Por la Representante ILEANA ROS-LEHTINEN
Fuente: IASW
Desde 1998, Hugo Chávez ha
gobernado Venezuela con un estilo autoritario similar al de sus homólogos
cubanos. Ha puesto en marcha cambios políticos y legislativos que han sido
acompañados por un incremento en el deterioro de las instituciones democráticas
y de la situación de los derechos humanos en Venezuela.
Por lo tanto, la próxima elección
presidencial del domingo es sin duda la más importante en la historia reciente
de Venezuela, como candidato de la oposición, Henrique Capriles está subiendo
en las encuestas contra el corrupto aparato político de Chávez. El periodo
previo a esta elección se seguirá de cerca y se examinará para determinar si
los comicios fueron justos y transparentes y si el proceso en verdad refleja
las voces del pueblo venezolano.
En el 2010, los venezolanos
salieron a votar en números record y anticipo que lo mismo sucederá ahora que
la gente le ha perdido el miedo a Chávez y sus compinches. La oposición ha sido
capaz de aprovechar el impulso de las elecciones parlamentarias de 2010 y al
permanecer unificada detrás de un candidato único.
Puede ser que Chávez controle los
medios de comunicación, que influya sobre el Consejo Nacional Electoral y que
corrompa el sistema electoral para obtener beneficios políticos, pero él no
puede controlar el poder abrumador de los venezolanos que buscan los derechos
humanos fundamentales y una democracia verdadera.
En la última década, hemos visto
un endurecimiento constante de la condición de la libertad y los derechos
humanos por parte del régimen de Chávez y una dura represión contra la
oposición política. La libertad de expresión no existe, las estaciones de radio
y televisión son acosadas, e incluso cerradas temporalmente cuando se atreven a
criticar el establecimiento de Chávez.
El informe del Departamento de
Estado de los EE.UU. sobre Prácticas de Derechos Humanos para el 2011 declaró
con respecto Venezuela que “los principales abusos a los derechos humanos
reportados durante el año fueron las acciones del gobierno para impedir la
libertad de expresión y para criminalizar a la disidencia”.
Las organizaciones no
gubernamentales y los medios de comunicación independientes han informado de
casos de ejecuciones extrajudiciales y sobre la tortura y el encarcelamiento
injusto de disidentes políticos por parte del régimen de Chávez. En julio, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos llegó a la decisión de que el
régimen de Chávez violó los derechos humanos del señor Raúl Díaz Peña, durante
su encarcelamiento en un gulag venezolano.
A medida que nos acercamos al día
de las elecciones, Chávez sigue promoviendo estas acciones ilegales, convocando
disturbios civiles en el caso de que pierda las elecciones e instando a la
escalada de la violencia en las calles.
Los grupos respaldados por Chávez
siguen causando estragos y derramando sangre en concentraciones de la oposición
para infundir miedo e intimidar a los venezolanos para que no voten en las
próximas elecciones. El Ministro de Defensa de Chávez, el General Henry Rangel,
que fue introducido en la lista del Departamento del Tesoro de los EE.UU. de
sanciones relacionadas al narcotráfico en el 2008, declaró que los militares
estaban “casados con el proyecto político socialista”, dando a entender que los
militares y los simpatizantes de Chávez no apoyarían un cambio democrático en
Venezuela.
Por otra parte, un informe
recientemente publicado reveló los planes detallados de Chávez para rodear el
palacio presidencial con el personal militar en caso de que pierda las
elecciones, y las preocupaciones en relación al fraude electoral siguen
creciendo a medida que se aproxima la jornada electoral. Estas acciones
agresivas por parte de Chávez y sus allegados tienen el propósito de mantener
el control sobre el país, sin importar cuales sean los resultados de las
elecciones.
Durante los últimos 14 años, el
régimen de Chávez no ha actuado con en el mejor interés del pueblo venezolano y
ha socavado los objetivos de la política exterior estadounidense en el
extranjero. Esta elección tendrá un papel crucial en el futuro del país, e
insto a todos los venezolanos a votar en el día de las elecciones.
Los Estados Unidos y las naciones
democráticas deben continuar apoyando al pueblo venezolano en su lucha para
elegir a su próximo líder de manera democrática y transparente. Cualquier acto
de violencia, de desestabilización o de intimidación no debe ser tolerado y
cualquier acto de promoción de estas actividades ilícitas debe ser condenado
por el Departamento de Estado de EE.UU., la OEA y otras instituciones
internacionales. Las naciones responsables están siguiendo de cerca los
acontecimientos en Venezuela para garantizar que el proceso democrático sea
respetado y protegido.
Ileana Ros-Lehtinen es un miembro
republicano de la Cámara de Representantes por Miami.
1 comentarios:
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