Hoy cumple 89 años de vida Carlos Andrès Perez. Un hombre de la historia. Hombre de acciòn y eso conlleva muchos riesgos
El lo afirmado muchas veces “responsable de muchos aciertos y de muchos errores”. Fuì testigo de muchos de sus aciertos y de sus errores. Algun dìa, que serà pronto, contarè todo lo que se. Lo que hoy vivimos no es una casualidad. Le faltaban 6 meses para terminar su perìodo constitucional y han podido esperar y despuès lo hubieran hecho preso, por haber enviado a Nicaragua 25 mil bolivares fuertes, para ayudar a consolidar su democracia.
Muchos de los que lo defenestraron, hoy los veo renegando de haberle abierto las puertas al diablo. A otros que tambien se chuleraon a Perez, los veo pa lla y paca. Y otros se olvidaron de èl. Ya es un hombre de despedida en la vida, pero los amigos son para siempre. Yo, solo le debo el afecto y la confianza que puso en mi y de muchas cosas que aprendì para vivir en paz conmigo mismo.
Nunca fuì funcionario de su gobierno. Otros si, y muchos de esos no lo volvieron a ver, ni en el junquito donde estuvo preso, ni en el lecho de enfermo. El que quiera tener amigos perfectos no tendrà nunca amigos. Y con este pequeño escrito le envio mi palabra de amistad a mi amigo Carlos Andrès Perez, dos veces Presidente de Venezuela, por la voluntad popular.
Algún dìa Venezuela serà libre, pero no para que se vuelvan a repetir tanta cosas de las cuales hoy vivimos sus consecuencias. No quiero dañar esta pequeña ofrenda cayendo en la tentaciòn de dar nombres, solo repetirè lo que el propio Carlos Andrès Pèrez, me decia, el que odia no hace daño al que pretende odiar, sino se hace daño asi mismo. Generosidad es el gran valor de la vida.
Por eso la solidaridad es un recurso tan escaso. Muchos, son más amigos del poder, que de los hombres.
Comentario de Elio Aponte de ORVEX
En este su cumpleaños, puedo decir por experiencia propia que Carlos Andrés Pérez fue un hombre que respeto altamente a sus adversarios políticos, entre ellos mi padre, Elio Francisco Aponte Gonzalez, y su legado como fundador del Frente de Trabajadores Copeyanos y copeyano de toda la vida.
Cuando mi padre murió el 9 de mayo de 1973, Carlos Andrés aún no era presidente. Mi padre venía de ser Diputado del Estado Zulia por el partido Copei durante el quinquenio anterior, y los “amigos” copeyanos lo sacaron de las planchas para el próximo período del Congreso por el simple hecho de que se le habían dañado las cuerdas vocales de tantos discursos que dio durante la campaña electoral, y los médicos le prohibieron hablar. Este handicap temporal impidió que a la hora de su muerte mi padre fuese diputado; no obstante, Rafael Caldera le dió un nombramiento para ser Coordinador Laboral del IVSS en Caracas, cargo que ocupaba cuando murió. Luego del fallecimiento de mi padre, mi madre ocupó el cargo de mi padre en el IVSS; viuda con 5 niños; el mayor el suscrito, con 12 años de edad, y cuatro niñas.
Al tomar el poder, Carlos Andres Pérez tuvo la gran gentileza y humanidad de ordenar que a mi madre no la fueran a sacar del cargo de Coordinador Laboral del Seguro Social, permitiendo que ella pudiera ejercer dicha posición a medio tiempo a fin de que ella pudiera culminar sus estudios universitarios en la UCV, graduándose como Politologo en la primera promoción de esa casa de estudios, y siendo la única mujer; y con 17 puntos de promedio, nada mal para una viuda con 5 niños.
Ese detalle de humanidad y gentileza, de respeto y de honor a sus adversarios, ya que Carlos Andres Pérez reconoció la gran labor de defensa a la democracia que hizo mi padre durante la dictadura de Pérez Jimenes, al crear varios sindicatos petroleros en la clandestinidad que aun hoy existen, lo cual le valió golpizas, cárcel y torturas de parte de los esbirros de Pedro Estrada, dice mucho de la calidad de persona que es este señor, dos veces presidente de Venezuela.
Podrá tener defectos Carlos Andrés Pérez, y hasta grandes desaciertos, pero lo que cuenta al fin y al cabo es el espíritu de gallardía y gentileza, de humildad y decoro, de este personaje de nuestra historia contemporanea.
Gracias a la carrera universitaria lograda por mi madre, por su experiencia junto a su esposo, paladín de la democracia, y por la honestidad de Luis Herrera Campins, mi madre fue nombrada Agregado Laboral en la Embajada de Venezuela, en Washington DC, en donde hizo un Master en Política Internacional en la George Washington University. Y tuvo mucho que ver ese “empujoncito” que le dió Carlos Andrés Pérez.
Honor y honra a quien se lo merece.
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Comentario de la Administradora: Feliz cumpleaños Presidente!
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