Por Emiro Albornoz L. / Periodista / emiroalbornozl@gmail.com
Buena parte de los males que
aquejan a Simonovis son producto de casi 10 años encerrado en un
calabozo del Sebín en el cual no entra la luz del sol.
Sin exageraciones de ningún tipo,
este régimen, que califico de oprobioso porque sus acciones están
signadas por el odio, la infamia y la ignominia, en nada se diferencia
de ese pasado oscuro y borrascoso que para Venezuela significó la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
La grave y penosa situación que en estos momentos presenta el
comisario Iván Simonovis, condenado junto con el resto de los directivos
de la Policía Metropolitana a 30 años de prisión por los crímenes del
11 de abril del año 2002, de los cuales todo el mundo sabe que los
asesinos de esos venezolanos que cayeron en aquel aciago día fueron los
pistoleros del Puente Llaguno, que, contados por más de un centenar,
dispararon a mansalva contra la manifestación que se dirigía a
Miraflores a solicitarle la renuncia a Hugo Chávez, solo tiene parangón
con las atrocidades practicadas por los esbirros de la Seguridad
Nacional y otras dictaduras del Cono Sur.
Y fue precisamente ese a quien hoy sus seguidores pretenden convertir
en el segundo libertador de América y hasta el sacrilegio de
trasmutarlo en una especie de nuevo salvador, quien se encargó de
condenar a los inocentes y a los asesinos los declaró “héroes de la
patria”.
Pero tenían que buscar o fabricar unos culpables de aquellos crímenes
de lesa humanidad para lavarse la cara y Chávez consiguió su objetivo
en las personas de los comisarios y otros funcionarios de la PM.
¿Quién puede olvidar las revelaciones del exmagistrado Eladio Aponte
Aponte, expresidente de la Sala Penal del TSJ y hombre de confianza de
Hugo Chávez, cuando una vez que salió huyendo del país dijo lo
siguiente: “Hay gente para la cual la orden es no soltarla,
principalmente los comisarios. La orden viene de la Presidencia para
abajo. No caigamos en dudas, en Venezuela no se da puntada si no lo
aprueba el Presidente”?
Simonovis ha tenido que ser operado de emergencia y su estado de
salud es crítico. Buena parte de los males que lo aquejan son producto
de casi 10 años encerrado en un calabozo del Sebín en el cual no entra
la luz del sol. Por ello, tanto Chávez, que fue su verdugo, como quienes
bajaron la cabeza para condenarlo de la manera más injusta tendrán que
pagar a la hora del juicio final.
Libertad plena para Simonovis ya.
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