Por: Nelson Bocaranda Sardi
Fuente: El Universal - Runrunes
En medio de los rumores que han circulado sobre “un aparente vacío de
las bóvedas” y de lo que no hay prueba alguna más allá de los envíos de
oro a China y Rusia en aquel periplo del avión presidencial con parada
previa en La Habana se produce el despido (¿“renuncia pedida” para no
tener que ir a la Asamblea?) de su presidenta, la ingeniera industrial
valenciana Edmée Betancourt.
Del grupo ideológico de confianza del ministro Jorge Giordani la ex
ministra señaló al asumir el BCV “que se pasaron entre 15 mil y 20 mil
millones de dólares a empresas de maletín”. Si antes lo habían
manifestado los ministros Fleming y Menéndez, la reacción en el alto
gobierno fue muy mala hacia ella. Arrancó con plomo en el ala. Vino el
caso Bandes con los detenidos en los Estados Unidos y también se lo
acercaron a ella.
Aquí publicamos el pasado 19 de julio que ella no se sentía capacitada
para dirigir el BCV “por ser una institución muy compleja”. Ayer con su
intempestiva salida muchos se la achacaron al tema de la corrupción
detectada en Bandes. Sin embargo, una confiable fuente interna del ente
emisor me aseguraba otra versión sobre su apurada destitución.
Como la estatal aurífera Minerven está paralizada le dieron a PDVSA la
orden de rescatarla. El tema ha estado presente en Aporrea.org donde la
tildan de inauditable, llena de cómplices en los robos de oro y de
informes acusatorios a los que no les paran en las alturas rojas.
Como la disminuida petrolera roja rojita no tiene plata (apuntan a una
deuda de 30.000 millones) y el caso de Minerven requiere grandes
inversiones le habrían ordenado a la presidenta “imprimir plata para
ayudar en el rescate” de la corrupta empresa. Ella se opuso diciendo que
“mi cargo es para administrar un banco no una empresa de oro”. Hasta
allí le duró el cargo. Su mentor, el inefable “monje” que ha empujado el
país al foso, se encuentra muy “desmoralizado” y ayer especulaban sobre
su renuncia.
Cuentan que Maduro le reclamó fuertemente tras la devaluación del 8 de
febrero supuestamente ordenada por Chávez. (Recordemos al presidente
ecuatoriano Rafael Correa decirnos recientemente, reiterando lo escrito
por éste mortal, que el enfermo estaba en fase terminal desde diciembre)
y por los enredos económicos que ella produjo.
Veremos si este Eudomar sigue o no las lecciones de su tocayo de apellido Santos: “como vaya viniendo vamos viendo”
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