Cuatro hechos claves marcaron el
inicio del 2012 para las relaciones de Venezuela con Estados Unidos: 1)
La expulsión de la cónsul venezolana en Miami Livia Acosta por
sospechas de ciber-terrorismo; 2) La visita de Mahmoud Ahmadinejad a
Venezuela y el incremento de sus relaciones con países aliados a Chávez;
3) La designación de un "drug kingpin" -Henry Rangel Silva-
como ministro de Defensa en Venezuela; 4) La sentencia de un tribunal de
arbitraje basado en París respecto a la demanda de Exxon Mobil al
gobierno venezolano y la salida de Venezuela del tribunal para la
resolución de conflictos de inversión del Banco Mundial (Ciadi). ¿Por
qué son estos eventos importantes?
Primero, en Diciembre de 2011 la cadena Univisión transmitió un documental en el cual se desenmascaró la existencia de un plan entre los gobiernos de Venezuela, Cuba e Irán para atacar cibernéticamente a Estados Unidos. Dicho documental desencadenó una serie de cartas de miembros del Congreso Americano al Departamento de Estado, pidiendo que se abriera una investigación para comprobar la veracidad de lo expuesto. Como resultado, días atrás el Departamento de Estado declaró a la ahora excónsul venezolana persona no grata, y ordenó su expulsión del país. La respuesta del gobierno venezolano no se hizo esperar. Hugo Chávez ordenó el cierre del consulado en Miami. Esto pone en una difícil situación a venezolanos residentes en Estados Unidos, al ya no tener dónde poder tramitar documentos, pasaportes, votar para las elecciones presidenciales, etc.
Segundo, la reciente visita de Ahmadinejad a Venezuela, Cuba, Ecuador y Nicaragua, en medio de un contexto de creciente tensión entre Irán con Estados Unidos y la Unión Europea, debe ser visto como una provocación más de Chávez hacia Estados Unidos. Chávez ha respaldado repetitivamente el programa nuclear iraní. Si bien diferencias pueden encontrarse entre ambos regímenes, hay una filosofía que los une: el sentimiento "anti-americano". En una entrevista que el diario venezolano El Universal le realizara al Presidente Obama, su respuesta respecto a las relaciones de Venezuela con Irán fue la siguiente: "Tarde o temprano, la gente de Venezuela tendrá que determinar qué posible ventaja le brinda tener relación con un país que viola los derechos humanos universales y que está aislado de la mayor parte del mundo". Al mismo tiempo, diferentes miembros de su gobierno han expresado su escepticismo a que la presencia iraní en América Latina represente un riesgo para las Américas.
Tercero, la designación de Henry Rangel Silva, persona incluida dentro de la lista de "capos de la droga" del gobierno americano, como ministro de Defensa venezolano es otro ejemplo más de la creciente tensión entre ambos países. Rangel Silva es acusado por el gobierno americano de haber colaborado con el tráfico de drogas de las FARC hacia Venezuela. Dichas acusaciones provienen de la información obtenida de la computadora capturada de Raúl Reyes (difunto líder de las FARC en Colombia). Al mismo tiempo, una nota de El Nuevo Herald revela que Hugo Chávez tenía -y tiene- pleno conocimiento acerca de los casos de narcotráfico en los que miembros de su gobierno se encuentran involucrados.
Cuarto, el pasado 23 de diciembre el ICC (Cámara Internacional de Comercio, basada en París), resolvió que Pdvsa (Petróleos de Venezuela S.A.) deberá pagar a ExxonMobil un monto total de $907 millones de dólares. Si bien esta suma es considerablemente menor a la demandada por Exxon, queda aún pendiente la resolución del Ciadi sobre el caso. Ahora bien, sin meternos en detalles, lo que nos interesa es que días después de presentada la resolución, el gobierno de Venezuela anunció que el país abandonará el Ciadi. De finalmente ocurrir, esto podría causar aún más problemas entre el gobierno de Venezuela y Estados Unidos, debido a los compromisos del país con empresas americanas.
Todos estos hechos nos indican cierta pauta de lo que podremos esperar en cuanto a las relaciones bilaterales entre ambos países este año. Por un lado, Chávez usará más que nunca su mensaje antiamericano como parte de su campaña presidencial. Generando acciones que provocan abiertamente a Estados Unidos, tratará de tapar muchos de los problemas que aquejan a los venezolanos, echándole la culpa o ridiculizando al "imperio".
Por otro lado, las declaraciones públicas de miembros del gobierno americano parecen no comprender con claridad la importancia que estos sucesos tienen para la estabilidad del continente. El gobierno de Chávez es participe de -al menos- cuatro acciones que atentan directamente contra Estados Unidos: 1) Ha participado en la planificación de ataques ciberterroristas; 2) ha incrementado sus vinculaciones comerciales (y no comerciales) con Irán, abriendo las puertas para que dicho país entre con más fuerza en América Latina (véase también el reciente lanzamiento de un canal iraní de noticias en español en diferentes países de la región); 3) ha designado a una persona acusada de narcotraficante como ministro de Defensa; y 4) ha desafiado al sistema internacional de disputas en materia de inversión a través de su salida del Ciadi.
Estados Unidos no ha actuado adecuadamente frente a ninguno de estos ataques, al tiempo que sigue perdiendo terreno y presencia en la región. Su falta de atención a los problemas de la región durante los últimos tres años de gobierno, sumado a un contexto electoral focalizado en temas domésticos, hace improbable que exista un cambio de política hacia América Latina. Esto puede tener el efecto de ayudar legitimar a Chávez y sus aliados, y crear más problemas al próximo Presidente de Estados Unidos
Primero, en Diciembre de 2011 la cadena Univisión transmitió un documental en el cual se desenmascaró la existencia de un plan entre los gobiernos de Venezuela, Cuba e Irán para atacar cibernéticamente a Estados Unidos. Dicho documental desencadenó una serie de cartas de miembros del Congreso Americano al Departamento de Estado, pidiendo que se abriera una investigación para comprobar la veracidad de lo expuesto. Como resultado, días atrás el Departamento de Estado declaró a la ahora excónsul venezolana persona no grata, y ordenó su expulsión del país. La respuesta del gobierno venezolano no se hizo esperar. Hugo Chávez ordenó el cierre del consulado en Miami. Esto pone en una difícil situación a venezolanos residentes en Estados Unidos, al ya no tener dónde poder tramitar documentos, pasaportes, votar para las elecciones presidenciales, etc.
Segundo, la reciente visita de Ahmadinejad a Venezuela, Cuba, Ecuador y Nicaragua, en medio de un contexto de creciente tensión entre Irán con Estados Unidos y la Unión Europea, debe ser visto como una provocación más de Chávez hacia Estados Unidos. Chávez ha respaldado repetitivamente el programa nuclear iraní. Si bien diferencias pueden encontrarse entre ambos regímenes, hay una filosofía que los une: el sentimiento "anti-americano". En una entrevista que el diario venezolano El Universal le realizara al Presidente Obama, su respuesta respecto a las relaciones de Venezuela con Irán fue la siguiente: "Tarde o temprano, la gente de Venezuela tendrá que determinar qué posible ventaja le brinda tener relación con un país que viola los derechos humanos universales y que está aislado de la mayor parte del mundo". Al mismo tiempo, diferentes miembros de su gobierno han expresado su escepticismo a que la presencia iraní en América Latina represente un riesgo para las Américas.
Tercero, la designación de Henry Rangel Silva, persona incluida dentro de la lista de "capos de la droga" del gobierno americano, como ministro de Defensa venezolano es otro ejemplo más de la creciente tensión entre ambos países. Rangel Silva es acusado por el gobierno americano de haber colaborado con el tráfico de drogas de las FARC hacia Venezuela. Dichas acusaciones provienen de la información obtenida de la computadora capturada de Raúl Reyes (difunto líder de las FARC en Colombia). Al mismo tiempo, una nota de El Nuevo Herald revela que Hugo Chávez tenía -y tiene- pleno conocimiento acerca de los casos de narcotráfico en los que miembros de su gobierno se encuentran involucrados.
Cuarto, el pasado 23 de diciembre el ICC (Cámara Internacional de Comercio, basada en París), resolvió que Pdvsa (Petróleos de Venezuela S.A.) deberá pagar a ExxonMobil un monto total de $907 millones de dólares. Si bien esta suma es considerablemente menor a la demandada por Exxon, queda aún pendiente la resolución del Ciadi sobre el caso. Ahora bien, sin meternos en detalles, lo que nos interesa es que días después de presentada la resolución, el gobierno de Venezuela anunció que el país abandonará el Ciadi. De finalmente ocurrir, esto podría causar aún más problemas entre el gobierno de Venezuela y Estados Unidos, debido a los compromisos del país con empresas americanas.
Todos estos hechos nos indican cierta pauta de lo que podremos esperar en cuanto a las relaciones bilaterales entre ambos países este año. Por un lado, Chávez usará más que nunca su mensaje antiamericano como parte de su campaña presidencial. Generando acciones que provocan abiertamente a Estados Unidos, tratará de tapar muchos de los problemas que aquejan a los venezolanos, echándole la culpa o ridiculizando al "imperio".
Por otro lado, las declaraciones públicas de miembros del gobierno americano parecen no comprender con claridad la importancia que estos sucesos tienen para la estabilidad del continente. El gobierno de Chávez es participe de -al menos- cuatro acciones que atentan directamente contra Estados Unidos: 1) Ha participado en la planificación de ataques ciberterroristas; 2) ha incrementado sus vinculaciones comerciales (y no comerciales) con Irán, abriendo las puertas para que dicho país entre con más fuerza en América Latina (véase también el reciente lanzamiento de un canal iraní de noticias en español en diferentes países de la región); 3) ha designado a una persona acusada de narcotraficante como ministro de Defensa; y 4) ha desafiado al sistema internacional de disputas en materia de inversión a través de su salida del Ciadi.
Estados Unidos no ha actuado adecuadamente frente a ninguno de estos ataques, al tiempo que sigue perdiendo terreno y presencia en la región. Su falta de atención a los problemas de la región durante los últimos tres años de gobierno, sumado a un contexto electoral focalizado en temas domésticos, hace improbable que exista un cambio de política hacia América Latina. Esto puede tener el efecto de ayudar legitimar a Chávez y sus aliados, y crear más problemas al próximo Presidente de Estados Unidos
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