Hasta ahora no hay víctimas, pero lo que conversó María Gabriela
Chávez con Fidel Castro en su repentina visita a Cuba causó un terremoto
en el seno del gobierno de Nicolás Maduro.
La hija predilecta del finado presidente habría acusado con pelos y
señales al Jefe de Estado venezolano de estar en fase de claudicación
frente a la MUD y de andar negociando la entrega de posiciones claves
del poder a los grupos que ella denominó de la derecha capitalista. Pero
eso no fue todo, Marigaby le hizo saber al barbudo “abuelo” en La Habana, que ella quería ser la próxima candidata presidencial del oficialismo, y por lo inmediato ser también la nueva presidenta del PSUV, para lo cual contaría en el apoyo de Diosdado Cabello.
El legendario, como acabado líder de la revolución cubana, le
aconsejó no precipitarse y le observó, además, que los grandes riesgos
que tiene por delante en sus aspiraciones son el propio Cabello y un
golpe militar. Para coger palco.
Epicentro del Sismo.
La primera reacción de Maduro después de la reunión de la hija de
Chávez y Fidel Castro, habría sido activar una movida de mata en su tren
ministerial, comenzando por replantear la salida de Jorge Arreaza como Vicepresidente Ejecutivo, que es una cuota de la familia Chávez.
Para reemplazarlo quiere a Rafael Ramírez, pero este se resiste a dejar
Pdvsa, que es la ubre más lechera, y ahora se baraja el nombre del
ministro Ricardo Menéndez, titular de Educación Superior, promovido por
el mismo Arreaza. Por cierto que Fidel en su larga conversación con
María Gabriela le habría mostrado preocupación muy severa por los
poderes que Maduro le está dando al mayor/general Miguel Rodríguez
Torres, que pudiera ser “cuchillo para su garganta”. Pa’ que más.
Así lo publica ABC:
María Gabriela Chávez, de 33 años, no oculta sus aspiraciones de suceder algún día a su padre, Hugo Chávez,
quien falleció el 5 de marzo de 2013 tras gobernar en Venezuela durante
catorce años. El militar venezolano ha dejado un vacío en el chavismo
que nadie ha podido llenar hasta ahora, ni siquiera su heredero
designado, Nicolás Maduro.
El actual mandatario, que llegó a la presidencia por un punto de
diferencia frente al opositor Henrique Capriles, aparece bastante
deteriorado tras un año de crisis de política y económica. La firma Datanálisis apunta una caída de diez puntos de su popularidad, hasta el 37%,
desde que el pasado 12 de febrero comenzó una ola de protestas que pide
«La salida» de su gobierno por el desabastecimiento de alimentos y la
inseguridad.
María Gabriela anunció el pasado 28 de abril, a bombo y platillo en
su cuenta de Instagran, la reunión que mantuvo en Cuba con Fidel Castro.
«En mi regreso a La Isla del Gigante, tuve el honor de compartir
durante tres horas con mi querido Fidel, comandante de todos los
tiempos. Juntos revivimos la experiencias y momentos que con mi amado
padre compartimos».
Los Castro necesitan asegurar el subsidio de petróleo.
«Los Castro saben que el país aliado necesita preparar otra figura
menos comprometida, menos viciada, a la hora de una situación de
recambio en el poder. Ni Diosdado Cabello, ni el canciller Elías
Jaua ni el vicepresidente Jorge Arreaza son ya piezas estratégicas para
asumir el liderazgo del país», señala Sánchez, quien ve a María Gabriela como futura candidata del castro-chavismo.
Se trata, para decirlo en un lenguaje estrictamente castrista, de «un cuadro político en ascenso». «La mejor alumna de su papá en términos de formación ideológica, y fiel admiradora de Fidel Castro y de la revolución cubana», concluye Sánchez.
Su visita a La Habana también podría significar la esperanza del gobierno cubano de asegurarse con María Gabriela el subsidio de Venezuela para la supervivencia de la isla.
Este oscila entre los 7.000 y 8.000 millones de dólares anuales por los
más de 100.000 barriles diarios «regalados» y los contratos de los
profesionales cubanos.
María Gabriela Chávez, que ejerció de primera dama al acompañar a su
padre en las giras internacionales entre 2004 y 2012, le cogió tanto
gusto al poder que no abandona la residencia presidencial de La Casona
para que la ocupen Nicolás Maduro y su familia. De ahí que, de la mano
de los cubanos, podría emular a la peruana Keiko Fujimori sin haber
estudiado en la Universidad de Columbia o en la de Boston.
Fuente: ABC.
Francisco M. Pérez / El Carabobeño.
efeemeperez@yahoo.com
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