Fuente: La Tribuna (HON)
Via: http://aserne.blogspot.com
Harare 1986 |
TRIPOLI.- La
muerte violenta del exgobernante libio Muamar Gadafi, herido a balazos
cuando trataba de escapar y fue capturado por las fuerzas de transición,
en la zona de Sirte, tras bombardeos de la OTAN, es un acontecimiento a
nivel mundial que reviste gran trascendencia por la figura emblemática
que encarnó para los movimientos revolucionarios o la imagen de un líder
terrorista acusado de causar luto y dolor en varios países.
Basado en declaraciones de
exguerrilleros de Colombia, Chile y Nicaragua, así como en documentos de
la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA), y otras
referencias, por la importancia de la noticia se reproduce el siguiente
artículo que BBC Mundo publicó el 25 de mayo pasado sobre las relaciones
del régimen libio con los movimientos guerrilleros de América Latina.
De esta forma, los testimonios reflejan
cómo el denominado “Libro verde”, una especie de “biblia marxista y
anticolonialista” de Gadafi inspiraría a muchas guerrillas en
Latinoamérica y la perspectiva de cómo veían al líder libio desde la
óptica de estos movimientos.
** Inspiración política, armas o
entrenamiento para guerrilleros en pleno desierto, los lazos que unen a
la Libia de Gadafi con buena parte de la izquierda latinoamericana son
muchos, muy estrechos y empezaron a tejerse hace casi cuatro décadas.
“Fue a mediados de los 80 que se inició
una relación muy fuerte entre las guerrillas colombianas con el gobierno
libio”, le dijo a BBC Mundo León Valencia, antiguo comandante del
Ejército de Liberación Nacional de Colombia, ELN.
“Pero antes de eso ya había una fuerte
coincidencia ideológica”, reconoció Valencia, quien se reintegró a la
vida civil en 1994 y es actualmente director ejecutivo de la Corporación
Nuevo Arco Iris y un reconocido comentarista político del país.
Según el exsecretario de Relaciones
Internacionales del ELN, en los años 70, muchos movimientos guerrilleros
colombianos encontraron inspiración en las ideas del manifiesto
político de Gadafi, el famoso “Libro verde”.
“Ahí Gadafi combinaba el marxismo con
otros elementos con que los latinoamericanos podían identificarse, como
el nacionalismo, el anticolonialismo y una dimensión religiosa que
encontró eco en el contexto de la Teología de la Liberación”, explicó
Valencia.
“Era una alternativa interesante al proyecto soviético”, le dijo a BBC Mundo.
Algo parecido ocurrió -o ya había
ocurrido- con otros movimientos guerrilleros en toda Latinoamérica. Y la
simpatía era mutua y rápidamente se tradujo en apoyo directo.
“Libia le ha proporcionado armas,
entrenamiento y financiamiento a movimientos revolucionarios en
Colombia, Chile, Ecuador y posiblemente Perú”, afirmaba, por ejemplo, un
informe desclasificado de la Agencia Central de Inteligencia de Estados
Unidos, CIA, elaborado en 1986 y actualmente disponible en su sitio
web.
ARMAS Y DINERO
Gadafi Apoyo grupos Armados en LA |
BBC Mundo intentó en reiteradas
ocasiones obtener un comentario de la embajada de Libia en Caracas sobre
sus relaciones con los movimientos guerrilleros en América Latina, pero
desde la representación diplomática se aseguró que no iban a realizar
ninguna declaración al respecto.
Pero ya en 1982 la CIA se decía
preocupada por “las nuevas tácticas de Moscú para apoyar a los
movimientos latinoamericanos” que, según ellos, incluían el uso de
“terceras partes” entre las que se destacaba el gobierno de Gadafi.
“Los soviéticos parecen estar alentando a
Libia y la Organización para la Liberación de Palestina para que le den
asistencia y entrenamiento militar a los nicaragüenses”, se lee en el
documento “Políticas y actividades soviéticas en América Latina y el
Caribe”, también disponible en el sitio web de la agencia de
inteligencia.
Aunque según el nicaragüense Erik
Flakoll Alegría, Gadafi ya era un aliado del Frente Sandinista incluso
antes de triunfo de la revolución nicaragüense, que se produjo en julio
de 1979.
“La prueba es que Tomás Borge fue a
Libia casi inmediatamente después del triunfo. Y luego hizo muchos otros
viajes, en algunos de los cuales yo lo acompañé”, recordó Flakoll,
quien se desempeñaba como intérprete y encargado de seguridad del
comandante sandinista que fue miembro de la junta de gobierno y luego
ministro del Interior.
“La ayuda libia era bastante cuantiosa. Estoy hablando de centenares de millones de dólares”, le aseguró a BBC Mundo.
El apoyo “oficial” del gobierno libio a
su similar de Nicaragua terminaría dejando una deuda de US$313.6
millones, condonada parcialmente en febrero de este año.
“Pero además había un envío muy
importante de armas, que no eran solo para Nicaragua, sino también para
El Salvador”, afirmó Flakoll.
EL ENEMIGO COMÚN
Según el exguerrillero sandinista, Libia
empleaba a Nicaragua como “base de irrigación” hacia otros movimientos
latinoamericanos, además del salvadoreño Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional.
“Que yo recuerde, había gente del MAPU
de Chile, gente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, también de
Chile, y del Partido Comunista Hondureño”, le dijo por su parte a BBC
Mundo Ignacio Holguín, un exguerrillero del ELN que viajó a Trípoli en
1987.
Valencia, por su parte, afirma que el
apoyo de Libia a las guerrillas colombianas incluyó -además del ELN-, a
las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC; al Movimiento
M-19, al Ejército Popular de Liberación, EPL, y “otros grupos pequeños”,
organizados en la Coordinadora Nacional Guerrillera colombiana.
Y también hay reportes -de la CIA, o
publicados en sitios especializados como globalsecurity.org- que
vinculan a Libia con los ecuatorianos de ¡Alfaro Vive, Carajo!, con el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, de Perú, y hasta con el Frente de
Liberación de Haití, entre otros.
“Gadafi no pedía mucho. Lo que aspiraba
era que estas organizaciones golpearan intereses norteamericanos, lo que
pedía era que atacaran embajadas y objetivos de los EE UU”, dijo
Valencia.
El exguerrillero, sin embargo, afirma que esa nunca llegó a
convertirse en una prioridad para los grupos insurgentes
latinoamericanos.
Gaddafi Junto a Autócrata Chávez 2009 |
Y, según Valencia, el apoyo libio a las guerrillas colombianas tampoco llegó nunca a alcanzar los niveles que ellos esperaban.
“Gadafi hablaba mucho sobre ayuda económica, armas, y al final eso nunca aparecía”, le dijo a BBC Mundo.
“Los comandantes regresaban ilusionados y
después,… nada. Los barcos con armas nunca llegaron. La sensación iba
quedando que todo era una broma de Gadafi”, dijo.
Había, claro está, expresiones de apoyo
más concretas, como los campamentos de entrenamiento para guerrilleros
instalados por Gadafi en el desierto.
Pero según Valencia, los guerrilleros
colombianos por lo general regresaban desilusionados, pues no sentían
que ahí aprendían cosas útiles o nuevas.
“Esos entrenamientos no incluían nada
significativo en lo que se consideraba que la lucha armada en América
Latina requería”, coincide Ignacio Holguín.
MOUSSA KOUSSA
Según Holguín, la comunicación entre libios y guerrilleros latinoamericanos tampoco era muy fluida.
“Por un lado, pues naturalmente estaba
el idioma. Pero había también mucho intermediario, había una jerarquía
de intermediarios a través de la que se desarrollaba el proceso. Y todo
era a iniciativa de ellos”, le dijo a BBC Mundo.
Su impresión es que la mayoría de los viajes organizados por los libios “era como una labor de propaganda sobre el Libro verde”.
La experiencia de Erik Flakoll Alegría,
tal vez por acompañar a uno de los líderes de una revolución triunfante,
fue sin embargo bastante diferente.
Al lado de Tomás Borge, Flakoll no solo
conoció personalmente al coronel Gadafi, sino también al encargado de la
política exterior libia, Moussa Koussa, quien renunció a su puesto a
finales de marzo de este año.
“Él era el encargado de manejar la
relación con los diferentes movimientos latinoamericanos, era el
encargado de manejar la plata”, le dijo Flakoll a BBC Mundo.
“Tomás (Borge) le llamaba bromeando “mucha cosa”, porque era mucho lo que manejaba”, recordó.
Flakoll también destacó la relación de amistad entre el presidente nicaragüense, Daniel Ortega y Gadafi.
CONEXIÓN EMOCIONAL
Gadafi y el lider cocalero Morales |
Esta relación explicaría el apoyo del
actual gobierno de Nicaragua a Gadafi en medio del conflicto que
actualmente lo opone a parte de la población libia y de la comunidad
internacional.
Un apoyo también brindado por los
gobiernos de Cuba, Bolivia y Venezuela, así como por amplios sectores de
la izquierda latinoamericana que en algún momento encontraron en Libia
apoyo o inspiración.
La conexión emocional entre Libia y América Latina, sin embargo, parece ser mucho más fuerte que la material desde hace ya algún tiempo.
La Libia de Gadafi empezó a distanciarse
de la región durante la década 1990, para concentrarse en intentar
aumentar su influencia en el continente africano.
Durante esa década también desparecieron muchos de los movimientos guerrilleros que justificaban la relación con América Latina.
Y los esfuerzos de Libia por normalizar
sus relaciones con el resto de la comunidad internacional también la
llevaron en 2003 a renunciar públicamente a darle apoyo a los que
Washington considera “grupos terroristas”, incluyendo movimientos
guerrilleros como las FARC.
Ciertamente, la relación cobró nuevas fuerzas con la llegada al poder de varios gobiernos de izquierda en la región.
Pero según un cable diplomático
estadounidense filtrado por WikiLeaks, cuando el presidente nicaragüense
Daniel Ortega visitó Libia en diciembre 2008, dos años después de haber
regresado al poder, se encontró con que Gadafi ya no estaba tan
dispuesto a colaborar.
“Como le ocurrió antes al presidente
boliviano Evo Morales, Ortega dejó Libia con las manos vacías”, afirma
el documento enviado por la embajada de EE UU en Trípoli, que
supuestamente recoge confidencias de altos funcionarios del Ministerio
de Relaciones Exteriores libio.
“Parece que (Libia) no tiene ni el
interés ni la capacidad para mantener una interacción más sustantiva con
los gobiernos latinoamericanos”, se lee en el cable, reproducido por el
diario costarricense La Nación y el semanario nicaragüense
Confidencial.
En febrero de este año, sin embargo,
días antes que estallara el actual conflicto en Libia, el Banco Central
de Nicaragua anunció la firma de un acuerdo para condonar US$195.8
millones de una deuda de US$313.6 millones contraída en los años 80.
Un buen recordatorio de lo duradera de
esa relación y de la disposición de las dos partes a darse una mano en
tiempos de necesidad. (BBC Mundo).
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