Confieso que por primera vez en muchos años y después de muchas lunas, noto en el país un verdadero sentido de pertenencia, lucha, insurrección y rebeldía. Me
refiero a la gran masa democrática que se mantenía a la deriva sin un
verdadero líder, a la sombra de unos dirigentes opositores incoloros,
tartamudos y nimios, que no terminaban de responder al clamor popular de
desobediencia libertaria y unificación definitiva.
Situación que evidentemente ha cambiado de manera radical con la elección de Henrique Capriles Radonski (HCR) como candidato unitario de las fuerzas democráticas, y la quema de los cuadernos de votación que contenían el nombre y la cédula de los votantes primarios de la oposición;
ha pesar del dictamen “express” y anticonstitucional emanado del
Tribunal Supremo de Justicia castro-chavista, ordenando lo contrario.
El primer acto legítimo de “desobediencia civil” ejecutado por la dirigencia opositora en muchos años, amparados en el artículo 350 de la Constitución Nacional.
Artículo constitucional al que hemos hecho referencia miles de venezolanos “rebeldes”
en el transitar angustioso y dictatorial de la última década,
entendiendo que un régimen totalitario debe ser combatido con todas las
armas habidas y por haber, sobre todo si nos asiste la razón y representamos a las mayorías.
Hoy
más que nunca y tomando en cuenta la desesperación del régimen a pocos
meses/días de su defenestración final, incluyendo la fragilidad humana
del déspota insepulto, el artículo 350 de la Constitución Nacional debe
ser enarbolado como nuestro estandarte principal, en caso de que el candidato unitario sea apresado, asesinado, inhabilitado, suicidado, etc.
Artículo 350:
“El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha
por la independencia, la paz, y la libertad, desconocerá cualquier
régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y
garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.”
Así mismo debemos comprender que la lucha apenas comienza, el CNE no es confiable al 100% y los “magnates boliburgueses”
(civiles y militares) no entregarán el poder así de fácil. Debemos ser
cautos, inteligentes y pro activos. No podemos caer en triunfalismos ni
creer en la buena fe de un Consejo Nacional Electoral hecho a la medida del dictador y sus secuaces.
Los más de tres millones de electores que depositaron sus esperanzas en las primarias opositoras el pasado domingo, no son pendejos.
En
Venezuela ya se sabe para quien trabaja cada quien. Esos venezolanos
valientes votaron esperando que su voto y el de millones de venezolanos
más que en octubre apoyarán al candidato de la unidad, sea respetado y se convierta en un arma pacífica de cambio y progreso.
En
el país existe una nueva realidad política que no es efímera ni
transitoria, somos mayoría y estamos dispuestos a todo con tal de
recobrar la libertad. Pero esa libertad solo puede ser reconquistada sí el candidato unitario y los dirigentes de las fuerzas democráticas, exigen reglas claras para poder competir en buena lid.
Henrique Capriles Radonski
no tiene excusas, hasta ahora no he escuchado nada en referencia al
CNE, solo halagos y flores. Todavía recuerdo cuando Manuel Rosales
aceptando su derrota en diciembre del 2006, dijo que había perdido “pero que los números del CNE no eran correctos, que su margen de derrota había sido menor”.
Hasta la fecha nada ha cambiado, al contrario, el Registro Electoral Permanente (REP) ha crecido exponencialmente y se encuentra envenenado hasta la médula;
esto se ha comprobado estadísticamente. Por otra parte, los intereses
mercantiles de los lugartenientes castro-chavistas se han acrecentado de
manera grotesca y sus tentáculos alcanzan todas las instituciones de la
nación; incluyendo obviamente al CNE.
Es
muy distinto hacer unas primarias opositoras utilizando al CNE, a tener
que enfrentarse al dictador moribundo (si es que llega a octubre), o a
su inefable sucesor, esperando benevolencia y transparencia por parte del mismo CNE que hoy en día miman y felicitan de manera exagerada.
Es
como felicitar a un hombre que le pega a su mujer, porque tiene varios
días sin pegarle y a su esposa ya no se le ven los moretones. No podemos
olvidar tan fácilmente el camino recorrido embriagados en un
electoralismo condicionado, a Dios rogando y con el mazo dando.
La coyuntura actual debe ser utilizada de manera inteligente por Capriles Radosnki y la dirigencia opositora. Nos encontramos en la cresta de la ola y debemos terminar de exigir nuestros derechos a viva voz; derechos que no son negociables ni mucho menos transitorios.
El país democrático se encuentra de pie y dispuesto a todo.
Es el momento de actuar, la dictadura se derrumba y no debemos darle tiempo a que se levante. Por el camino electoral y en igualdad de condiciones, el régimen tiránico con o sin Chávez, será derrotado.
Si
por el contrario, eligen el camino de la violencia y las armas, no solo
serán derrotados, serán aniquilados y morderán el polvo. Somos mayoría y las verdaderas Fuerzas Armadas están de nuestro lado, como ya lo han dejado entrever de manera sutil enviando un mensaje muy claro al régimen autocrático.
Lucio Quincio Cincinato, General de Generales.
Hermano Henrique Capriles Radonski,
seguramente eres tan amante de la libertad y la paz como este
escribidor y millones de venezolanos. Te asiste la ley, la historia y la
razón. Somos mayoría y anhelamos un cambio pacífico de progreso y
hermandad.
Un país “arrecho” y en franca rebeldía te encomienda participar en unas elecciones limpias, con un CNE imparcial y un Registro Electoral Permanente prístino y confiable. El país te confío su destino. Ahora te toca a ti responderle a la patria y a las generaciones futuras.
Hermano Henrique Capriles Radonski,
tienes la palabra. La providencia guiará tus pasos si actúas de buena
fe, con arrojo y valentía; demuestra que eres un patriota a carta cabal y
llévanos a puerto seguro.
Venezuela
unida encara la encrucijada histórica más importante de su vida
republicana, nos impondremos y haremos valer nuestra condición de
demócratas libertarios. Ya
tenemos al líder de las fuerzas democráticas, solo falta edificar
inteligentemente con coraje y convicción, la victoria definitiva. ¡Amén!
"Nuestra vida no es otra cosa que la herencia de nuestro país"
Simón Bolívar
¡Patria, Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
Twitter: @robertocarlo14
16-02-12
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