José Luis Farías 21 de junio de 2013
@fariasjoseluis
Corto y
Picante:
Ya sabemos el significado de la
aparición de Miguel Rodríguez Torres para declarar sobre un suceso cualquiera.
El susodicho, impecablemente almidonado, en tono grave dirá siempre que el
manifestante, por más pacífica que sea su protesta, es un ruin conspirador que
intenta desestabilizar la revolución. Por lo que después de las agresiones de
los pistoleros rojos contra los universitarios en la plaza del rectorado,
disparando a Mansalva, quemando autobuses y destrozando todo a su paso no era
de extrañar que repitiera su ritornello de policía fascista.
Una muestra indiscutible de que
Venezuela dejó hace rato de ser un estado de derecho para ser un estado
despótico, en que el único derecho lo tienen los facinerosos como los que
atacaron con impunidad y cobardía a universitarios pacíficos cuyo delito es
exigir respeto a sus derechos.
Rodríguez Torres calificó de
"provocación", amenazó con
"represión" y justificó el asalto de las hordas rojas contra un
modesto pero significativo recibimiento que los pobladores de la UCV y otras
universidades hacían a unos marchistas que llegaban al alma mater tras recorrer
400 kilómetros desde la ciudad de Barquisimeto en protesta contra los
incumplimientos financieros y el desconocimiento de la autonomía por parte del
despotismo rojo.
Todo esto mientras Maduro y su
comitiva andaban de shopping por París gastando unos dólares que no eran
precisamente de su cupo CADIVI. Y quien al llegar al país sumó sus denuestos a
los del policía de interior y justicia contra la universidad autónoma y sus
integrantes confirmando la naturaleza despótica del estado venezolano. Dejando
en evidencia que poco o ningún efecto tuvo sobre él las bendiciones y
peticiones del Papa Francisco en el Vaticano para que Venezuela encuentre un
rumbo de paz y prosperidad. Grave error de los déspotas porque la universidad
no se rinde ante la barbarie.
José Luis Farías 21 de junio de 2013
@fariasjoseluis
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