El General (r) Guaicaipuro Lameda acaba de distribuir entre sus contactos un escrito de especial gravedad, en el cual describe lo que ha sido una tenebrosa conspiración extranjera contra Venezuela, montada por los traidores chavistas-castristas-maderistas. El general Lameda fue por breves momentos un importante funcionario de Hugo Chávez, en Finanzas y como presidente de PDVSA, hasta que se convenció de que ese régimen iba hacia el desastre. Cuando estuvo a cargo de PDVSA fue a Cuba por una semana, durante la cual sufrió un intento de adoctrinación por el régimen castrista, ya que se pensaba que él estaría indefinidamente a cargo de PDVSA. En el escrito nos revela lo que el mismo Fidel Castro le dijo en La Habana, durante un almuerzo. Lameda apunta que el almuerzo se realizó el mismo día que llegaba Putin a La Habana, en 2000, y que Castro no fue a esperarlo al aeropuerto por estar almorzando con él, a quien consideraba importante de influenciar.
Este es el escrito:
La receta de Fidel
Guaicaipuro Lameda
Muchos son los analistas que piensan que el gobierno venezolano ha fracasado y que ya está de salida. Muchos lo ven así porque piensan que en Venezuela rige una democracia, cuando lo que controla al país en un régimen autoritario y totalitario que se mimetiza tras unos procesos electorales convenientemente amañados.
El gobierno de Nicolás Maduro ha sido más exitoso que el de Chávez, basta con valorar los resultados en función del objetivo, la estrategia y el manejo del tiempo por parte del gobierno. Veamos entonces:
El Objetivo: Producir una transformación cultural para que el venezolano piense y se comporte de manera distinta en términos económicos, políticos y de organización social. El pensamiento: COMUNISMO a la manera de Fidel Castro.
La Estrategia: Empobrecimiento colectivo como medio de dominación política.
Tiempo: Tres generaciones, los mayores se resisten pero desaparecen por razón natural de edad, los jóvenes viven la ambigüedad entre lo que impone la revolución y lo que le transfieren los mayores, y finalmente los niños que aprenden lo que les inculca la revolución. Eso requiere un mínimo de 30 años hasta que los niños formados con nuevo pensamiento puedan llegar a posiciones de poder.
Para muestra de cómo los Venezolanos de hoy, pensamos distinto y nos hemos acostumbrado progresivamente, sin ejercer protesta y con resignación silente, basta con ver que hacemos colas interminables para comprar algo o que nos alegramos porque logramos comprar algo hasta por 100 veces de lo que el gobierno anuncia que debe ser su precio justo. Hoy, hasta pensamos que lo justo es que nos racionen las cosas con equidad. Ese es un triunfo del gobierno para el logro de su objetivo.
Para hacerle antecedente a enunciada receta de Fidel, deseo recordar que en una entrevista con Carla Angola me preguntó:
Me parece imprescindible que el Gobierno quede al descubierto. Lo brutal de la confesión de Giordani, es que esa gente humilde e inocente confía en esta revolución y la cree su salvadora. ¿Y si supieran que en realidad son sus verdugos?
Yo le respondí: Yo fui a Cuba durante 5 días. Fue una visita solicitada por Fidel a Chávez por intermedio del Ministro de Industrias Básicas, con doble propósito. Primero, convencerme de la necesidad que tenía Cuba de recibir ayuda desde Venezuela, y segundo, someterme a un proceso de “inducción revolucionaria”. Chávez me había presentado a Fidel en los siguientes términos: “Lameda será el Presidente de PDVSA mientras yo sea el Presidente de Venezuela”.
Ver en: https://saladeinfo.wordpress.com/2013/02/13/los-pobres-tendran-que-seguir-siendo-pobres-los-necesitamos-asi/
Me han preguntado sobre los detalles de esa Inducción Revolucionaria. A continuación presento un resumen de los ingredientes de la receta que recibí mientras Fidel Castro y Yo compartíamos un almuerzo en la Habana. Mi esposa: Isabel, fue testigo presencial de esta conversación donde se me "informaba" sobre los detalles tácticos de la estrategia para mantenerse en el poder en Venezuela: El empobrecimiento colectivo como medio de dominación política.
Ingrediente N° 1:
Al que no le guste la revolución, que se vaya. Hágaselo difícil pero ábrale unas puertas.
Ingrediente N° 2:
A la gente hay que mantenerla ocupada aunque sea buscando comida. Mientras buscan cubrir sus necesidades básicas, manténgalos presionados con los cuerpos de seguridad e inteligencia para que no murmuren y sientan temor.
Ingrediente N° 3:
Venezuela tiene que calcular lo que necesita para satisfacerlas necesidades básicas de la población. El resto de la renta petrolera le estorba, y tiene que quemarlo. Eso, es una gran oportunidad para quemar dinero mientras se compra y compromete la lealtad de algunos y se inhabilita a los adversarios.
Ingrediente N° 4:
Asegúrese un enemigo creíble y poderoso, si no lo tiene CREELO. Así, los suyos percibirán que usted es su defensor contra ese GIGANTE que los atropella y los opositores percibirán que tienen una esperanza en ese liderazgo que es capaz de desafiar al poderoso gobierno.
Ingrediente N° 5:
Mantenga a los pobres en su pobreza pero con esperanza, algunos deben saltar de allí y debe ser muy notorio. Dosifíqueles lo que les da, tanto en cantidad y como en oportunidad, pero haga mucha propaganda que es el principal alimento de la revolución.
Ingrediente N° 6:
Ponga a los líderes y analistas de oposición a que le haga la mitad del trabajo. Unos que cacareen mucho pero que “jodan poco” porque los tiene amarrados e inhibidos y los otros porque riegan la propaganda que usted produce para generar miedo y zozobra. Contra la espada y la pared la oposición siempre le sumará a la revolución.
Ingrediente N° 7:
Establezca una economía dual en paralelo. Una que se lleva por el régimen que alienta el gobierno para los pobres y la otra que se le hace inalcanzable e insoportable para la oposición. Los pobres quedan dominados y los otros buscan irse.
Ingrediente N° 8:
Infunda terror en dos vías: a los suyos que teman perder lo que el gobierno les da, les permite o les ofrece, y a los opositores que tengan mucho miedo a perder lo que tienen, incluso la libertad y la vida.
Ingrediente N° 9:
Sea muy permisivo para que se hagan cosas fuera de la ley; y haga que sea muy difícil hacerlo dentro del marco de la ley. Así forzará a que las cosas se hagan fuera de la ley y mantendrá a la gente amarrada, comprometida, dominada e inhabilitada.
Ingrediente N° 10:
Las elecciones son un vitalizador de la esperanza. En tiempo de elecciones:
Ø Entregue más de lo que esperan y hágale mucha propaganda bien focalizada.
Ø Para realzar la imagen del defensor del pobre, propínele muchos golpes sucios a los opositores.
Ø Primero, atienda a los más pobres, son los más baratos. Apoye ascendiendo en los otros estratos sociales hasta donde sienta que es suficiente para “ganar las elecciones”. El resto es “el enemigo para la lucha de clases”.
Esta era la receta de Fidel Castro para poner la democracia de rodillas. Funcionó en Cuba plenamente y, ahora, nos dice Lameda, sigue funcionando en Venezuela, después de la muerte del sátrapa. Lo cierto es, según apunta Lameda, que el proceso de embrutecimiento colectivo sigue vigente, ahora con más eficiencia, bajo el gran payaso iletrado que es Maduro. Se ha instalado en el país un proceso de inercia social, en base al cual la sociedad venezolana se sigue mediocrizando, a medida que se mueren los venezolanos de la etapa ciudadana y democrática pre-chavista y son reemplazados por agentes de la prostitución, como Cabello y Padrino López o, a nivel de las masas, por gente joven que no conoció la democracia y que piensa que hacer colas para comprar comidas y medicinas es ‘normal” y hasta “divertido”, según predica la corrupta Jacqueline Farías desde su lujosa oficina de Movilnet.
Este escrito de Lameda es un nuevo y sonoro clarín de alerta a lo que queda de la dignidad venezolana.
¿Quien hablará por Venezuela?: ¿El pueblo en rebelión? ¿La Fuerza Armada Institucional, si es que existe? ¿La Comunidad regional?
Si Venezuela no se pone de pie, ¿Cuál será el destino final de este país que en algún momento tuvo sueños de grandeza?
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