En menos de 48 horas de estadía en Moscú, el autócrata pactó, vendió (en la práctica permutó) la participación de Petróleos de Venezuela ("firma aquí Rafael", habrá dicho) en 4 refinerías alemanas, una de las cuales tiene un amplio bloque petroquímico, y comprometió hasta el último centavo y más en la compra de 35 tanques T-72 y T-90, baterías antiaéreas con misiles S-300 que la ONU prohibió usar a Irán, submarinos diesel-eléctricos de la clase Varshavianka y todo cuanto le ofrecieron el santurrón Medvédev y el diabólico Putin.
Con ellos habló de la famosa planta nuclear que piensa construir no se sabe dónde, ni cuándo y menos aún a qué precio (en su delirio cree posible justificar el colapso del sistema eléctrico nacional, con la promesa de nuevas tecnologías), y también de la nueva partida de armamento con la que espera asustar al imperio (desvaría y habla de crear un poder armado, militar o cívico militar, como el cubano, el norcoreano o el mismo ruso).
La venta de las refinerías a la firma rusa Rosneft se hará por 1,6 millardos de dólares, cancelados cash, marinerito sobre cubierta o en alemán ba’rschaft, pues la empresa manifestó tener recursos excedentarios de su flujo de caja para el negocio... y el impaciente, ávido, pujoso y voraz autócrata vendedor le tomó la palabra: "Estaba loco por salir de esas refinerías y no hallaba a quién venderlas... Aquí cargo la plata (tocándose el bolsillo del saco)", comentó el consumista compulsivo, capaz de disponer de lo que no es suyo (lo es "por ahora"), sin saber que los rusos ya habían informado que la operación deberá obtener el visto bueno del Gobierno alemán y también el de la Unión Europea.
La necesidad de dinero contante y sonante le quema las manos, especialmente cuando ya ha desfondado el Banco Central, quebrado PDVSA (la producción ha caído en 1 millón de barriles diarios) y comienzan a cerrarse las fuentes de financiamiento (India lo rechazó de plano).
Sabe que los procesos electorales venideros, entre ellos el de las elecciones buenas, definitivas, de 2012, sólo podría ganarlos a realazos, según recetaba Franco Quijano (1896-1980): "Puso a votar a los muertos, distribuyó dinero entre los vivos, ordenó la confección de una tinta que se podía manipular, seleccionó a los escrutadores para que contaran los sufragios según el interés del Gobierno, fraguó las estadísticas..." (Elías Pino Iturrieta, citado por Federico Vegas en Sumario), fórmula ahora desenterrada, actualizada y perfeccionada por Jorge Rodríguez.
Frente Patriotico
Con ellos habló de la famosa planta nuclear que piensa construir no se sabe dónde, ni cuándo y menos aún a qué precio (en su delirio cree posible justificar el colapso del sistema eléctrico nacional, con la promesa de nuevas tecnologías), y también de la nueva partida de armamento con la que espera asustar al imperio (desvaría y habla de crear un poder armado, militar o cívico militar, como el cubano, el norcoreano o el mismo ruso).
La venta de las refinerías a la firma rusa Rosneft se hará por 1,6 millardos de dólares, cancelados cash, marinerito sobre cubierta o en alemán ba’rschaft, pues la empresa manifestó tener recursos excedentarios de su flujo de caja para el negocio... y el impaciente, ávido, pujoso y voraz autócrata vendedor le tomó la palabra: "Estaba loco por salir de esas refinerías y no hallaba a quién venderlas... Aquí cargo la plata (tocándose el bolsillo del saco)", comentó el consumista compulsivo, capaz de disponer de lo que no es suyo (lo es "por ahora"), sin saber que los rusos ya habían informado que la operación deberá obtener el visto bueno del Gobierno alemán y también el de la Unión Europea.
La necesidad de dinero contante y sonante le quema las manos, especialmente cuando ya ha desfondado el Banco Central, quebrado PDVSA (la producción ha caído en 1 millón de barriles diarios) y comienzan a cerrarse las fuentes de financiamiento (India lo rechazó de plano).
Sabe que los procesos electorales venideros, entre ellos el de las elecciones buenas, definitivas, de 2012, sólo podría ganarlos a realazos, según recetaba Franco Quijano (1896-1980): "Puso a votar a los muertos, distribuyó dinero entre los vivos, ordenó la confección de una tinta que se podía manipular, seleccionó a los escrutadores para que contaran los sufragios según el interés del Gobierno, fraguó las estadísticas..." (Elías Pino Iturrieta, citado por Federico Vegas en Sumario), fórmula ahora desenterrada, actualizada y perfeccionada por Jorge Rodríguez.
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