16/1/14
Hacer análisis sobre las
políticas públicas en Venezuela es un ejercicio peligroso. Cualquier
enfoque que se haga acerca de los anuncios económicos, petróleo, las
estrategias en salud, educación, seguridad, etc., corren el riesgo de
legitimar a los representantes de la dictadura cubana en el país,
quienes secuestran los poderes públicos en su totalidad y ejercen el
gobierno de forma ilegítima.
Y esta ilegitimidad se
deriva de múltiples violaciones a la esencia de cualquier sociedad
civilizada, atentando primero que nada con la dignidad nacional, ya que
nada puede ser más humillante que tener que rendirle cuentas de los
asuntos internos a una nación extranjera, con el agravante de ser ésta
un régimen tiránico que supera las cinco décadas esclavizando a su
pueblo.
La intención de estas
letras es hacerte un llamado a ti, hermano venezolano, para que de una
buena vez asumamos la realidad tal cual es y comencemos a llamar las
cosas por su nombre, poniendo de lado las hipocresías que han colmado el
escenario político, disfrazando la realidad para hacerla potable y así
conseguir ganancias partidistas que son intrascendentes para los
intereses nacionales en juego.
Si algo ha enseñado la
experiencia de estos terribles quince años, es que nos encontramos
acéfalos de liderazgo político capaz de confrontar la tragedia
directamente, con estrategias efectivas dirigidas, no a fortalecer a un
partido político o a personalidades individuales, sino a ponerle término
a una situación que nos está devorando el destino, haciendo cada vez
más difícil superar la muralla que aplasta la libertad y nos hace
retroceder a instancias primitivas de supervivencia pueril, cada día más
parecidos a una nación forajida y fracasada.
No tiene caso seguir
analizando por qué la dirigencia política ha fracasado estrepitosamente.
Todos aquellos que insisten en supuestos triunfos, no hacen otra cosa
que analizar escenarios ficticios, dentro de la trampa ilusionista que
contamina de polvos mágicos la realidad, en un escenario donde la lucha
política puede hacerse de forma convencional. En ese teatro de
ilusiones, los analistas analizan cosas como la estadísticas de apoyos a
X o Y tendencia, los espacios conquistados por Alfa u Omega, los
avances y retrocesos de Beta o Zeta, y así sucesivamente, cada mes, cada
año, cada eternidad.
En esta obra teatral,
los articulistas y sesudos expertos hablan un idioma que solamente
podría tener sentido si Venezuela fuera un país normal, donde la
democracia existe, con fallas pero existe, y donde la libertad no es una
quimera. La dirigencia política se ha preocupado por hacer política
tradicional, usando los mecanismos que son válidos cuando las realidades
no son un precipicio, cuando el tiempo no es un lujo que no se tiene, y
cuando lo más sagrado no está en juego.
Y esta actitud no podría ser más peligrosa, diría que mortal, en esta Venezuela que nos ha tocado sufrir.
Es mortal porque para
insistir en la aplicación de esos mecanismos de acción convencionales,
la dirigencia política necesariamente le da la espalda a la realidad y
crea escenarios que no son otra cosa que un espejismo. Y este espejismo
es una sentencia de muerte para aquellos que sabemos que la libertad es
el bien más preciado que tiene el ser humano, ya que la vida sin
libertad no vale la pena ser vivida, te reduce a ser un mendigo del
destino, un despojo de la suerte.
Este espejismo es el
equivalente a una olla caliente donde la rana fallece plácidamente, sin
siquiera sentir la aproximación de su final.
Son quince largos años
que seguirán sucediéndose indefinidamente mientras el espejismo se
conserve, gracias a que la gente continúa comprando boletos para la
función teatral en esta obra de ficción, que tan hábilmente han creado
los representantes de la dictadura cubana en Venezuela (“La Agencia
dictatorial cubana”) y los dirigentes de la llamada Mesa de Unidad
Democrática (“MUD”), que no es otra cosa que una entelequia, ya que ni
es una mesa, ni es unitaria, ni mucho menos es democrática.
Esta MUD es un
caleidoscopio de partidos políticos, en su totalidad izquierdosos,
integrados en un buen porcentaje por personas que han sido parte del
régimen y tienen visiones muy parecidas a éste, aunque hoy se llamen a
sí mismas “oposición”. La MUD es una trampa mortal, y hasta que el país
no reaccione y lo asuma, esa trampa apresará toda la energía que se
necesita para lograr la libertad.
No tiene caso entrar
aquí en una dinámica de dimes y diretes, de descalificaciones personales
tan propias de quienes no tienen argumentos para sostener ideas serias.
A los hechos hemos de remitirnos, resultados históricos que son tan
exactos como las matemáticas y se explican por sí mismos, sin necesidad
de traductores.
Allí están todas esas
promesas rotas, todos esos procesos electorales donde se prometieron
cosas que nunca se cumplieron, y que solamente sirvieron para legitimar
al régimen, atornillándole en el poder con traje democrático y
aceptación internacional, avalada por todo el sector político local. (Y
de nada sirve cantar fraude para enseguida pasar la página y
legitimar…eso se llama traición, no tiene otro nombre ni aplica ninguna
excusa…y tiene como resultado algo más desolador que si no se hubiera
cantado el fraude en primer lugar).
¿Y dónde quedó la
libertad? ¿Dónde quedó en todos estos años las reivindicaciones de
aquellos que buscaban en esas promesas electorales un final feliz, un
desenlace que les permitiera tener fe en el mañana, creer en el
porvenir, sentir ilusiones por el progreso de sus vidas en el país?
¿Cuál es el balance real de estos quince años? ¿Quiénes se han
beneficiado de los mismos, y quiénes han sido burlados?
Las respuestas son
evidentes. Los beneficiados han sido personalidades concretas, partidos
específicos…y burlados hemos sido todos los demás, la sociedad
venezolana como un todo, tú y yo, el grupo social que busca prosperidad a
través de un juego limpio y decente. Burlados somos todos los
venezolanos que no estamos en una chamba, que no dependemos de
prebendas, que no mamamos la teta de los representantes de la dictadura
cubana en Venezuela (eso que la MUD llama “gobierno”), que no comemos de
su alpiste regional ni municipal.
Porque es innegable que
uno se siente burlado cuando tras quince años, el único destino visible
es fuera de Venezuela, porque adentro reina el caos en todos los
aspectos que hacen digna la vida; malos olores se desprenden de cada una
de las variables que se tabulan para medir si una sociedad avanza,
retrocede o sencillamente se la lleva el diablo.
¿Qué hacer entonces?
Lo primero es llamar las
cosas por su nombre. Tenemos que rechazar en lo más hondo de nuestro
ser cualquier intento de mantener el espejismo tramposo. El gobierno no
existe. Aquí lo que hay es una agencia operativa de la dictadura cubana
que ha secuestrado todos los poderes públicos y que busca replicar en
Venezuela el modelo de esclavitud que destruyó a Cuba.
También hemos de
rechazar a la falsa oposición política. Ha quedado claro que la MUD y
sus voceros solamente tienen como objetivo ganar prebendas que les
permitan una convivencia pacífica con la dictadura cubana.
Porque nadie niega que
en Cuba hay paz. Aquella sociedad está integrada por esclavos pacíficos,
personas que se resignaron a vivir una vida miserable, recibiendo
favores y condescendencia de los tiranos que les esclavizan y que sí
viven como reyes.
Y aquí el objetivo es el
mismo. Tenernos a todos pacificados, resignados a un destino menor,
donde la sociedad es igualitaria en el sentido de que nadie puede
prosperar a través de su propio esfuerzo, donde hay que hacer colas y
tender la mano para recibir como limosna los insumos necesarios para
sobrevivir, casi en estado animal.
Por supuesto que en Cuba
también hay partidos de “oposición” y con periodicidad se celebran
elecciones, donde la gente acude pacíficamente y ejerce su derecho al
voto, que arroja como resultado siempre el mismo escenario, donde los
únicos que ganan son los partidos participantes, que reciben sus
prebendas correspondientes, para que sus líderes vivan cómodos, y
mantengan la ficción eternamente, siendo los tuertos felices en el país
de los ciegos. ¿Es eso lo que tú quieres?
Porque lo que está a la
vista de aquel que quiere ver y no engañarse, es que en Venezuela los
únicos que están ganando con todo este proceso, aparte de la dictadura
cubana, son los corruptos encamburados, los diputados, los gobernadores,
los alcaldes y todo el universo burocrático que los envuelve, pero tú y
yo, y todos los que no formamos parte de dicho universo, cada día
estamos peor, y no tiene caso describir en qué forma, tú lo sabes
perfectamente y no hace falta que yo te lo recuerde.
Entonces comencemos por
rechazar el espejismo, llamemos al pan, pan y al vino, vino. Y dentro
del terreno de la realidad, ya fuera del teatro de las ilusiones,
diseñemos la estrategia que sea genuinamente efectiva para ponerle
término a la dictadura cubana en Venezuela, para rescatar a nuestra
sociedad del infierno que asegura el comunismo (aunque lo disfracen con
otros nombres) y volvamos a un estado de cosas que permita tener una
vida decente en nuestro país y un destino promisorio, donde nuestras
familias estén seguras y podamos disfrutar de la existencia como es
justo y necesario.
¿Cómo hacerlo?
Partiendo del
desconocimiento de las autoridades ilegítimas. Tenemos que usar los
mecanismos a nuestra disposición (de boca en boca; redes sociales; etc.)
para exigir la restitución del orden constitucional que está
completamente violado en la actualidad.
Debemos convertirnos en
una voz lo suficientemente fuerte para que se consolide una matriz de
opinión que genere la exigencia de ponerle término definitivo a la
dictadura, y para eso hay que llamar dictadura a lo que hoy disfrazan
como gobierno.
Se tiene que hacer un
llamado colectivo a las fuerzas armadas institucionales (sí, ten la
seguridad que todavía quedan militares decentes) para que actúen
conforme lo dicta la Constitución Nacional y restablezcan el orden
constitucional vulnerado, expulsando a los representantes de la
dictadura cubana en Venezuela y estableciendo un gobierno cívico militar
transitorio, que facilite el establecimiento de un escenario propicio
para institucionalizar a los poderes públicos y elegir de forma
transparente y real a las diversas autoridades que representarán a
dichos poderes públicos.
Las personalidades que
formarán parte de este gobierno transitorio serán personas de intachable
trayectoria profesional, que sean dignos estandartes del cambio que se
necesita, y para eso la dinámica que se genere deberá contener los
instrumentos efectivos que permitan identificar a estas personas y
hacerlas acreedoras de la confianza necesaria para rendirle honores a
semejante responsabilidad.
Con esta nueva matriz de
opinión consolidada, los militares institucionales sentirán de verdad
la responsabilidad de cumplir con su deber constitucional. Hoy este
sentimiento se encuentra frustrado por la posición tomada por la MUD y
sus voceros, quienes no se cansan de repetir que una acción militar
sería condenable (Y entonces, ¿para qué van a salir?... ¿para
suicidarse?), cuando resulta que solamente los militares tienen la
fuerza necesaria (y legítima) para cumplir con el objetivo de expulsar a
los invasores cubanos y sus agentes, y así encausar al país por la
senda de la libertad, no hay otra opción, esa es la única que
existe…pero jamás se activará mientras no sea un clamor nacional, y para
esto la MUD no puede seguir siendo la vocera del país en estos asuntos
trascendentales.
Ya sé que estás pensando
mil cosas a la vez, y el escepticismo te envuelve con su manto
anulador. Pero recuerda que ese escepticismo es el resultado de un
trabajo de años por parte de una dirigencia política que ha llevado al
país por el camino equivocado, siempre con propuestas válidas dentro del
espejismo, pero erradas para confrontar la realidad.
Si algo ha demostrado la
historia es que nada puede ganarle a un pueblo decidido a conquistar su
libertad a cualquier precio. Porque la libertad no tiene precio, es una
guerra por la vida, y cuando la opción es el comunismo, se trata de una
guerra a muerte, sin tonos grises, sin excepciones cobardes, sin
excusas, porque es una guerra que si se pierde tiene como resultado la
esclavitud, la existencia reducida a insecto.
¿Es que hay otra opción?
¿Es qué la supuesta paz es vivir como esclavos pacíficos, donde las cifras de asesinatos baten todos los récords mundiales?
2014 tiene que ser el
año de la libertad. En la medida en que cada uno de nosotros internalice
este sentimiento y lo sienta con pasión en el alma, las cosas irán
sucediendo naturalmente y como consecuencia directa de ese
sentimiento…la matriz de opinión se irá moldeando con esa pasión, y en
consecuencia se irán dando acciones en el escenario nacional que
escalarán progresivamente hasta lograr el objetivo final, el único que
debemos abrigar, por nosotros mismos, por nuestros hijos, por nuestra
patria.
Para romper el espejismo
es fundamental desistir de los ídolos totémicos, de esas figuras que
los medios de comunicación han transformado en voces únicas y finales.
Hay que romper con el pasado, realizar conscientemente que todas esas
estrategias políticas nos han alejado de la libertad genuina, del
destino que quisiéramos tener, del único destino digno.
Hecho esto, es hora de
ver para adelante, de diseñar estrategias que no sean una repetición de
lo mismo, sino que contengan los elementos necesarios para la
materialización de la efectividad buscada.
¿Reconciliación? ¿Diálogo?
Esas son premisas
válidas siempre y cuando se siembren sobre terrenos reales y no
espejismos. Habrá reconciliación cuando se logre la victoria de la
libertad, nunca puede haberla cuando la condición es la aceptación de lo
inaceptable, cuando se trata de agachar cabezas e hincar rodillas a un
sistema ilegítimo e indigno.
Habrá reconciliación y
diálogo cuando exista civilización, y esa reconciliación sea entre
ciudadanos decentes y dignos, no entre delincuentes y tiranos.
Habrá diálogo cuando haya justicia, porque uno no dialoga con terroristas y tampoco hace justicia pactando con tiranos.
La reconciliación está
implícita en la justicia, y el diálogo también. Primero se tiene que
hacer justicia y después lo demás es un derivado de la misma, ya que es
la forma como se materializa la justicia en la realidad para hacerla
estructural y duradera, logrando así la civilización que permite el
progreso de las mujeres y hombres libres.
En este nuevo plan, que
llamaremos la estrategia de la libertad, caben todas las personas que
estén dispuestas a transitar este camino de justicia, que estén en la
disposición de abandonar las estrategias del pasado, abrazando el
presente con la mirada en el futuro.
Es vital que nos
conectemos con la realidad y venzamos las tentaciones de esa comodidad
falsa que ofrece el espejismo, con sus diversas modalidades: estrellas
de rock político; dólares CADIVI; viajes preferenciales; oficios
lucrativos; alpistes sabrosos (cargos, viáticos, cambures y mangos
bajitos, etc.).
También hay que
abandonar esa sensación de falsa paz que es propia del espejismo, típica
narrativa del guion que se recita en el teatro de ilusiones que ha
creado la agencia dictatorial cubana y su comparsa, camuflageada en la
MUD.
Vivimos en el país con una de las tasa de asesinatos per cápita más alta del mundo… ¿Es eso paz?
¿Es paz hacer cola cuando por fin aparece el papel higiénico o cuando resucita la leche?
¿Es paz vivir como esclavo?
¿Quieres esa paz para tus hijos?
¿La deseas?
¿Dónde queda nuestro amor por el país?
¿Y el amor por nosotros mismos?
Hay muchos de ustedes,
miembros de la sociedad civil, iglesias, sector militar, algunas
individualidades dentro de los partidos políticos, que han colaborado
con la MUD en la mejor de las voluntades, con fe. ¿Cómo se sienten hoy
en día? ¿Creen realmente que ese esfuerzo ha sido bien aprovechado, que
ese tiempo invertido ha sido reconocido apropiadamente, y dirigido hacia
un fin efectivo?
La respuesta la conozco,
son muchas personas extraordinarias e híper talentosas que han
trabajado arduamente en diversos equipos de trabajo, diseñando planes y
políticas públicas para un país de primer mundo. Esas personas deben
encabezar el abrazo de la estrategia de la libertad y nutrir con sus
talentos esta nueva matriz de opinión, sembrando el escenario de la
realidad (no el del espejismo) con sus ideas y esfuerzos.
Porque lo que no
funciona de la MUD no es la sociedad civil que también la integra, esa
es perfecta, allí está un grueso importante de lo mejor en recursos
humanos que tiene Venezuela. Lo que no funciona allí es la amalgama de
intereses políticos contrapuestos, que a la final se terminan anulando
entre sí, contaminando toda la organización con sus tácticas fallidas y
sus ideologías fracasadas.
Lo que no funciona de la
MUD jamás funcionó ni funcionará, y siempre la condenará al fracaso,
porque en el intento de estar bien con moros y cristianos, traiciona su
espíritu y se vuelve complaciente, cómoda y ficticia, perfectamente
adaptada al espejismo, un navegante aventajado en los mares de la
ilusión, pero un náufrago moribundo en el océano de la realidad.
2014 necesariamente
deberá traer consigo el nacimiento de una genuina oposición, capaz de
conectarse con la tragedia real y proponer acciones dirigidas
exclusivamente a ponerle fin a la agencia de la dictadura cubana que hoy
secuestra a Venezuela.
Y no es ponerle fin
retóricamente, con ilusiones que prolonguen el desenlace
indefinidamente. Deberá ser una oposición diseñada únicamente para
organizar al país en una sola estrategia de libertad, que le ponga punto
final al horror comunista (con cualquiera de sus disfraces y
anestesias), reestablezca el orden constitucional y encamine a Venezuela
hacia un destino iluminado de prosperidad.
No debe ser otro el
clamor nacional, no puede existir otra agenda…nada puede ser más
importante que esto, y todos tenemos la responsabilidad de participar,
contribuyendo con lo que sea que podamos aportar, porque cada quien hará
lo que humanamente pueda hacer y eso es suficiente.
La estrategia de la libertad es el camino que tomaremos, es el único camino digno y vale la pena.
Que Dios nos bendiga a todos…
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