No
se palpa una participación plena de los otros candidatos de la unidad
en apoyo a Capriles. Los pronósticos más avezados vinculados al efecto
inmediato que tendrían las primarias, hablaban de la consolidación de la
unidad una vez agotadas las primarias. Este columnista jamás dudó
de la consolidación de la percepción unitaria, confieso, desde una
perspectiva pragmática: con el triunfo del candidato único, los pliegues
de los actores de oposición serían automáticos. Sin embargo, y a
nuestro pesar, las cosas no van así.
Capriles se ve solo en la contienda hacia el 7-O (sí las hay). Únicamente el gobernador Pablo Pérez ha demostrado presencia y solidaridad con el candidato de PJ. Y no por casualidad utilizamos la expresión "candidato de Primero Justicia", porque Capriles no ha emergido como una opción del bloque de la unidad, sino como una opción de poder reservada del partido auri-negro... con algunos matices naranjas y marabinos. La junta de Pablo Pérez no ha sido casual. El líder de UNT ha sido el primer sorprendido en su capacidad súbita de desplazar el dominio de Rosales en el Zulia. Esto podría tener su origen en dos variables: la sinergia positiva que le brinda el apoyo de Capriles a Pérez, y el anhelo de renovación que reclama el pueblo zuliano. A partir de allí, para Pablo Pérez ha sido rentable incorporarse activamente a la campaña del joven Radonski, y para éste el apoyo de Pérez es fundamental para asegurar la victoria en el primer circuito electoral del país.
Pero el ambiente se presenta a lo menos silente, parco y cauteloso en el resto de los factores del poder. No se palpa una participación plena de los otros candidatos de la unidad en apoyo a Capriles. Menos de los partidos políticos y sus cabezas de grupo. Una sensación de dispersión, precálculo y abandono, coloca a Capriles en un plano de aislamiento en su ruta hacia la presidencia de la República. Y desconozco si ello se debe a un desinterés de los factores de oposición llamados a colaborar o a una falta de convocatoria para hacerlo.
La situación a nivel de alcaldías y gobernaciones es más precaria. Ya se sabe de candidatos que a pesar de haber sido derrotados en las primarias, se presentarán al ruedo, a contrapelo de los compromisos unitarios. Esto obviamente rompe con las expectativas creadas por las primarias e intensifica la atmósfera de incertidumbre que ya plena la enfermedad del presidente Chávez, en el marco de lo cual, la unidad no puede quedar como un simple slogan publicitario. Los tiempos se agotan, no solo para quienes están en el poder, sino para quienes lo pretenden... La gobernabilidad, la paz y lo convivencial, está al filo del abismo. Y ello comporta un esfuerzo adicional de prudencia, repliegue y consensos, incluso, de los bandos en disputa. Urge rescatar el sentido de la unidad. ¡Para luego, es tarde!
vierablanco@gmail.com / @ovierablanco
Capriles se ve solo en la contienda hacia el 7-O (sí las hay). Únicamente el gobernador Pablo Pérez ha demostrado presencia y solidaridad con el candidato de PJ. Y no por casualidad utilizamos la expresión "candidato de Primero Justicia", porque Capriles no ha emergido como una opción del bloque de la unidad, sino como una opción de poder reservada del partido auri-negro... con algunos matices naranjas y marabinos. La junta de Pablo Pérez no ha sido casual. El líder de UNT ha sido el primer sorprendido en su capacidad súbita de desplazar el dominio de Rosales en el Zulia. Esto podría tener su origen en dos variables: la sinergia positiva que le brinda el apoyo de Capriles a Pérez, y el anhelo de renovación que reclama el pueblo zuliano. A partir de allí, para Pablo Pérez ha sido rentable incorporarse activamente a la campaña del joven Radonski, y para éste el apoyo de Pérez es fundamental para asegurar la victoria en el primer circuito electoral del país.
Pero el ambiente se presenta a lo menos silente, parco y cauteloso en el resto de los factores del poder. No se palpa una participación plena de los otros candidatos de la unidad en apoyo a Capriles. Menos de los partidos políticos y sus cabezas de grupo. Una sensación de dispersión, precálculo y abandono, coloca a Capriles en un plano de aislamiento en su ruta hacia la presidencia de la República. Y desconozco si ello se debe a un desinterés de los factores de oposición llamados a colaborar o a una falta de convocatoria para hacerlo.
La situación a nivel de alcaldías y gobernaciones es más precaria. Ya se sabe de candidatos que a pesar de haber sido derrotados en las primarias, se presentarán al ruedo, a contrapelo de los compromisos unitarios. Esto obviamente rompe con las expectativas creadas por las primarias e intensifica la atmósfera de incertidumbre que ya plena la enfermedad del presidente Chávez, en el marco de lo cual, la unidad no puede quedar como un simple slogan publicitario. Los tiempos se agotan, no solo para quienes están en el poder, sino para quienes lo pretenden... La gobernabilidad, la paz y lo convivencial, está al filo del abismo. Y ello comporta un esfuerzo adicional de prudencia, repliegue y consensos, incluso, de los bandos en disputa. Urge rescatar el sentido de la unidad. ¡Para luego, es tarde!
vierablanco@gmail.com / @ovierablanco
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