Los médicos que atienden a Hugo Chávez en La Habana ya han comunicado a la familia del presidente, a los hermanos Castro y a la cúpula chavista que el paciente ya no está en condiciones de regresar para ejercer la presidencia de Venezuela.
Así lo aseguran fuentes en contacto con el equipo médico, que también indican que Chávez ha perdido la voz por completo,
a consecuencia del tratamiento médico recibido. Este ha causado daño
permanente en sus cuerdas vocales y difícilmente va a poder recuperar la
voz. Sin habla y sin poder moverse de la cama, en la que lleva exactamente dos meses, el presidente se encuentra «muy deprimido», apuntan las citadas fuentes.
Un anuncio público
por parte del Gobierno de que Chávez es incapaz de reasumir sus
funciones será realizado los próximos días, y así ha sido trasladado ya a
miembros del Tribunal Supremo, según ha podido saber este diario.
Aunque la familia sabía que el cáncer que padece Chávez, un rabdomiosarcoma, era terminal, la comunicación formal por parte de los médicos de que no cabe recuperación suficiente para intentar ejercer la presidencia ha
sido un golpe para los allegados al presidente. Conocedores de la
reacción del núcleo duro del Gobierno atestiguan que las últimas horas
se están viviendo con consternación.
La comunicación médica debería conducir a la declaración de incapacidad
o ausencia total del presidente. Precisamente el aviso dado al Tribunal
Supremo indica que este organismo, que dio el visto bueno a la
continuidad de Chávez al frente de la República a pesar de las dudas
constitucionales al respecto, se prepara también para avalar el nuevo
paso.
Dos meses desaparecido
Chávez cumple dos meses postrado cama, sin que en todo este
tiempo los venezolanos hayan podido ver ninguna imagen suya, ni oír su
voz (mudo ahora, no se explica que ayer el vicepresidente Nicolás Maduro
dijera que su superior le había comentado ciertas órdenes económicas).
Su aspecto demacrado y
su persistente dificultad respiratoria, de acuerdo con las
informaciones que ha venido publicando este diario, han impedido a
Chávez emitir ningún mensaje al país. Al fuerte carácter invasivo de la
intervención quirúrgica –una excentración pélvica de gran alcance– se unió en el inmediato postoperatorio una grave infección pulmonar.
Aunque la ligera mejoría, dentro de su difícil situación,
le ha permitido concluir finalmente la etapa de postoperatorio, esta ha
sido tan larga que Chávez no ha podido gozar del temporal
restablecimiento que debía suponer la extirpación de células
cancerígenas realizada en la intervención. Los síntomas del avance del cáncer son de nuevo claramente manifiestos.
En sus declaraciones públicas, el Gobierno venezolano ha ido dando cuenta, con excesiva fanfarria,
de la lenta recuperación del presidente. No ha informado, sin embargo,
de algunos retrocesos, como el fallo cardíaco y el coma sufrido por 14
minutos el día 5 de enero, o la progresión de la metástasis.
El estado de Chávez le ha impedido hacer el viaje a Caracas para juramentar como presidente.
Si en un principio se pensó en un viaje de ida y vuelta, para proseguir
el tratamiento en La Habana, las novedades aconsejan un traslado
definitivo a la capital venezolana para esperar un desenlace final.
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