Además de la sociedad
civil, los militares quieren que los cubanos, que han venido
constituyendo un ejército de ocupación, se retiren de Venezuela. La
bandera cubana que cayó al suelo cuando era izada al llegar Raúl Castro
al país, no fue un simple episodio que ha servido para hacer
elucubraciones en las redes sociales. No hizo falta que la pisotearan,
fue una clara manifestación de la protesta militar ante la presencia de
un dictador que ordena atrocidades contra un pueblo que se levanta en
defensa de su soberanía.
El gobierno de La Habana, aunque adelanta
sus negociaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, posee
suficientes reservas en petróleo y alimentos para un año, además de
cerca de 10.000 millones en dólares y oro, a pesar de estar apertrechado
para sobrevivir a un cambio político que lo expulse de Venezuela, se
encuentra en un momento de total paranoia y desconfianza, porque no
puede permitir que expire la patente de corso que le otorgó Chávez a
los tiranosaurios Castro, para que se llevaran nuestro petróleo –más de
100.000 barriles diarios– y están dispuestos a defender lo que
consideran como un derecho, a sangre y fuego si es necesario, como
hicieron en Angola.
Consideran legítimo y moral mantener a toda
costa su poder en Venezuela, por la fuerza, con agentes especializados
en guerra urbana y francotiradores, infiltrados en la Guardia Nacional
Bolivariana (se calculan alrededor de 300 cubanos) y en los
“colectivos”, para someter los focos de resistencia a escala nacional y
mantener en el poder a la marioneta que pusieron en Miraflores.
La
sangre fría que han mostrado los atacantes de la GNB contra los
manifestantes solo puede explicarse por la presencia de los verdugos
cubanos, de agentes entrenados por cubanos y de los miembros de los
“colectivos” vestidos con el uniforme de la Policía Nacional
Bolivariana. Es una aberración que la GNB se preste al servicio de la
dictadura cubana, aunque es tal la ideologización que no ven a Cuba como
un país extranjero, sino como un componente de la revolución
bolivariana.
Por fortuna, en el Ejército, la Aviación y en la
Armada no sufren de la misma ceguera y cuestionan duramente la represión
y los métodos abiertamente terroristas que son utilizados contra los
estudiantes y la población civil. Según nuestras fuentes de
inteligencia, un grupo de militares haría un pronunciamiento donde
contemplan exigir: “1-. Que todos los cubanos en posiciones militares
abandonen el país. 2-. Que Cuba no siga drenando al país de alimentos,
que es una de las causas del desabastecimiento que llevará a una
hambruna. 3-. Desarmar a todos los ‘colectivos’, donde también hay
cubanos entrenados en guerra urbana con ametralladoras calibre 50 y otro
tipo de armamento moderno”.
En el sector militar hay unanimidad
en su rechazo a Cuba; en cuanto a la “salida” hay muchas divergencias,
unos hablan de un gobierno de transición y otros de un gobierno con
Diosdado Cabello. Afirman que no se puede pensar en elecciones ni en una
Constituyente mientras las instituciones estén secuestradas por el
castro-chavismo. Lo imperativo para los diferentes grupos en la Fuerza
Armada es evitar una guerra civil, que es lo que pretenden los cubanos
para continuar su poder en Venezuela.
Tic tac
Operaciones dirigidas: gran
parte de la mercancía que Mercal tiene en los puertos se está
reempacando vencida, y la que está podrida se llevan en containers o en
camiones para quemarla y responsabilizar a la oposición de dejar al
pueblo sin comida, como están haciendo con el alcalde de San Cristóbal
en el estado Táchira. Según las fuentes de inteligencia, esas
operaciones están dirigidas por los cubanos.
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