Septiembre 5, 2010
ND. Gustavo Coronel le envía una carta abierta al presidente Hugo Chávez donde le resume lo que ha encontrado sobre el Aban Pearl, una investigación que le hace concluir que se trataría de un probable acto de corrupción. “¿Le parece interesante?”, le pregunta.
A continuación la carta de Gustavo Coronel:
Sr. Chávez:
El 13 de abril de este año la gabarra Aban Pearl se hundió en aguas territoriales venezolanas. Este equipo estaba arrendado por Petróleos de Venezuela por un período de cinco años, sistema usual en la industria petrolera internacional. Sin embargo el arrendamiento fue contratado a una empresa que no era la dueña del equipo. La empresa dueña del equipo es la Aban Offshore Co., con sede en la India. La empresa con la cual fue contratado el equipo por PDVSA es la PetroMarine Energy Services LTD, basada en Singapore. Esta empresa intermediaria, con oficinas cuya dirección está al lado de la Embajada de Venezuela en Singapore, tiene todas las apariencias de ser una empresa de papel.
Fue incorporada el 12 de agosto de 2008, poco antes de firmar su cuantioso contrato con PDVSA. Su capital registrado en Singapore es de menos de un millón de dólares americanos, por lo cual se le haría imposible responder por la cuantía del contrato, el cual fue, segun documentos de PDVSA, de mil trescientos quince millones de dólares por los cinco años ($1315.000.000). Ver: Memoria y Cuenta PDVSA 2008, páginas 1005 y 1006.
No solo esta suma es de por sí exagerada, cuando se compara con el mercado para este tipo de gabarras viejas como el Aban Pearl, sino que la empresa dueña del equipo declara solo haber recibido la cantidad de $358.000 por dia, lo cual representa la mitad de lo que que estaría percibiendo la empresa intermediaria, al menos antes de hundirse. Ver: Aban Offshore Limited, Corporate Presentation March 2010.
¿Le parece interesante? Continúo:
La empresa intermediaria radicada en Singapore posee un directorio donde figura un venezolano, el Sr. Christof Schalubitz, residenciado en las Residencias Partagas, La Castellana, Caracas, Venezuela, sobre quien no prejuzgo, pero a quien sería necesario entrevistar.
Esta empresa intermediaria alega tener estrechos vínculos con la empresa ASTIVENCA, de Maracaibo, propiedad del Sr. Enoc Martínez, quien aparentemente viajó a Singapore en 2008 para presenciar la firma del contrato de intermediación.
En adición, PetroMarine tiene un representante legal en Caracas, el Sr. Hidalgo Socorro, quien es socio del Sr. Martinez en varias empresas radicadas em Miami, Florida (Astivenca, Aceros de América, The Worldwide Group). La empresa PetroMarine, segun documentos registrados en Singapore, tiene su empresa dueña en Panamá, llamada Inversiones Marítimas ISAPECO S.A., la cual tiene como dirección un apartado postal y un capital registrado de U.S.$10.000. Tengo los nombres de las personas que dicen ser sus representantes, pero no hay muchas dudas de que estamos ante otra empresa de papel.
He recibido información, la cual debería ser verificada por las autoridades venezolanas, que los dueños de la empresa PetroMarine Energy Services incluyen al Sr. Enoc Martinez y al Sr. Luis Vierma, ex-vicepresidente de PDVSA. Esta información ha sido obtenida de fuentes públicas, a través de las denuncias de un ex-empleado de PDVSA llamado Fernando Palomo Cuevas, quien fue despedido cuando denunció la corrupción imperante en PDVSA. Ver: Corrupción en la División E&P Costa Afuera parte II.
El Sr. Palomo alega que el Sr. Enoc Martínez es un protegido del Sr. Ricardo Coronado, actual director de PDVSA.
En resumen:
1. Parece existir un gigantesco sobreprecio de unos $500 millones en la contratación de la gabarra Aban Pearl, lo cua; debe ser investigado y no lo ha sido.
2. Las personas que se benefician de este sobreprecio no representan a la nación sino a ellos mismos. Existiría un daño inmenso a la nación en esta transacción.
3. Parecería que existe una conspiración de contratistas y gerentes de PDVSA para desfalcar a la nación, amparados por el silencio de quienes deberían tomar alguna acción.
He publicado cuatro cartas sobre este asunto, dirigidas a la fiscalía general de la república, sin tener respuesta alguna. La información que he transmitido en esta carta es pública y está al alcance de los organismos del estado venezolano, así como ha estado a mi alcance.
¿Puede usted tomar acción? No cree usted que este caso pudiera representar un gran crimen contra la nación? Que puede decirle al país sobre esto? Yo sigo investigando este asunto por mi cuenta y riesgo y he podido avanzar un poco más. Creo que se va a esclarecer internacionalmente, pero sería magnífico que ello sucediese por iniciativa de su gobierno y que se estableciesen las debidas responsabilidades.
Gustavo Coronel
Cédula de identidad Nro. 606.653.
Cédula de identidad Nro. 606.653.
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