El 11 de abril de 2002 yo
tenía 16 años. Nunca había votado, pero recuerdo que participaba con
emoción en todas las marchas de aquellos días, y recuerdo también la
tensión y el odio que existía entre algunos sectores de la oposición y
el chavismo. Era precisamente por eso que marchaba, porque me negaba a
aceptar un país dividido y enfrentado.
¿Qué pasó en realidad ese día? Es una pregunta que varios, en especial el Gobierno, no tienen ningún interés en responder. Lo que sí se sabe, es que ese día se realizó la marcha más concurrida que haya visto nuestro país, y que lamentablemente terminó con un saldo de 19 personas asesinadas y 129 heridas.
Cuando digo que al Gobierno no le interesa aclarar qué fue lo que pasó, lo digo en primer lugar, porque el 15 de abril de 2004 el mismo Chávez dijo ante la Asamblea Nacional que la crisis de abril de 2002 había sido "necesaria", y que él mismo la había "creado". Pero en segundo lugar, creo que no les interesa en lo más mínimo aclarar lo que pasó, porque de las 79 investigaciones que abrieron para "esclarecer los hechos" el 96% de los casos han sido sobreseídos o archivados
Uno de los muy pocos casos que fue a juicio, y el único que aún cumple condena, es el de los 9 policías metropolitanos e Iván Simonovis. Quiero, en primer lugar, declarar mi absoluta solidaridad con todos y cada uno de ellos, porque estoy convencido de que fueron utilizados para hacerle creer a parte de la opinión pública, que se había hecho justicia.
El caso de Simonovis, es quizá el más emblemático de todos. Su juicio duró 3 años y 14 días, se realizaron 231 audiencias en Maracay, lo que implicó recorrer más de 45.000 km (una vuelta al planeta) esposado, entre la sede del Sebin en Caracas y el Palacio de Justicia en Maracay. Pero lo cierto es que ninguna de estas audiencias pudo atribuirle responsabilidad directa sobre los hechos por los cuales lo acusaron. Peor aún, el jefe del equipo multidisciplinario que se encargó de la investigación del 11 de abril, declaró en el juicio que no se encontraron pruebas de que Simonovis hubiese dado órdenes de disparar, comandar PM o entregarles armas, que fueron los cargos por los que fue imputado.
A pesar de todo lo anterior, Iván tiene más de 9 años preso, esta fue su décima Navidad separado de su familia. Tuvo que ver a sus hijos crecer desde la cárcel. Durante su detención en el Sebin, Iván no tuvo acceso a luz solar, lo que debilito sus huesos y le causó osteoporosis. Su columna vertebral puede quebrarse en cualquier instante dejándolo parapléjico o causándole la muerte.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de visitarlo en la cárcel, y desde entonces he decidido involucrarme en la lucha por su liberación y la de los demás presos políticos. Basta con conversar con él unos 5 minutos para darte cuenta que el frágil estado de sus huesos no es el mismo estado de su alma. Sabe que es inocente y por más que lo torturen, a él y a su familia, nadie podrá obligarlo a creer lo contrario.
Hace pocos días Maduro se refirió al caso, manipulando los acontecimientos y desechando toda posibilidad de una amnistía. Cada vez que se habla de la liberación de Simonovis, los oficialistas más radicales dicen que esto no puede suceder, porque las familias de quienes fallecieron el 11-A exigen justicia. Lo que omiten o ignoran estas personas, es que Iván y los policías presos sólo fueron acusados de complicidad por 2 de los 19 asesinatos ese día, por los otros 17 hoy no hay ni un sospechoso preso. Vale la pena preguntarse si eso es hacer justicia.
Twitter: @juanandresmejia
Correo: jam_mejia@hotmail.com
¿Qué pasó en realidad ese día? Es una pregunta que varios, en especial el Gobierno, no tienen ningún interés en responder. Lo que sí se sabe, es que ese día se realizó la marcha más concurrida que haya visto nuestro país, y que lamentablemente terminó con un saldo de 19 personas asesinadas y 129 heridas.
Cuando digo que al Gobierno no le interesa aclarar qué fue lo que pasó, lo digo en primer lugar, porque el 15 de abril de 2004 el mismo Chávez dijo ante la Asamblea Nacional que la crisis de abril de 2002 había sido "necesaria", y que él mismo la había "creado". Pero en segundo lugar, creo que no les interesa en lo más mínimo aclarar lo que pasó, porque de las 79 investigaciones que abrieron para "esclarecer los hechos" el 96% de los casos han sido sobreseídos o archivados
Uno de los muy pocos casos que fue a juicio, y el único que aún cumple condena, es el de los 9 policías metropolitanos e Iván Simonovis. Quiero, en primer lugar, declarar mi absoluta solidaridad con todos y cada uno de ellos, porque estoy convencido de que fueron utilizados para hacerle creer a parte de la opinión pública, que se había hecho justicia.
El caso de Simonovis, es quizá el más emblemático de todos. Su juicio duró 3 años y 14 días, se realizaron 231 audiencias en Maracay, lo que implicó recorrer más de 45.000 km (una vuelta al planeta) esposado, entre la sede del Sebin en Caracas y el Palacio de Justicia en Maracay. Pero lo cierto es que ninguna de estas audiencias pudo atribuirle responsabilidad directa sobre los hechos por los cuales lo acusaron. Peor aún, el jefe del equipo multidisciplinario que se encargó de la investigación del 11 de abril, declaró en el juicio que no se encontraron pruebas de que Simonovis hubiese dado órdenes de disparar, comandar PM o entregarles armas, que fueron los cargos por los que fue imputado.
A pesar de todo lo anterior, Iván tiene más de 9 años preso, esta fue su décima Navidad separado de su familia. Tuvo que ver a sus hijos crecer desde la cárcel. Durante su detención en el Sebin, Iván no tuvo acceso a luz solar, lo que debilito sus huesos y le causó osteoporosis. Su columna vertebral puede quebrarse en cualquier instante dejándolo parapléjico o causándole la muerte.
Hace algunos meses tuve la oportunidad de visitarlo en la cárcel, y desde entonces he decidido involucrarme en la lucha por su liberación y la de los demás presos políticos. Basta con conversar con él unos 5 minutos para darte cuenta que el frágil estado de sus huesos no es el mismo estado de su alma. Sabe que es inocente y por más que lo torturen, a él y a su familia, nadie podrá obligarlo a creer lo contrario.
Hace pocos días Maduro se refirió al caso, manipulando los acontecimientos y desechando toda posibilidad de una amnistía. Cada vez que se habla de la liberación de Simonovis, los oficialistas más radicales dicen que esto no puede suceder, porque las familias de quienes fallecieron el 11-A exigen justicia. Lo que omiten o ignoran estas personas, es que Iván y los policías presos sólo fueron acusados de complicidad por 2 de los 19 asesinatos ese día, por los otros 17 hoy no hay ni un sospechoso preso. Vale la pena preguntarse si eso es hacer justicia.
Twitter: @juanandresmejia
Correo: jam_mejia@hotmail.com
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