El Forum
2000 es una iniciativa que fundó el entonces presidente checo Vaclav
Havel al que asisten personalidades de alrededor del mund, exjefes de
estado, intelectuales, etc. Se celebra en Praga, la bella capital checa.
En años anteriores participaron cubanos exiliados como Raul Rivero y
Carlos Franqui. Este año es la primera vez que participan activistas de
derechos humanos y opositores democráticos residentes en Cuba.
17 Sep 2013
Buenas noches:
Hace ya más
de una década cayó en mis manos por primera vez el libro de Vaclav Havel
“El poder de los sin poder”. Venía forrado con una página del periódico
oficial de mi país, del diario del Partido Comunista de Cuba. Forrar
los libros era una de las tantas formas en que escondíamos de la vista
de informantes y policías políticos los textos incómodos y prohibidos
por el gobierno. De esa manera habíamos estado leyendo en el
clandestinaje las historias de los sucedido con la caída del muro de
Berlín, del fin de la Unión Soviética, la transformación checa y todos
los otros sucesos de Europa del Este. Sabíamos de todas esas
transiciones, algunas más traumáticas, otras más exitosas y muchos
soñábamos con que la transición llegaría pronto a nuestra Isla en el
Caribe, sometida por más de cinco décadas a un totalitarismo. Pero las
transiciones más que añorarlas, hay que construirlas. Los procesos de
cambio no llegan solos, los ciudadanos tienen que provocarlos.
Hoy estoy aquí, justo
en la ciudad donde nació Vaclav Havel ese hombre que resume como pocos
el espíritu de la transición. Estoy además frente a muchas personas que
han impulsado, fomentado y personificado el deseo de cambio de sus
respectivas sociedades. Porque la búsqueda de horizontes de mayor
libertad, es un componente esencial de la naturaleza humana. Por eso se
vuelven tan retorcidos y anti naturales esos regímenes que intentan
perpetuarse sobre sus pueblos, inmovilizarlos, quitarles el deseo de
soñar con que el futuro deberá ser mejor.
En la época
que le correspondió a Vaclav Havel, a Lech Walesa y a tantos otros
disidentes de los regímenes comunistas, fueron efectivos los métodos de
la lucha pacífica, sindical, hasta la creación artística se puso en
función del cambio. Ahora ha venido en nuestro auxilio también la
tecnología. Cada vez que utilizo un teléfono móvil para denunciar un
arresto o escribo en mi blog sobre la difícil situación de tantas
familias cubanas, pienso cómo habrían ayudado estos artilugios de teclas
y pantallas a los activistas de décadas anteriores. Cuán lejos hubieran
podido llegar sus voces y proyectos de haber contado con las redes
sociales y todo el ciberespacio que se abre hoy ante nuestros ojos. La
WEB 2.0 ha sido, sin dudas, un impulso para ese espíritu de transición
que habita en el interior de todos nosotros.
Hoy está aquí
por primera vez en el Forum 2000 una pequeña representación de
activistas cubanos. Después de décadas de encierro insular en que el
régimen de nuestro país impedía a muchos disidentes, periodistas
independientes y bloggers alternativos viajar al extranjero, hemos
logrado la pequeña victoria de que nos abran el cerrojo de las fronteras
nacionales. Es una victoria limitada, incompleta, porque todavía faltan
muchas otras. La libertad de asociación, el respeto a la libre opinión,
la capacidad de elegir por nosotros mismos a quienes nos representen,
el fin de esos actos de odio llamados mítines de repudio que aún
persisten en las calles cubanas contra los que piensan diferente a la
ideología en el poder. Sin embargo, muchos sentimos que Cuba está en
transición. Una transición que está ocurriendo de la manera más
irreversible y aleccionadora: desde el interior del individuo, en la
conciencia de un pueblo.
En esa
transición habrán influido muchos de ustedes. Muchos de ustedes que han
llegado primero a la libertad y han comprobado que no es el final del
camino, sino que la libertad trae nuevos problemas, nuevas
responsabilidades, nuevos retos. Ustedes que en sus respectivos países
mantuvieron vivo el aliento del cambio, incluso poniendo en riesgo sus
nombres y sus vidas.
Como el
espíritu de la transición contenido en aquel libro de Vaclav Havel,
forrado –para enmascararlo- con las páginas del periódico oficial más
inmovilista y reaccionario que puedan imaginar. Como aquel libro, la
transición puede prohibirse, censurarse, ser decretada casi una mala
palabra, postergarse y satanizarse… pero siempre llegará.
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