Irán alcanzó un acuerdo histórico el domingo con Estados Unidos y otras
cinco potencias mundiales al acceder a congelar temporalmente su
programa nuclear, lo cual representa el trato más significativo entre
Washington y Teherán en más de tres décadas de alejamiento.
El presidente iraní Hasán Ruhani respaldó el acuerdo, en el que Irán se compromete a disminuir sus actividades nucleares durante seis meses a cambio de una reducción limitada y gradual de las sanciones que Occidente le aplicó, lo que incluye el acceso a 4.200 millones de dólares provenientes de las ventas de petróleo. El semestre permitirá que los diplomáticos tengan tiempo de negociar un acuerdo de mayor alcance.
El trato llega luego del impulso generado tras el diálogo público iniciado en septiembre durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que incluyó una conversación telefónica de 15 minutos entre el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo Ruhani, de tendencia moderada, elegido en junio.
El paquete incluye congelar la capacidad de Irán de enriquecer uranio a un nivel de 5% como máximo, que está bastante por debajo del umbral necesario para obtener material que permita fabricar bombas atómicas, y busca apaciguar las preocupaciones occidentales de que Teherán pudiera desarrollarlas algún día. Obama elogió las cláusulas del pacto —que incluyen disminuciones en el enriquecimiento de uranio por parte de Irán y otros proyectos que podrían emplearse para fabricar armas atómicas— como cruciales para prevenir que Teherán se convierta en una amenaza nuclear.
"Para explicarlo en forma sencilla, cortaron los caminos más probables que Irán podría seguir hasta desarrollar una bomba", dijo a los periodistas en Washington. Para Irán, mantener activo el programa de enriquecimiento era una meta crucial. Los líderes iraníes ven la capacidad del país de fabricar combustible atómico como una fuente de orgullo nacional y parte esencial en su insistencia para alcanzar la autosuficiencia nuclear.
El ceder demasiado en el programa de enriquecimiento probablemente habría traído una tormenta de protestas por parte de los radicales iraníes, que ya se sentían aprensivos en torno a las maratónicas conversaciones y a los acercamientos de Ruhani con Washington. En un discurso difundido a nivel nacional, el mandatario iraní dijo que el acuerdo reconoce los "derechos nucleares" de Irán incluso si esas palabras específicas no fueron incluidas en el documento final debido a la oposición de las potencias occidentales. "Sin importar las interpretaciones que se den, el derecho de Irán al enriquecimiento ha sido reconocido", dijo Ruhani, que posteriormente posó con familiares de científicos nucleares muertos en homicidios cometidos en años recientes de los que Irán ha culpado a Israel y sus aliados.
Al afirmar que "la confianza es una calle con dos sentidos", Ruhani insistió que las conversaciones en torno a un acuerdo amplio deberían comenzar de inmediato. El canciller iraní Mohammad Javad Zarif, que encabezó la delegación de su país, exhortó a ambas partes a ver el acuerdo como una "oportunidad para poner fin a una crisis innecesaria y abrir nuevos horizontes".
Pero la reacción inicial en Israel fue sumamente negativa. El primer ministro Benjamin Netanyahu consideró el acuerdo un "error histórico". En declaraciones a su gabinete, Netanyahu dijo el domingo que Israel no está obligado por el trato y se reserva el derecho a defenderse, con lo cual se refiere a una posible acción militar contra Irán. El premier ha dicho que la comunidad internacional está cediendo demasiado a Teherán, del que cree conservará la capacidad de producir un arma nuclear y amenazar con ella a Israel.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, que se unió a las negociaciones finales junto con los cancilleres de Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania, dijo que el pacto hará que los aliados estadounidenses en Oriente Medio, incluido Israel, estén más seguros al reducir la amenaza de guerra. "Acuerdo en Ginebra", afirmó en un tuit.
"El primer paso hace que el mundo sea más seguro. Ahora hay más trabajo por hacer". El acuerdo representa un hito entre los dos países, que rompieron sus relaciones diplomáticas hace 34 años cuando la revolución islámica de Irán alcanzó un clímax con el allanamiento de la embajada estadounidense en Teherán. Desde entonces las relaciones entre los dos países han sido frías y hostiles. Un comunicado de la Casa Blanca indicó que el acuerdo limita las reservas de uranio enriquecido de Irán, el cual puede ser convertido en el núcleo fisible de armas atómicas.
El texto señaló también que el trato disminuye la cantidad y las capacidades de los centrifugadores utilizados para enriquecer y limita la capacidad de Irán de "producir plutonio para armas" de un reactor que se encuentra en etapas avanzadas de construcción.
Desde que fue dado a conocer en 2003, el programa iraní de enriquecimiento de uranio ha crecido de algunas decenas de centrifugadores a más de 18.000 instalados y más de 10.000 en operación.
Las máquinas han producido toneladas de este mineral a bajo nivel de enriquecimiento. Irán también tiene almacenados casi 200 kilos (440 libras) de uranio a mayor nivel de enriquecimiento en una forma que puede ser convertido con mayor rapidez en material para una ojiva fisible que el uranio de bajo nivel. El suministro con que cuenta casi le alcanza para fabricar una bomba.
A cambio de las disminuciones de Irán, el comunicado de la Casa Blanca prometió "alivio limitado, temporal, específico y reversible" en las sanciones al país asiático, al tiempo que hizo notar que "continúa en vigor la arquitectura crucial de sanciones al petróleo, bancarias y financieras". Además, advierte que cualquier alivio temporal a las sanciones será revocado y se implementarán nuevas penalizaciones si Irán no cumple lo que prometió.
2 de abril, 2015
El presidente iraní Hasán Ruhani respaldó el acuerdo, en el que Irán se compromete a disminuir sus actividades nucleares durante seis meses a cambio de una reducción limitada y gradual de las sanciones que Occidente le aplicó, lo que incluye el acceso a 4.200 millones de dólares provenientes de las ventas de petróleo. El semestre permitirá que los diplomáticos tengan tiempo de negociar un acuerdo de mayor alcance.
El trato llega luego del impulso generado tras el diálogo público iniciado en septiembre durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, que incluyó una conversación telefónica de 15 minutos entre el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo Ruhani, de tendencia moderada, elegido en junio.
El paquete incluye congelar la capacidad de Irán de enriquecer uranio a un nivel de 5% como máximo, que está bastante por debajo del umbral necesario para obtener material que permita fabricar bombas atómicas, y busca apaciguar las preocupaciones occidentales de que Teherán pudiera desarrollarlas algún día. Obama elogió las cláusulas del pacto —que incluyen disminuciones en el enriquecimiento de uranio por parte de Irán y otros proyectos que podrían emplearse para fabricar armas atómicas— como cruciales para prevenir que Teherán se convierta en una amenaza nuclear.
"Para explicarlo en forma sencilla, cortaron los caminos más probables que Irán podría seguir hasta desarrollar una bomba", dijo a los periodistas en Washington. Para Irán, mantener activo el programa de enriquecimiento era una meta crucial. Los líderes iraníes ven la capacidad del país de fabricar combustible atómico como una fuente de orgullo nacional y parte esencial en su insistencia para alcanzar la autosuficiencia nuclear.
El ceder demasiado en el programa de enriquecimiento probablemente habría traído una tormenta de protestas por parte de los radicales iraníes, que ya se sentían aprensivos en torno a las maratónicas conversaciones y a los acercamientos de Ruhani con Washington. En un discurso difundido a nivel nacional, el mandatario iraní dijo que el acuerdo reconoce los "derechos nucleares" de Irán incluso si esas palabras específicas no fueron incluidas en el documento final debido a la oposición de las potencias occidentales. "Sin importar las interpretaciones que se den, el derecho de Irán al enriquecimiento ha sido reconocido", dijo Ruhani, que posteriormente posó con familiares de científicos nucleares muertos en homicidios cometidos en años recientes de los que Irán ha culpado a Israel y sus aliados.
Al afirmar que "la confianza es una calle con dos sentidos", Ruhani insistió que las conversaciones en torno a un acuerdo amplio deberían comenzar de inmediato. El canciller iraní Mohammad Javad Zarif, que encabezó la delegación de su país, exhortó a ambas partes a ver el acuerdo como una "oportunidad para poner fin a una crisis innecesaria y abrir nuevos horizontes".
Pero la reacción inicial en Israel fue sumamente negativa. El primer ministro Benjamin Netanyahu consideró el acuerdo un "error histórico". En declaraciones a su gabinete, Netanyahu dijo el domingo que Israel no está obligado por el trato y se reserva el derecho a defenderse, con lo cual se refiere a una posible acción militar contra Irán. El premier ha dicho que la comunidad internacional está cediendo demasiado a Teherán, del que cree conservará la capacidad de producir un arma nuclear y amenazar con ella a Israel.
El secretario de Estado norteamericano John Kerry, que se unió a las negociaciones finales junto con los cancilleres de Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania, dijo que el pacto hará que los aliados estadounidenses en Oriente Medio, incluido Israel, estén más seguros al reducir la amenaza de guerra. "Acuerdo en Ginebra", afirmó en un tuit.
"El primer paso hace que el mundo sea más seguro. Ahora hay más trabajo por hacer". El acuerdo representa un hito entre los dos países, que rompieron sus relaciones diplomáticas hace 34 años cuando la revolución islámica de Irán alcanzó un clímax con el allanamiento de la embajada estadounidense en Teherán. Desde entonces las relaciones entre los dos países han sido frías y hostiles. Un comunicado de la Casa Blanca indicó que el acuerdo limita las reservas de uranio enriquecido de Irán, el cual puede ser convertido en el núcleo fisible de armas atómicas.
El texto señaló también que el trato disminuye la cantidad y las capacidades de los centrifugadores utilizados para enriquecer y limita la capacidad de Irán de "producir plutonio para armas" de un reactor que se encuentra en etapas avanzadas de construcción.
Desde que fue dado a conocer en 2003, el programa iraní de enriquecimiento de uranio ha crecido de algunas decenas de centrifugadores a más de 18.000 instalados y más de 10.000 en operación.
Las máquinas han producido toneladas de este mineral a bajo nivel de enriquecimiento. Irán también tiene almacenados casi 200 kilos (440 libras) de uranio a mayor nivel de enriquecimiento en una forma que puede ser convertido con mayor rapidez en material para una ojiva fisible que el uranio de bajo nivel. El suministro con que cuenta casi le alcanza para fabricar una bomba.
A cambio de las disminuciones de Irán, el comunicado de la Casa Blanca prometió "alivio limitado, temporal, específico y reversible" en las sanciones al país asiático, al tiempo que hizo notar que "continúa en vigor la arquitectura crucial de sanciones al petróleo, bancarias y financieras". Además, advierte que cualquier alivio temporal a las sanciones será revocado y se implementarán nuevas penalizaciones si Irán no cumple lo que prometió.
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