La posible mudanza de los bolichicos Derwick a España es una señal muy clara de que en Venezuela hay esperanza de acabar con la Sociedad de Cómplices. Así será de insoportable la vida de los bolichicos Alejandro Betancourt, Francisco Convit, Francisco Javier D’Agostino y Pedro Trebbau (con sus mansiones, helicópteros, apartamentos, caballos, membresía de clubs privados, una treintena de escoltas y más dinero que lo que se robaron los apóstoles de CAP) que se están preparando para largarse de su amada Caracas, y mudarse a Europa a fijar residencia en España, donde no van a ser sino unos adinerados fuera del poder, sin posición, y con una mancha indeleble de ladrones.
En Venezuela la gente le perdió el miedo a los chamos Derwick, aún con las constantes amenazas físicas de Francisco Convit a quien le lleve la contraria. Los bolichicos pasaron a ser el símbolo perfecto de lo peor de la corrupción de la Quinta Republica. El mismísimo Pedro Trebbau siente el escarnio público con el hecho de que la abuela de su esposa lo ha declarado persona non grata en casa de los Eraso. Así, Sres., es como debe funcionar una sociedad con principios y consistencia.
Lo que si es extraordinario es que en vez de dejar este jueguito de pretensión de que son hombres serios, le están pagando a varios relacionistas de prensa en Madrid. Han publicado en el equivalente madrileño de Primicias24—sitios para colgar notas de prensa sin ningún valor periodístico. ¿En qué universo paralelo saldría un artículo sobre Derwick en un periódico de España sin mencionar la querella legal donde son acusados por un funcionario estadounidense de robarse miles de millones de dólares? Pues en un universo donde hay que crearles una reputación antes de que la furia de la sociedad civil venezolana los marque en Madrid, y les arruinen los planes de arrimarse al duque descalzo (Luis Alfonso de Descuento y Borbón y Vargas) para meterse en la sociedad (el Duque del BOD fue testigo de bodas de tres de los bolichicos Derwick: D’Agostino, Convit, y Betancourt). Lo que estos gafos no entienden (y me consta a través de varias fuentes) es que ya Carolina Pacanins, Boris Izaguirre, y otros tienen meses hablando horrores de los bolichicos y de sus padres por querer infectar la pequeñísima comunidad venezolana en Madrid con esa electricidad tan
negativa que traen con la fortuna que le robaron a CORPOELEC.
negativa que traen con la fortuna que le robaron a CORPOELEC.
Francisco D’Agostino, accionista de Derwick según la demanda de Otto Reich, retratado durante un torneo de polo en el imperio. D’Agostino es ahora sujeto de agudo interés de la prensa madrileña a medida que aumentan las andanzas Ibéricas de los bolichicos Derwick.
Hace una semana ocurrió una hecatombe en el plan ibérico de los bolichicos. La corresponsal del matutino ABC en Caracas, una dama a quien no le tiembla el pulso, ya ha escrito el primer artículo de prensa sobre “Los Bolichicos” publicado el 26 de octubre. El escrito se la dedica completa a Francisco D’Agostino y a Victor Vargas, y está titulado “El cuñado de Margarita Vargas, acusado de corrupción chavista”.
En España ya la cosa ha empezado a rodar y los amos del valle madrileño saben que si hacen negocios con los bolichicos Derwick estarían participando en el lavado de capitales y asociándose con un grupo que en un gobierno post-Maduro, seguramente por reclamación publica, serán los primeros investigados y castigados (si no es así entonces seguiremos en la eterna Sociedad de Cómplices).
Para citar el ABC y su curioso enfoque:
El entorno familiar de Margarita Vargas y Luis Alfonso de Borbón salpica a la feliz pareja con presuntos casos de corrupción sin fronteras que han tomado vuelo internacional entre las dos orillas del Atlántico y que ahora amenazan con perturbar el sueño de sus vidas por los escándalos que protagonizan Francisco D'Agostino y su yerno, el banquero Víctor Vargas. Tanto Margarita Vargas como Luis Alfonso de Borbón fueron presentados por D'Agostino, quien es uno de los mejores amigos del aristócrata español y está casado con María Victoria Vargas, hermana de Margarita. Los tres tienen cargos ejecutivos en el Banco Occidental de Descuento, según deseos del patriarca de la familia, Víctor Vargas, pero Luis Alfonso solo es director suplente de este banco. Francisco D'Agostino forma parte del grupo de «bolichicos», hijos de la «boliburguesía», apodados así por pertenecer a la élite chavista, que se ha enriquecido al amparo de las prebendas y contratos que les ha dado el gobierno venezolano.
Francisco también es hermano de Diana D'Agostino, esposa del diputado socialdemócrata Henry Ramos Allup y candidata a la alcaldía del municipio caraqueño el Hatillo para las municipales del 8 de diciembre. El exembajador de EE.UU., Otto Reich, ha demandado a Francisco D'Agostino y a su grupo de «bolichicos» de la empresa Derwick Associates por presunta corrupción al ser beneficiada con doce contratos valorados en 3.000 millones de dólares para proyectos eléctricos aprobados en el año 2009 por el ya fallecido presidente Hugo Chávez. Lo que denuncia el exdiplomático Reich son los sobornos y tráfico de influencia de los vástagos chavistas. En su sitio web, Derwick se presenta como una empresa de rápido crecimiento con mucha experiencia en ingeniería y construcción y conocimiento sobre países en desarrollo que se remonta a fines del año 2000. En Caracas, la empresa tiene una oficina en el elegante edificio Kyra, localizado en una avenida principal del barrio Chacao, sede de varias firmas financieras y multinacionales. La demanda de Reich menciona a varios funcionarios gubernamentales que presuntamente recibieron sobornos de millones de dólares de la gerencia de Derwick, pero dice que los detalles, incluyendo fechas y montos, «siguen siendo necesariamente escondidos en la secrecía». Por otro lado, Victor Vargas, el padre de María Victoria y Margarita y suegro de D'Agostino y de su amigo Luis Alfonso de Borbón, es uno de los banqueros favoritos del régimen chavista. En los últimos quince años ha levantado una fortuna impresionante, según la prensa local. Esta semana se anunció la compra-venta de la Cadena Capriles, un emporio de medios impresos dedicados al deporte y a la información popular como el diario «Últimas Noticias», que se le atribuye a Vargas, pero que hace dos meses ha desmentido. El banquero venezolano Vargas, consuegro de Carmen Martínez-Bordiú, ha estado bajo sospecha de su repentino enriquecimiento al amparo del chavismo. Es uno de los pocos banqueros que no ha sido atacado por el gobierno chavista.”
¿Dinámica la cosa, no? Lo de Víctor Vargas ningún periodista aquí en Caracas está dispuesto a publicarlo tan frontalmente. Ya el BOD, a través de Ramón José Medina, se ha movido para tapar cualquier filtración o pedido de investigación desde la oposición en Caracas. Por ello es que, en nuestro realismo mágico, es Freddy Bernal el que pide una investigación, y no la MUD. La oposición sigue muda con lo de Derwick.
Freddy Bernal apareció la semana pasada en BoliGlobovisión pidiendo se investigue a Derwick Associates.
Y cómo responden los bolichicos? Con el ejército de tuiteros que Derwick tiene colgando la publicidad. La semana pasada como que el hacker RaFa se descuidó con los usuarios que puso a trabajar. Nombres como “Chico Malo Guevudo” y “Yo Soi Adicto Al Sexo” y usuarios con fotos porno—todos retuiteando la nota de prensa de Alejandro Betancourt, empresario global, y su interés de invertir en la madre patria.
El derroche en Madrid no es cosa de rumores. INFODIO ha localizado una segunda propiedad que compraron los bolichicos en la capital española. La dirección es #15 de la Calle Juan de Mena. En éste edificio de lujo Derwick tiene un modesto “piso”. A sólo dos cuadras del Hotel Ritz Madrid y a sólo minutos del Museo Nacional del Prado. El recinto es perfecto para que Francisco D’Agostino estacione el Ferrari 458 que adquirió con su tajada.
En este lujosísimo edificio de apartamentos en la zona más sifrina de Madrid los bolichicos se compraron, a nombre de Derwick Associates, un modesto “piso.”
Los restaurantes locales son fuera de serie y el edificio incluye a miembros del jet set, del mundo de la farándula y la moda. El precio por metro cuadrado fue de más de $8.000. En otras palabras, con la riqueza que malversaron los bolichicos en una sola transacción, cuando le suministraron a SIDOR unas turbinas usadas (que ni siquiera han sido enchufadas y están ya oxidadas, sin mantenimiento, y sin uso) con un descomunal sobreprecio, están “reinvirtiendo” y “ayudando” a España.
Los bolichicos todavía no han concluido su periplo histórico. Primero, se comportaron como arribistas y facinerosos. Segundo, le declararon guerra a todo aquel que los denunciaba (causando el llamado “Efecto Streisand” de tal forma que ahora todo el mundo sabe qué hicieron, quiénes son, dónde viven, cuánto se robaron, y cómo lo esconden), pero hay un lado positivo a esto. En la coyuntura de un estallido moral y levantamiento de conciencia si los bolichicos pasan a ser sujetos de una investigación y juicio en nuestro suelo sabremos todos si estamos en la Venezuela de Guzmán Blanco/CAP/Lusinchi/Chávez o en una Venezuela distinta con emocionantes posibilidades dentro de un marco firme de estado de derecho.
La mejor manera de concluir es citando a Pedro Lastra, en el artículo de hace unos días “Los Bolichicos”, publicado en Noticiero Digital:
Inmorales y obscenos, estos ‘Bolichicos’ se muestran en todo el esplendor de su inmundicia. Son las lombrices solitarias de los despojos malolientes del traidor encerado. Hijas prostibularias e hijos amancebados con el lujo asiático de la estupidez. Pobres aquellos que los parieron. No supieron internalizarles un mínimo de decencia moral.”
La ola de descontento de escritores como Lastra da esperanza de que estamos recapacitando y que mi generación le pondrá un alto al bochinche. Ya veremos...
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