Por: José Rafael López Padrino
El régimen del tte
coronel acaba de celebrar de manera fastuosa grandilocuente
desfile militar un nuevo aniversario de la intentona militar del 4-F.
Tal celebración fue precedida por una feroz campaña propagandística al
mejor estilo gobbeliano, dándole al 4-F ("día de la dignidad nacional")
una connotación de fecha patriótica casi tan importante como el 19 de
Abril, la Batalla de Carabobo o el 5 de Julio.
Los cínicos voceros del
oficialismo manipulan la
historia a fin de construir una versión épica y gloriosa de un trágico
evento que se caracterizó por la mentira, el engaño, la traición y la
muerte. Hablar del 4-F como una continuidad del 27-F o simplemente como
una insurrección popular no es más que una vulgar mentira. El 4-F no
pasa de ser un fallido golpe de Estado ejecutado por los integrantes de
una logia militar que conspiró en el seno de la Fuerza Armada Nacional
(FAN).
Conspiración que se dio
con la anuencia de amplios
sectores del país en un momento político signado por un marcado
descrédito de los partidos políticos y una profunda crisis económica y
moral. Además el régimen en su celebración patriotera demostró su
devoción por el culto a la personalidad del huidizo del Museo Militar y
su interés por profundizar aún más, la militarización de la sociedad
como parte de su proyecto fascista: el socialismo bolivariano
(entiéndase el fachochavismo). Proyecto que
ha convertido a la FAN en la
garante de la gobernabilidad ("orden y paz social") y la continuidad del
proyecto hegemónico capitalista representado por un Estado explotador y
una nueva élite económica (la boliburguesía). Pero la FAN
además se ha transformado
en una herramienta efectiva para
la intimidación de quienes no compartimos el pensamiento oficial y en el
músculo represor en contra de quienes luchan por sus derechos sociales.
La represión, incluyendo el terrorismo de Estado, se ha convertido en
elemento vital de la gobernabilidad del gobierno del tte coronel.
A 20 años de la intentona
del 4-F y a 13 años del
ascenso al poder del tte coronel y su banda de forajidos, Venezuela
sigue sumida en una profunda crisis económica, social, política y moral.
Tenemos la inflación más alta del continente, a pesar de nuestra
bonanza petrolera (el barril se cotiza a más de $100 en los mercados
internacionales) el país ha sido hipotecado (deuda externa superior a
los $150 mil millones). Nuestra industria petrolera sufre los embates de
un desmantelamiento y una entrega criminal al capital transnacional, la
agricultura está en ruinas, la salud y la educación están en crisis,
los trabajadores sufren las consecuencias de un Estado explotador y la
FAN ha sido convertida en guardia pretoriana al servicio del inquilino
de Miraflores. Además, se ha "institucionalizado la pobreza" al
subordinar las reivindicaciones sociales de los más necesitados a
"limosnas" (misiones), que no resuelven el círculo vicioso de la
pobreza, pero sí ejercen un control sobre la voluntad política de los
beneficiarios.
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