Por: Sebastiana Barráez
El
presidente de la CTV relata -en un libro de Alfonso Molina- datos y
hechos inéditos de quienes participaron activamente en el golpe y ahora
colaboran con el gobierno.
En entrevista exclusiva para Quinto Día descarta la versión del saboteo en la explosión de Amuay y explica por qué.
La
crisis en Venezuela es tan profunda que nos necesitamos todos, porque
la República casi está pérdida y el país hipotecado a cubanos y chinos
El libro lleva por título “2002 el año que vivimos en las calles. Conversaciones con Carlos Ortega”. Lo escribe Alfonso Molina, editor de la revista digital Ideas de Babel.
En él Ortega revela, con ácida crítica, datos no conocidos como lo que
sucedió aquel 11 de Abril, anécdotas sobre los militares en la Plaza
Altamira y su paso por la cárcel. “No marchamos a Miraflores para
matarlo (a Chávez) como dijeron los chavistas. La oposición venezolana,
de ayer y de hoy, no mata ni una mosca”. Ortega destaca cómo fue que se
dio, convocada por Gustavo Cisneros, la reunión en Venevisión esa noche del golpe, cuando a las 9PM Carmona dice que se va a su casa, pero se fue al Four Season y nunca regresó.
Sobre
el 11-A, “era prácticamente imposible detener la marcha, no había nadie
en esa tarima que dijera 'no vamos a Miraflores'. Lo linchaban ahí
mismo”. Estando en la CTV lo llama Marta Colomina, quien le habla de dos
muertos caídos en la marcha, mientras Chávez está encadenado. Logra
convencer, luego de varios intentos, a Alberto Federico Ravell para que
divida la pantalla.
Más
tarde lo llama el general Lucas Rincón proponiéndole una reunión que
acuerdan sea en un hotel. Estando allí “tuve una intuición y le dije a
Cova: ‘vámonos antes de que llegue Lucas Rincón y su banda'. El Alto
Mando militar nunca llegó al hotel, quien sí se presentó a los minutos
fue una comisión de la DIM.
Critica
con dureza a los militares. “Lo peor es que han permitido ser dirigidos
por los cubanos”. Relata lo del dinero que el gobierno le dio al Centro Carter
“no fueron 5 sino 2 millones de dólares”, le dijo McCoy. Resalta que
dejó la Coordinadora Democrática cuando terminan el paro sin condiciones
y considerando de “bajas de la guerra” a los trabajadores petroleros.
Propuso
demorar el arranque del paro. “Se cansaron de llamarme cobarde porque
yo les decía que no era el momento”. No niega que la intención era salir
de Hugo Chávez. Por convocar a ese paro es que el Tribunal sentencia a
Carlos Ortega a 16 años de presidio. Lamenta que sus compañeros
sindicalistas no lo hayan defendido como tampoco los empresarios con
Carlos Fernández.
¿Cómo
se escapó de la cárcel? Lo cuenta con sencillez: “teníamos 5 minutos
para poder salir y teníamos las llaves de todo el penal”. Ah no dejen de
leer el paso a paso de esa fuga y cómo 13 perros lo persiguieron porque
el uniforme que usó estaba incompleto.
La entrevista
¿Carlos Ortega, por qué este libro ahora?
Mira Sebastiana, siempre he
hablado sobre el 11 de Abril, pero llevarlo a un libro fue idea de
Alfonso Molina. Ante la grave crisis que vive el país es necesario
refrescarle la memoria a la gente. Hay muchos amigos que han guardado
silencio y participaron activamente el 11-A, pero ahora son grandes
colaboradores del régimen.
Chávez era el gran líder de la revolución bolivariana. ¿Qué significa su muerte?
En
Venezuela existía un liderazgo y lo representaba Chávez. Y debemos
reconocer que hay un gran vacío de liderazgo en la oposición que
existirá mientras se manejen de forma excluyente. Lo otro que influye es
el nivel de corrupción. Los tiempos que vienen para los venezolanos son
muy duros. Maduro busca desesperadamente salir de ese enredo. La única
salida es actuando de manera transparente, honesta y clara, ir a un
proceso de diálogo, de concertación con los factores de oposición o de
la sociedad civil: partidos, medios de comunicación, sector laboral,
académico. La crisis en Venezuela es tan profunda que nos necesitamos
todos, porque la República casi está pérdida y el país hipotecado a
cubanos y chinos.
¿No le da ni siquiera el beneficio de la duda a Nicolás Maduro, que viene del sector sindical?
Antes
de venirme al exilio teníamos buena relación. Pero no le doy ese
beneficio, porque si tú quieres a los trabajadores, a su familia, a tu
país no vas a entregar al movimiento sindical y a los trabajadores al
partido de gobierno como lo hizo Nicolás Maduro. Chávez acabó con el
movimiento sindical libre y democrático en Venezuela. Creó sindicatos de
desempleados, sindicatos patronales oficialistas, dejó de discutir las
convenciones colectivas desmejorando las condiciones de vida de los
trabajadores y sus familias y todo eso lo hizo con la venia de Nicolás
Maduro. Lo emplazo a que ordene que se discutan las contrataciones
colectivas que tienen hasta 10 años vencidas.
Para
el ministro Rafael Ramírez lo sucedido en Amuay fue saboteo porque a
una válvula le aflojaron unos espárragos. ¿Es tan vulnerable la
industria petrolera que algo así pudo causar tantos muertos?
No
es, o al menos no era en el pasado. El factor más importante de la
industria petrolera era el recurso humano, cuyo trabajador quería más a
la industria que a su familia. Esas declaraciones de Ramírez son una
falta de respeto con el país y con los trabajadores. Le sugiero al señor
Ramírez que se esté una semana metido en una refinería para que sepa
algo de cómo funciona. Eso es imposible. Para aflojar esos espárragos o
tornillos se necesita al menos dos hombres y tener permiso de la
supervisión del área de la zona. Todo el trabajo que realizan tiene un
centro de operaciones, donde hay diversos equipos de monitoreo, que
detectan cualquier escape de gas. Ramírez lo que tiene que decir es en
qué condiciones estaba la válvula de seguridad. Los oficiales de la
Guardia Nacional y la gente de Puramin estaban locos denunciando
que había fuga de gas y nadie les paró. El único saboteo que ha habido
en la industria petrolera la ejecutó Hugo Chávez cuando con un pito
despidió a más de 20 mil trabajadores de la industria. Habían máximo 50
mil trabajadores y en este momento la nómina llega a unos 115 mil
trabajadores que no conocen nada de la industria, son ineptos,
incapaces, comenzando por la directiva de Pdvsa. Lo que más me duele es que si no se disciplina Pdvsa,
lamentablemente va a caer en manos de transnacionales, principalmente
rusos y chinos. Hay que darle gracias a Dios que en Venezuela no ha
ocurrido una tragedia de mayor magnitud que la de Amuay. El régimen
introdujo el elemento político en la industria petrolera en 100% Y el
alto grado de corrupción que existe en Pdvsa. Muy pocos
venezolanos saben que después del 11-A quien propició el diálogo con
sectores de oposición y con mi persona en particular, fue el propio Hugo
Chávez y varios factores políticos de esa alianza influyeron para que
ese diálogo se diera; testigo de ello fue José Vicente Rangel.
¿Qué hace en el exilio?
Esto
no es fácil. Yo lo que tengo aquí es bastante trabajo, una inquietud
muy grande por mi familia, por mi país, por los venezolanos. Tenemos que
unirnos. Sigo siendo crítico.
¿Después de la muerte de Chávez ha hecho contactos para regresar al país?
Todo
el que está en el exilio quiere regresar al país, pero en particular no
he hecho ninguna gestión a tal fin. En todo caso mi regreso será para
iniciar de manera unitaria el proceso de reconstrucción del país desde
el punto de vista moral, ciudadano, político y económico. Está
condicionado a que volvamos todos los que sufrimos exilio, a que se nos
respeten y garanticen nuestros derechos ciudadanos y políticos,
incluyendo la anulación del amañado y vergonzoso juicio político en mi
contra, tal como hizo la democracia con el golpista Hugo Chávez. Carlos
Ortega no va a pedir perdón ni clemencia, porque no soy golpista,
terrorista, narcotraficante, corrupto ni delincuente. Soy un luchador
social, demócrata a carta cabal y no me voy a arrodillar ante el régimen
y menos aun a quedarme callado frente al desastre y la tragedia que
viven los venezolanos y la patria. Si esas condiciones se dan, mañana
mismo estoy en mi país.
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