por: Alfredo Coronil Hartmann
Había tomado la decisión de no
emitir opinión pública alguna sobre el episodio electoral del próximo
domingo, es decir las elecciones municipales. Para nadie es un secreto
mi posición frente a cualquier proceso comicial con este CNE, el
imaginativo REP, las maquinitas smartmatic, y sobre todo con una
dirección "opositora" de eunucos políticos, sin visión y sin coraje.
Por ello y sin ningún devaneo
onírico con potenciales salvadores de uniforme ( que si algún Mustafa
Kemal Ataturk, hubiese en la FAN, no estaríamos en estos trances),
preferí no hacer nada que pudiese restarle un solo voto a candidatos que
merecieran tenerlos -hasta alguno del PSUV- no he firmado ni propiciado
ningún llamado a la abstención, ya que respetando la utilidad formal de
deslegitimar el proceso, aún creyendo en su utilidad práctica,
estoy consciente de que la eficacia de la abstención, depende
estrictamente del valor o del coraje -por no decir los cojones- de los
que se sienten líderes de cualquier cosa. Pero... soy un animal de
sangre caliente y además creo en un valor que está en honda crisis en
Venezuela, creo en la JERARQUÍA.
Quizá la cuota de sangre
alemana, que ambos teníamos, me hacía identificarme con una afirmación
de Arturo Uslar: "... hasta en la porquería hay jerarquía". En este
bailongo de lupanar de barrio en que ha devenido la política venezolana,
ya no hay sano igualitarismo, sino irritante relajo, grosero
aprovechamiento de sujetos mediocres y pontificales, lo que los chilenos
llamarían con precisa ironía "tontos graves".
Continúan con el
manido chantaje electorero contra "los abstencionistas", si tuviesen un
poco de vergüenza y sentido histórico habría que preguntarles que hace
mas daño si continuar un engaño sin destino, propiciando el creciente
descreimiento del pueblo no solo en las instituciones -si es que alguna
queda- sino en los hombres que debieran encarnarlas, o hablarle
sin ambages, que entiendan que de esto no salimos ni "votando" dentro de
estas reglas de juego, ni creyendo en una dirigencia decadente, que sin
haberse ganado un solo galón, se siente dueña del futuro del país... "
porque solo tienen cuarenta años", el veintiúnico mérito que
pueden exhibir, su analfabeta juventud...
Pero fastidian con persistencia
muy irritante, no pasa un día sin que lancen sus dardos, contra quienes
expresamos en la red o en algún artículo de prensa posiciones distintas
a la oposición rosa, que al parecer les acomoda y con la cual se
identifican -quizá con toda razón- pero que no frieguen tanto, no me
siento Gastón Deferre (el mítico Alcalde socialista de Marsella) ni el
siglo XXI parece propicio a los duelos, pero el no tener techo de vidrio
y el conservar un cerebro bien amueblado, pudieran arrastrarlo a uno a
alguna polémica, que no creo se justifique en estos días tan cargados de
responsabilidades. Trabajen por la organización del pueblo para los
combates necesarios que a todos nos esperan... hasta a ustedes que nunca
han librado uno.
4 de diciembre de 2013.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario