Por eso, considero que nuestro deber
inmediato, es acabar con aquellos perturbadores que desean la aniquilación de
nuestra evolución como individuo, nación, raza y especie. La única solución se
haya en dejar que nuestro espíritu de confunda con los cánticos de guerra, con
el retumbar del tambor que anuncia el inicio de la batalla. Que nuestros
pensamientos sean certeros como la saeta disparada por el apolíneo arquero y
nuestras acciones sean la espada inmisericorde que siempre ha de dirigirse
hacia los enemigos de la cultura.
En ésta ocasión, dedicaré mis letras a un
tema que agobia, preocupa e ilusiona a patriotas y enemigos en Venezuela: Las
elecciones presidenciales del 7 de Octubre del año 2012.
A pocas semanas de tan sonados comicios,
considero una irresponsabilidad personal no haber dado mi opinión sobre el tema
con mayor antelación, pero como algunos de mis lectores sabrán, preferiría
escribir sobre otros temas. Lastimosamente, las prioridades de la época son
diferentes a las que tenía proyectadas, por lo que considero necesario
pronunciarme sobre el tema, dada la trascendencia que tiene para la Nación en
estos tiempos de angustia.
Antes de proseguir, quisiera advertir al
lector de éstas letras, que siempre he luchado por la autenticidad de mi
carácter y persona, por lo que las opiniones que pueda enunciar en éste texto
podrían ser corrosivas y hasta traumáticas para usted. Quizás mis palabras me
conviertan en el depositario de su odio, pero como ya lo sabrá, “prefiero ser
odiado por mis ideas, que amado por ocultarlas”.
Como último prólogo, y perdonen el
oxímoron, le sugiero haga uso de su muy
“democrática tolerancia”, demuestre que no le teme a la “libertad de expresión”
y lea el resto del escrito aunque le repugne el panorama que se perfila para
Venezuela. Haga de cuenta que la mentira es una oscura caverna en donde ha
habitado desde que tiene memoria. Que los medios de comunicación y los partidos
son las cadenas que han impedido su escape de dicha cueva, y que finalmente mis
palabras son parte de la verdad luminosa, que lastima momentáneamente sus
delicados ojos, pues ya se acostumbraron a ver a oscuras, pero que con más
exposición a la luz, quizás algún día podrán vislumbrar los amaneceres que se
ha perdido. Empecemos.
Desde que la Mesa de la Unidad Democrática
anunció ante Venezuela y el mundo la candidatura única y “unitaria” de Henrique
Capriles Radonski, numerosas voces disidentes del status quo empezaron a llamar
la atención del candidato y de la “oposición democrática” en general sobre
aquél pernicioso y difícil de abordar tema llamado “transparencia electoral”.
Años de denuncias han pasado desde que una
ciudadanía viril y guerrera se vio derrotada por la infame treta que pasaría a
la historia como el “Referéndum Revocatorio Presidencial”, en donde la infame
marioneta del comunismo internacional llamada Hugo Chávez, se legitimó ante la opinión internacional y
se perfiló como el heredero de la “lucha proletaria frente al capital”. Al
parecer a pocos les importó el hecho de que el presidente del Consejo Nacional
Electoral de aquél entonces (2004), era el izquierdista Jorge Rodríguez,
miembro técnico del “Movimiento Bolivariano Revolucionario-200” desde
1997, político de tendencia comunista
desde tiempos universitarios e hijo del fundador del partido “Liga Socialista”.
Tres años después aquél infame personaje
sería nombrado Vice-presidente de Venezuela, a modo de premio por su invaluable
contribución a la revolución en el fraude del 2004. La conclusión que podemos
sacar de éste episodio es la siguiente:
“Permitir la existencia de rectores parcializados en el CNE, es permitir la conspiración a favor de una determinada tendencia, y por ende, la posibilidad de un fraude electoral”.
Obviamente son numerosos los factores que
puedan permitir la elaboración de un fraude, pero en el caso de la detección de
alguno de ellos, el trabajo de la Resistencia es hacer todo lo posible por
resolver ése error en el Sistema Electoral. ¿Qué ha hecho la “oposición” con
respecto a las autoridades actuales? Absolutamente nada.
No conozco calificativo válido para el
descaro con que se parcializó nuestro sistema electoral, simplemente señalaré
los siguientes datos:
Rectores.
La presidente del CNE, Tibisay Lucena está relacionada con la
cúpula socialista desde los primeros días de la "Revolución Bolivariana”,
al ser nombrada rectora suplente en 1999 por la Asamblea Nacional
Constituyente, teniendo así el marxismo una fiel aliada en el sistema
electoral, la cuál sería ocultada por completo ante los medios de comunicación
para favorecer su coartada de mujer imparcial. Para colmo, Tibisay Lucena es
egresada de la Escuela de Sociología de la UCV, una de las trincheras del
comunismo junto a la escuela de Historia durante el puntofijismo.
Sandra Oblitas Ruzza,
quien ejerce la vicepresidencia del CNE, siempre ha mantenido un discurso
izquierdista en cada una de sus entrevistas con la prensa, manteniendo a los
medios oficiales como favoritos para la divulgación de sus opiniones. Al igual
que Tibisay Lucena, es egresada de la marxista escuela de sociología de la UCV.
Ella es la encargada del viciado y sin
depurar Registro Electoral Permanente.
Por otra parte, la rectora Tania D' Amelio Cardiet, formó parte de
las juventudes del partido “MVR”, fue diputada por el mismo partido del 2000 al
2005 por el estado Vargas y reelecta para el período 2006-2010 por parte del
Partido Socialista Unido de Venezuela. Perteneció
al Comando Maisanta.
La rectora Socorro Elizabeth Hernández Hernández perteneció al Partido
Socialista Unido de Venezuela desde su fundación, fue presidente de CANTV y
Ministra del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología. Es ésta fiel
seguidora del comunismo internacional la encargada de la plataforma tecnológica
usada en el CNE.
Finalmente, la lista de los cinco rectores
principales del CNE termina con el sociólogo aparentemente neutral Vicente Díaz, quien no ha tenido
problemas en convivir con las irregularidades en el CNE, y que además tiene
comprobada vinculación con el partido MAS – Movimiento Al Socialismo. En pocas
palabras, es tan izquierdista como su camarada Teodoro Petkoff, quién fue
guerrillero marxista alzado en armas contra el Estado venezolano, al igual que
su hermano Luben Petkoff, quien otrora coordinaría en los sesentas incursiones
guerrilleras provenientes de Cuba.
Conclusión: El
CNE es un ente completamente parcializado cuyos cinco rectores principales
tienen comprobada vinculación con la izquierda radical. Dos de sus rectores
fueron miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela de manera notoria y
por lo tanto carecen tanto de legitimidad como de legalidad. Reitero por si no
quedó claro, las autoridades del CNE son tanto ilegales como ilegítimas según
nuestra Constitución Nacional:
“Artículo 296. El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no
vinculadas a organizaciones con fines políticos; tres de ellos o ellas
serán postulados por la sociedad civil, uno o una por las facultades de
ciencias jurídicas y políticas de las universidades nacionales, y uno o una por
el Poder Ciudadano.”
Pero como una tiranía
hace caso omiso de las leyes, prosigamos al siguiente punto fraudulento.
Registro Electoral
Permanente.
El sistema
electoral venezolano está basado por completo en el concepto de identidad. El
requisito indispensable para ejercer el acto del sufragio es poseer la
nacionalidad venezolana y ser mayor de edad. Quien cumpla, o aparente cumplir,
con éstos requisitos podrá dar su opinión en torno a una facción u otra del
juego político del status quo.
Si la identidad
es el requisito indispensable para votar, podemos llegar a la conclusión de que
quien esté encargado de la cedulación de los venezolanos sin duda tiene una
gran influencia, quizás crucial, en los comicios electorales. De nuevo el
descaro y la infamia atacan de nuevo: la cedulación venezolana está a cargo del
Estado forajido de Cuba bajo el parapeto de una empresa llamada “ALBET”, la
cuál no es más que un disfraz más elaborado del organismo de inteligencia
cubano llamado G2.
En el año 2011,
el gobierno socialista le entregó a Cuba
las concesiones necesarias para que se hicieran cargo de la cedulación
electrónica de todos los venezolanos. Lo que incluye la entrega por completo de
nuestros datos de identificación, permitiendo así la forja de documentos de
identidad válidos para el acto de sufragio. En pocas palabras, se le dio al
bastión comunista conocido como Cuba el poder para crear electores venezolanos,
para así compensar las bajas de popularidad que haya podido sufrir la
“Revolución Bolivariana”.
Aun así, las irregularidades
en el Registro Electoral, es decir, el número oficial de lectores, vienen
apareciendo mucho antes que la traición a la patria antes mencionada. El RE no
ha sido fiscalizado desde el año 2004 y presenta un crecimiento completamente
desproporcional en comparación con la población venezolana. Mientras la
población venezolana creció un 14% el RE lo ha hecho un estrambótico 58%.
Además,
organizaciones de la talla de EsData han contabilizado la suma de
aproximadamente 2.750.000 de electores “fantasma” cuyas irregularidades
permiten declarar al RE como viciado. Estos 2.750.000 de electores son
suficientes para poner la balanza a favor del candidato comunista, pues tan
elevada cifra supera el número de habitantes de grandes ciudades como Maracaibo
o Valencia.
Frente a éstas
denuncias, la Mesa de la Unidad Democrática de manera irresponsable y en
complicidad con el gobierno socialista, anunció la necesidad de una “auditoría
ciudadana”, que se traduce el ignorar las irregularidades encontradas,
pretendiendo catalogar como suficiente el esfuerzo amateur y efímero que
pudiese hacer un ciudadano de a pie quién de casualidad se hubiese topado con
algún número cédula correspondiente a un familiar fallecido.
El rol de
cualquier organización que pretenda denominarse “oposición” es exigir
condiciones óptimas para ejercer de manera transparente el acto de votación. Lo
cuál se traduciría en hacer la presión en las calles lo suficientemente fuere
como para lograr la depuración completa del Registro Electoral Permanente,
además de hacer un cambio inmediato de las autoridades que representan al CNE y
por supuesto, rechazando el esquema de
votación electrónica y adoptando de nuevo el voto manual, como en España,
Francia, et cetera.
Cualquiera que
haya utilizado un computador, se dará cuenta de lo fácil que es la modificación
de datos en cualquier programa electrónico. Es un suicidio político el aceptar
elecciones electrónicas, a sabiendas que países como Alemania o Japón reconocieron
como inefectivo y hasta fraudulento dicho método de votación.
Publicado 14th September 2012 por Manuel De la Cruz
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