El cineasta Tim Tracy concedió una entrevista exclusiva a la revista Playboy donde relata su detención en Venezuela.
ÚN | Emen.- El cineasta estadounidense Tim Tracy fue arrestado el pasado 25 de abril acusado por el Gobierno de ser el contacto entre la oposición venezolana y la CIA para provocar una guerra civil en el país tras la elecciones de 14A.
Lo último que se supo de él fue su expulsión el pasado 5 de junio. Pocos días después, el joven que vino a Venezuela para hacer un documental sobre la polarización política, concedió una entrevista exclusiva a la revista Playboy para su edición de octubre.
Tracy contó al reportero Mattew Ross los detalles de su detención en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), su traslado y estancia en El Rodeo, así como la forma en que se negoció su liberación.
"Tu trataste de matar nuestra revolución y ahora vas a morir aquí". Con esas palabras recibieron a Tracy en El Rodeo el 29 de mayo. Lo despojaron de sus cosas que había recogido apresuradamente el día antes en El Helicoide y le dieron una franela blanca y un short amarillo chillón que le quedaba ajustado.
En El Rodeo II, Tracy vivió una experiencia que desajustó su mente. Le negaron sus medicinas para el insomnio y la ansiedad, fue humillado constantemente por el carcelero que lo condenó a muerte al llegar y confinado a una celda sin luz donde no tenía ni forma de asearse.
Una mañana fue trasladado a un pozo lleno de alimañas y excrementos, tras una conversación con su carcelero donde rechazó ser de la CIA. "La noche de su sexto día en El Rodeo, estaba temblando en otra velada de insomnio, escuchando los sonidos de la cárcel, desesperado y rascándose las múltiples picadas de zancudo en sus pies. Fue allí cuando se dio cuenta de que tal vez no vería la luz del día nunca más como hombre libre", escribe Ross en Playboy
El periodista describe a Tracy como un muchacho un poco desorientado en qué hacer con su vida, pero señala que el comentario de una venezolana que conoció en una boda de un amigo, lo inspiró a venir al país para hacer un documental "acerca de la injusticia en Venezuela y contarlo al mundo".
Con esa intención llegó a Caracas en 2010 y estuvo dos semanas grabando. Entrevistó a Humberto López, el popular personaje chavista que imita con su apariencia al Ché Guevara. Hizo contactos para visitar a los colectivos del 23 de Enero y en 2012, ante la efervescencia de las presidenciales de octubre, un amigo venezolano le dijo que era el momento ideal para hacer su documental.
"Tim pasó más de siete meses grabando en los más peligrosos barrios de Caracas (...) con una cámara de $20.000 sobre sus hombros, y nunca le ocurrió nada", dice Ross en su reportaje.
Pese a que en dos ocasiones había sido arrestado y liberado rápidamente. Tracy decidió permanecer en el país. Sin embargo, cuando un grupo de funcionarios del Sebin lo detuvo en Maiquetía al intentar salir del país el 25 de abril, sabía que las cosas habían cambiado.
Su estancia en El Helicoide no la recuerda con tanta amargura como los días que pasó en El Rodeo. Allí un preso ruso, traficante de éctasis, le cambió un iPod por clases de ping pong. “Si pierdes la esperanza en una situación como esta, caes en la oscuridad”, escribió en su diario.
El final del presidio de Tracy llegó tan sorpresivo como su detención. Un día lo sacaron de su celda en el Rodeo, le hicieron un examen médico y le devolvieron algunas cosas. El país se enteró de su expulsión con un tuit del ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez.
Relata el reportaje, producto de dos días de conversación, que unas horas después de que Tracy aterrizaba en Miami, el secretario de Estado estadounidense John Kerry y ministro de Exteriores Elías Jaua, se reunían en Guatemala. El congresista retirado Bill Delahunt, había logrado la libertad del cineasta a cambio de asegurar la cita entre los cancilleres.
Mientras se recupera de su experiencia en una de las cárceles más violentas del mundo, el documental de Tracy no se detiene. Espera terminar de editar en un año y presentarlo en el festival de cine independiente Sundance 2015.
Lo último que se supo de él fue su expulsión el pasado 5 de junio. Pocos días después, el joven que vino a Venezuela para hacer un documental sobre la polarización política, concedió una entrevista exclusiva a la revista Playboy para su edición de octubre.
Tracy contó al reportero Mattew Ross los detalles de su detención en el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), su traslado y estancia en El Rodeo, así como la forma en que se negoció su liberación.
"Tu trataste de matar nuestra revolución y ahora vas a morir aquí". Con esas palabras recibieron a Tracy en El Rodeo el 29 de mayo. Lo despojaron de sus cosas que había recogido apresuradamente el día antes en El Helicoide y le dieron una franela blanca y un short amarillo chillón que le quedaba ajustado.
En El Rodeo II, Tracy vivió una experiencia que desajustó su mente. Le negaron sus medicinas para el insomnio y la ansiedad, fue humillado constantemente por el carcelero que lo condenó a muerte al llegar y confinado a una celda sin luz donde no tenía ni forma de asearse.
Una mañana fue trasladado a un pozo lleno de alimañas y excrementos, tras una conversación con su carcelero donde rechazó ser de la CIA. "La noche de su sexto día en El Rodeo, estaba temblando en otra velada de insomnio, escuchando los sonidos de la cárcel, desesperado y rascándose las múltiples picadas de zancudo en sus pies. Fue allí cuando se dio cuenta de que tal vez no vería la luz del día nunca más como hombre libre", escribe Ross en Playboy
El periodista describe a Tracy como un muchacho un poco desorientado en qué hacer con su vida, pero señala que el comentario de una venezolana que conoció en una boda de un amigo, lo inspiró a venir al país para hacer un documental "acerca de la injusticia en Venezuela y contarlo al mundo".
Con esa intención llegó a Caracas en 2010 y estuvo dos semanas grabando. Entrevistó a Humberto López, el popular personaje chavista que imita con su apariencia al Ché Guevara. Hizo contactos para visitar a los colectivos del 23 de Enero y en 2012, ante la efervescencia de las presidenciales de octubre, un amigo venezolano le dijo que era el momento ideal para hacer su documental.
"Tim pasó más de siete meses grabando en los más peligrosos barrios de Caracas (...) con una cámara de $20.000 sobre sus hombros, y nunca le ocurrió nada", dice Ross en su reportaje.
Pese a que en dos ocasiones había sido arrestado y liberado rápidamente. Tracy decidió permanecer en el país. Sin embargo, cuando un grupo de funcionarios del Sebin lo detuvo en Maiquetía al intentar salir del país el 25 de abril, sabía que las cosas habían cambiado.
Su estancia en El Helicoide no la recuerda con tanta amargura como los días que pasó en El Rodeo. Allí un preso ruso, traficante de éctasis, le cambió un iPod por clases de ping pong. “Si pierdes la esperanza en una situación como esta, caes en la oscuridad”, escribió en su diario.
El final del presidio de Tracy llegó tan sorpresivo como su detención. Un día lo sacaron de su celda en el Rodeo, le hicieron un examen médico y le devolvieron algunas cosas. El país se enteró de su expulsión con un tuit del ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez.
Relata el reportaje, producto de dos días de conversación, que unas horas después de que Tracy aterrizaba en Miami, el secretario de Estado estadounidense John Kerry y ministro de Exteriores Elías Jaua, se reunían en Guatemala. El congresista retirado Bill Delahunt, había logrado la libertad del cineasta a cambio de asegurar la cita entre los cancilleres.
Mientras se recupera de su experiencia en una de las cárceles más violentas del mundo, el documental de Tracy no se detiene. Espera terminar de editar en un año y presentarlo en el festival de cine independiente Sundance 2015.
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