La
Jueza Susana Barreiros siguiendo el guión del Capo Diosdado Cabello y
la dictadura madurista, decidió hipotecar su futuro en nombre de la
revolución criminal y el narco-estado venezolano. La
sentencia elaborada "a priori" por los juristas bastardos de la
dictadura, más no por ella, viene a constituir uno de los elementos
probatorios y públicos de mayor peso en contra de la tiranía que hoy desangra a Venezuela.
Somos millones los venezolanos que desde hace años hemos venido
enfrentando al régimen de manera frontal y sin titubeos. Muchos
han pagado con su propia vida, otros tantos hoy se pudren en las
mazmorras del régimen y algunos "afortunados" pudimos escapar y vivimos
partidos en dos, exiliados, pero con el corazón en Venezuela.
Lamentablemente el proceder pusilánime
de nuestros políticos de "oposición", hoy en día amalgamados en la MUD y
liderados por Capriles, no han sabido y no han querido en muchos casos,
llamar las cosas por su nombre: algunos por miedo y otros por
complicidad.
El accionar del régimen al que todavía algunos ilusos llaman "gobierno"
y del genocida Maduro, al que otros tantos llaman "presidente"; viene
dado precisamente porque se saben intocables y respaldados por la
inacción tétrica de los mandos políticos opositores.
La sentencia dictada ayer contra Leopoldo López de 13 años y 9 meses, formaliza un pacto tácito entre el trinomio Régimen-Capriles-MUD. Leopoldo encarna lo más radical de la "oposición" y estorba a todos los defensores del "status quo" por igual.
López no es individualmente un preso político del régimen, Leopoldo es un preso político de la MUD, Capriles y la dictadura. Entre tantos engaños, falsedades y negociaciones variopintas, entra al ruedo la Jueza y peón Barreiros.
Susana Barreiros no es más que una simple ficha transitoria en un juego político maquiavelico, manejado a la perfección por los líderes del régimen y la "oposición". No sabe ella, ni mucho menos la mayoría de los venezolanos, el trasfondo del asunto.
Sin duda alguna su proceder pestilente ha marcado para siempre su
nombre, el de su familia y el de sus próximas generaciones geneológicas;
pero tan tonta no parece ser, ya lo presiente y su noche fue de espanto.
Testigos afirman que al leer la sentencia temblaba y que su voz
entrecortada denotaba un miedo profundo. Tuvo que hacer varias pausas y retomar la compostura.
Intuyo que estamos lejos del derrocamiento del régimen, pero acciones
como la de anoche perjudican insondablemente al narco-estado criminal y
al liderazgo "opositor" colaboracionista. En su afán
por controlar todo y repartirse sus parcelas de poder, han catapultado a
Leopoldo como el preso político más importante del hemisferio
occidental.
Lo han martirizado y convertido en un Mandela hispanoamericano.
Semejante barbaridad tendrá consecuencias inmediatas en el ámbito
internacional. Un paso muy importante en el arduo camino que debemos
seguir recorriendo para derrocar al régimen.
Después de la transición y de la junta cívico-militar que temporalmente
tomará el poder en Venezuela, Leopoldo López se erige hoy en día como
el primer presidente de la nueva era democrática del país.
Sólo su muerte impediría que lo logre.
Y cuando ese momento llegue, porque seguro estoy que llegará , Leopoldo perdonará a la Jueza Barrientos dando una clara muestra de humildad y magnanimidad. Al fin y al cabo representa ella en su malograda humanidad, un simple peón del contubernio político y vomitivo que hoy impera en Venezuela.
“Si la sentencia no implica mi libertad, usted va a tener mas miedo de leerla que yo de escucharla”
Leopoldo López a la Jueza
¡Patria, Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario