POR: LUIS CARÍAS TOSCANO
Fuente: Diario las Américas
Enfrenta casi 30 arbitrajes
internacionales ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial
El fallo en el juicio arbitral entre PDVSA y la empresa petrolera
estadounidense Exxon Mobil, , será anunciado antes del 29 de septiembre,
según información extraoficial. (Archivo)
Las múltiples expropiaciones impulsadas por el presidente Hugo Chávez
generaron consecuencias para Venezuela, que enfrenta casi 30 arbitrajes
internacionales ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, cuya imposibilidad de
pago coloca a Petróleos de Venezuela (PDVSA) al borde del embargo.
Esta semana, el tribunal arbitral del Banco Mundial resolvió que
Venezuela deberá pagar 740,3 millones de dólares a la minera canadiense
Gold Reserve por la expropiación de su participación en dos grandes
proyectos auríferos en el sudeste del país en 2009.
Además, el fallo en el juicio arbitral entre PDVSA y la empresa
petrolera estadounidense Exxon Mobil, , será anunciado antes del 29 de
septiembre, según información extraoficial y, probablemente, obligará a
Venezuela a entregar una indemnización de más de 1.000 millones de
dólares por la expropiación de sus activos en la Faja del Orinoco, en el
proyecto de crudo pesado Cerro Negro en 2007.
A pesar de que Venezuela se retiró del CIADI en el año 2012, aún
enfrenta 30 multimillonarios arbitrajes internacionales en ese tribunal.
Dos de los más onerosos son los que llevan adelante las petroleras
Exxon Mobil y ConocoPhillips, este último el más grave que enfrenta el
país sudamericano porque la petrolera aspira a una indemnización de
31.000 millones de dólares por la nacionalización de dos proyectos en el
Orinoco y dos convenios de exploración en Oriente.
Diego González, presidente del Centro de Orientación de Energía
(COENER), aseveró que PDVSA “definitivamente no tiene caja para afrontar
esos pagos”, ni aun vendiendo a Citgo, la filial refinadora de la
estatal venezolana en Estados Unidos. Además, la deuda es cercana a los
46.000 millones de dólares, que se debe pagar en partes cada seis meses
aproximadamente.
En caso de impago, el riesgo inmediato para PDVSA es el embargo de sus
propiedades. “La única alternativa es producir más. Se necesita un
proceso de apertura para aumentar la producción; deben venir capitales;
eliminar el control cambiario. En fin, hay formas cómo resolver, pero
debe cambiarse el modelo económico y político”, afirmó González.
Una empresa hipertrofiada
De acuerdo con el ingeniero petrolero, de 298.000 millones de barriles
en las reservas, apenas 4,3%, es decir, 12.920 millones están
desarrollados.
Además, la producción cayó de 3.000.000 de barriles diarios en 1998 a
2.350.000 en 2013. En el mismo período, la cantidad de pozos de
exploración cerrados aumentó de 15.053 a 17.795, según cifras
oficiales.
Como consecuencia, Venezuela pasó de representar el 4,8% de la
producción mundial de hidrocarburos a sólo el 2,6%. “La empresa ha
mostrado un deterioro sin comparación. Por la cantidad de pozos
cerrados, los costos de producción crecieron de 5,16 dólares por barril
en 1998 a 11,4 en 2013”.
Deudas y más deudas
Desde que la denominada "revolución bolivariana" ascendió al poder, los
pasivos de la estatal petrolera venezolana se dispararon de 15.787
millones de dólares en 1998 a 146.634 millones de dólares en 2013.
Esa cuenta excluye la política de “cooperación energética” de Venezuela,
pues desde que Petrocaribe nació a mediados de 2005, se han vendido
43.239 millones de dólares en barriles de petróleo con un plazo de pago
preferencial de 15 a 25 años, con otros dos de gracia y una tasa de
interés entre 1% y 2%.
Paralelamente, los aportes a la nación crecieron de 6.820 millones de
dólares a 71.818 millones de dólares, monto que incluye misiones
sociales, fondos sin supervisión y otras áreas que poco tienen que ver
con el petróleo, como fábricas de bloques, telas, ladrillos, textiles o
calzados.
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