Impotencia, frustración y dolor provocan las
fotografías que hemos podido captar desde la prisión militar de Ramo
Verde, en las que se ve al dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo
López, aferrado a la reja de la ventana de su celda. Mientras tanto
pasan “los 45 días” plazo que tiene a partir de su entrega el
Ministerio Público venezolano para formalizar una denuncia en su
contra.
López es uno de los objetivos del gobierno de Nicolás Maduro acusándolo de instigar la violencia y provocar acciones criminales.
Sin
importar el bando al que Usted pertenezca es importante resaltar la
valentía con la que Leopoldo López confrontó al gobierno y se entregó
en manos de un sistema judicial que ha demostrado estar al servicio del
régimen.
Duro testimonio desde la prisión donde otros
“privados de libertad” -eufemismo chavista para que no usemos la
palabra preso- esperan una justicia imparcial a la que no han tenido
acceso.
Presos como el general Raúl Isaías Baduel o el enfermo
de varias dolencias, el Comisario Iván Simonovis -para los que las
apelaciones judiciales o las peticiones de amnistía no han servido en
los años del gobierno rojo rojito- permanecen en esas mismas
instalaciones.
Calabozo el de López en el que no cabe siquiera un colchón doble. Sin visitas abiertas.
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