Una comisión del Senado explicó el alcance de las sanciones a Caracas
Por: Carolina Bellocq
@carobellocq
Fuente: El Observador
Marco Rubio |
El subcomité de Asuntos para Latinoamérica del Senado estadounidense
dedicó su sesión de ayer al análisis de la situación de Venezuela, luego
de que la semana pasada Washington declarara sanciones para siete
personas de aquél país. Los expertos que participaron en el debate
denunciaron desde la falta de respeto a los derechos humanos hasta la
complicidad con el narcotráfico y envíos de dinero al presidente sirio
Bachar al Asad.
La declaración de EEUU de Venezuela como amenaza a su seguridad nacional
contenía términos “alarmistas” que hicieron que fuera malinterpretada,
consideró el investigador Christopher Sabatini, uno de los ponentes ayer
de tarde en la sesión del Congreso. Él fue uno de los que puntualizó
los alcances de la normativa y detalló que, “si bien Venezuela no
representa un riesgo para la seguridad nacional de EEUU como se indicó
la semana pasada, sí es un riesgo, tal vez más para el resto de la
región, pero riesgo al fin”.
Algo similar expuso el subsecretario adjunto para América Latina del
Departamento de Estado, Alex Lee, quien hizo énfasis en el hecho de que
las medidas no son un castigo para el país sino para aquellos que
promovieron la desestabilización a lo largo de 2014, especialmente
durante las protestas de febrero, cuando organizaciones internacionales
constataron abusos contra los derechos humanos.
“EEUU no está buscando la caída del gobierno de Venezuela ni intenta
sabotear la economía de ese país (…). Mantenemos las relaciones
diplomáticas y estamos abiertos a la conversación y el debate”, aplacó
Lee, después de que la declaración de Washington de la semana pasada
desatara críticas desde Caracas por injerencia indebida.
Por eso el profesor Sabatini hizo énfasis en que la orden ejecutiva del
gobierno de Barack Obama fue para “negarle el ingreso a EEUU a aquellas
personas que estuvieron involucradas en violaciones a los derechos
humanos”, pero que en ningún modo es un castigo para el país.
Narcotráfico e influencias
De todas formas, los participantes en la reunión expusieron todo tipo de
argumentos para probar la peligrosidad de Venezuela y su importancia
para los estadounidenses. Sabatini se quedó con dos argumentos para
pensar que “aumenta el espectro de un estado fallido en Occidente”: la
desarticulación de instituciones que se suma a la crisis económica y
política; y la implicación del gobierno en el narcotráfico.
Santiago Canton, otro de los ponentes, acabó declarando que “no hay
democracia en el país”. Como director del Centro para la Justicia y los
Derechos Humanos del Centro Robert F. Kennedy, denunció desde la falta
de libertad de expresión hasta las violaciones al derecho de reunión,
así como la poca independencia del sistema judicial y violaciones a los
derechos políticos.
El que más ahondó en sus críticas, empero, fue Douglas Farah, presidente
de la consultora IBI y asesor del gobierno. Su tesis principal es que
Venezuela se constituyó en “una suerte de eje de una empresa criminal
internacional que extiende sus tentáculos por el hemisferio, que cuenta
con el apoyo activo de Irán, Rusia y otros países hostiles a EEUU. Esta
es la amenaza directa de ese país a EEUU”.
Su exposición, disponible en el sitio web del Senado, son 15 carillas de
afirmaciones y supuestas pruebas. Contiene sucesivas menciones a la
“creciente evidencia” del apoyo de Caracas hacia grupos terroristas
narcotraficantes, especialmente las FARC colombianas y el Hezbolá
libanés, que a la vez están conectados entre sí. Según sus
investigaciones, el gobierno de Maduro “protege” a los dos grupos
delictivos y, en el caso del colombiano, “no solo le dio refugio, sino
que lo financia y ayuda”.
Prueba de esto es que los militantes de las FARC circulan por Venezuela
sin ser perseguidos, consiguen documentación de ese país y logran
acceder a las rutas de exportación de cocaína, denunció Farah.
Citando una investigación divulgada este fin de semana por la revista
brasileña Veja, el experto también abundó en la idea de que Venezuela
fue el puente en las relaciones entre Irán y Argentina. En 2008 EEUU ya
había cuestionado a diplomáticos caribeños por facilitar financiación al
Hezbolá, que tiene vinculación con Teherán. Farah profundizó en esta
idea y expuso que la nación persa, que tiene mercados bloqueados por
sanciones de Occidente a su plan nuclear, penetra en otros mercados
financieros a través de Argentina y, en mayor medida, de Venezuela.
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