Por Eleonora Bruzual
Fuente: Univisión Radio
Eleonora Bruzual |
Ayer les decía en mi comentario por esta Radio Mambí que con
seguridad el asesino de la matanza de Toulouse sería descubierto,
apresado y condenado... Ayer mismo la prensa mundial dio cuenta que
Mohammed Merah un francés de origen argelino y fanático musulmán había
sido localizado como principal sospechoso de la matanza en el colegio
judío y también como responsable de la muerte de tres soldados en la
misma región del sur de Francia.
Expertos en la difícil ciencia del estudio de la mente coinciden en resaltar que al analizar una cierta coherencia en los blancos elegidos: dos militares que eran musulmanes, un tercero de ascendencia antillana y luego una escuela judía, está implícito un mensaje terrible: Por un lado el antisemitismo, el odio a la Nación Judía y al mismo tiempo la “Respuesta” sangrienta contra la presencia europea, y en este caso francesa, combatiendo a los terroristas islámicos que en la gran guarida que es Afghanistan esperan el momento preciso para asentar golpes mortales al occidente, a la civilización judeocristiana y a la vida porque sin dudas son los guerreros de la muerte.
Hoy conocemos que a Mohammed Merah la policía francesa tenía varios años siguiéndole... Pero frente a los muertos creo que no lo siguieron muy bien... De haberlo hecho, este Muyaidín o en español “combatiente de Dios”, militante de Al Qaeda no habría logrado su cometido que según se ha dicho era vengar a los niños palestinos y castigar a las Fuerzas Armadas de Francia por sus intervenciones en el mundo islámico.
Ahora se publicita que Mohammed Merah viajaba con alguna frecuencia a Afganistán y Pakistán, siendo de origen magrebí y para nada pakistaní o afghano... Se sabía que retador se ufanaba de ser miembro del grupo terrorista “Forsane Alizza” o “Caballeros del Orgullo” un grupo salafista que prohibido en Francia, no por ello inactivo.
Ahora se sabe todo... también que nada ni nadie podrá devolver la vida a esas siete personas que Mohammed Merah asesinó a sangre fría en Toulouse y Montauban en un lapso de 8 días.
Fueron cayendo uno a uno los inocentes... Primero, un paracaidista, Imad Ibn Ziaten, que acudió a una cita que le dio un hombre en scooter para comprarle una moto. Luego, otros dos paracaidistas de Montauban, Abel Chennouf y Mohamed Legouade, tiroteados en una acera de esa ciudad, mientras que otro resultó herido de gravedad. Los tres de origen magrebí aunque uno vino a Francia desde las Antillas.
Siguieron los otros... las víctimas que literalmente cazó en la escuela judía Ozar Hatorah de Toulouse... Jonathan Sandler, de 30 años y profesor de religión judía baleado tratando desesperado de salvar a sus hijos Arieh de 6 años y Gabriel de 4 años, Myriam Monsonego de 8 años, hija del director de la escuela... Ya sus cuerpos están en Israel, preservados del odio que hasta a las tumbas va por sus víctimas, están en el mayor cementerio de Jerusalem el Har Hamenuhut o Monte del descanso... ubicado en el barrio de Givat Shaul, a la entrada de la ciudad que es capital histórica e indivisible de la Nación Judía.
Ya lo dicen voces calificadas... Ya lo claman millones de seres horrorizados, no sólo ante el resurgimiento del antisemitismo, sino ante la perversa pretensión de que aceptemos complacidos que no hay entre esa izquierda canalla y ese extremismo fascista que se confunden en el mismo estercolero del odio, judeofobia alguna, lo que hay –según la nueva moda- es Antisionismo...
Expertos en la difícil ciencia del estudio de la mente coinciden en resaltar que al analizar una cierta coherencia en los blancos elegidos: dos militares que eran musulmanes, un tercero de ascendencia antillana y luego una escuela judía, está implícito un mensaje terrible: Por un lado el antisemitismo, el odio a la Nación Judía y al mismo tiempo la “Respuesta” sangrienta contra la presencia europea, y en este caso francesa, combatiendo a los terroristas islámicos que en la gran guarida que es Afghanistan esperan el momento preciso para asentar golpes mortales al occidente, a la civilización judeocristiana y a la vida porque sin dudas son los guerreros de la muerte.
Hoy conocemos que a Mohammed Merah la policía francesa tenía varios años siguiéndole... Pero frente a los muertos creo que no lo siguieron muy bien... De haberlo hecho, este Muyaidín o en español “combatiente de Dios”, militante de Al Qaeda no habría logrado su cometido que según se ha dicho era vengar a los niños palestinos y castigar a las Fuerzas Armadas de Francia por sus intervenciones en el mundo islámico.
Ahora se publicita que Mohammed Merah viajaba con alguna frecuencia a Afganistán y Pakistán, siendo de origen magrebí y para nada pakistaní o afghano... Se sabía que retador se ufanaba de ser miembro del grupo terrorista “Forsane Alizza” o “Caballeros del Orgullo” un grupo salafista que prohibido en Francia, no por ello inactivo.
Ahora se sabe todo... también que nada ni nadie podrá devolver la vida a esas siete personas que Mohammed Merah asesinó a sangre fría en Toulouse y Montauban en un lapso de 8 días.
Fueron cayendo uno a uno los inocentes... Primero, un paracaidista, Imad Ibn Ziaten, que acudió a una cita que le dio un hombre en scooter para comprarle una moto. Luego, otros dos paracaidistas de Montauban, Abel Chennouf y Mohamed Legouade, tiroteados en una acera de esa ciudad, mientras que otro resultó herido de gravedad. Los tres de origen magrebí aunque uno vino a Francia desde las Antillas.
Siguieron los otros... las víctimas que literalmente cazó en la escuela judía Ozar Hatorah de Toulouse... Jonathan Sandler, de 30 años y profesor de religión judía baleado tratando desesperado de salvar a sus hijos Arieh de 6 años y Gabriel de 4 años, Myriam Monsonego de 8 años, hija del director de la escuela... Ya sus cuerpos están en Israel, preservados del odio que hasta a las tumbas va por sus víctimas, están en el mayor cementerio de Jerusalem el Har Hamenuhut o Monte del descanso... ubicado en el barrio de Givat Shaul, a la entrada de la ciudad que es capital histórica e indivisible de la Nación Judía.
Ya lo dicen voces calificadas... Ya lo claman millones de seres horrorizados, no sólo ante el resurgimiento del antisemitismo, sino ante la perversa pretensión de que aceptemos complacidos que no hay entre esa izquierda canalla y ese extremismo fascista que se confunden en el mismo estercolero del odio, judeofobia alguna, lo que hay –según la nueva moda- es Antisionismo...
La judeofobia es ese peligroso convidado
que podemos tener al frente sin saberlo... Esos Muyaidín llamados así
en árabe y llamados “Colectivos” “Guerrillas comunicacionales” o
“Brigadas de Acción Rápida” por ejemplo aquí en mi país o en Cuba...
Algunos como digo pueden estar cerca y no lo sabemos, otros, a cara
descubierta y orgullosos de ser esbirros de tiranos van sembrando odio,
van haciendo que la violencia sea un hecho cotidiano más, van
haciéndonos creer su grito de ¡No volverán! cuando la realidad es que no
nos hemos ido nunca y que aquí estamos millones queriendo que Venezuela
vuelva a ser lo que fue: una tierra refugio de perseguidos y terreno
fértil donde florecen los sueños y las oportunidades.
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