que es de Fidel. Él me dijo cuando nos despedíamos, después de siete horas, el abrazo y la mirada de águila, parece un águila, y la nariz tú sabes. Y las dos manos aquí en los hombros míos, y así la mirada, tú sabes: “Chávez, allá está la batalla, ya yo cumplí lo que tenía que hacer. Te queda largo camino por delante, anda a la batalla, une a tu pueblo, que no te lo dividan más, que no te lo confundan más, une a los que están por ahí peleando”.
Porque él los ve desde allá y sabe a veces hasta más que yo de corrientes internas, y tal. Cada vez que voy me lo repite. Cada vez que voy y vengo es alimentado, como un dinamo. Pero esa mirada a mí nunca se me olvida, “Chávez, anda, hice lo que iba a hacer”.
Perdóname Fidel que yo eche estos cuentos. Tú me dijiste un día que todo lo que tú me dijeras, a menos que fuera secreto, por secreto de Estado, yo puedo contarlo: “Haz con eso lo que tú quieras, lo escribes o lo dices, como tú quieras”. Él dice que yo a veces le agrego cosas. Ahorita le dije: “No, yo no le agrego”. Entonces dijo: “No, no le agregas, sino que a veces rellenas”.
Texto completo del libro aquí
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