Fuente: AJN
Más de la mitad de los jóvenes judíos de Venezuela
dejó ese país en la última década, según reveló Salomón Cohen Botbol,
presidente de la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV).
El dato puede ser simplemente estadístico, pero la Agencia Judía de Noticias
contactó a un grupo de judíos venezolanos que reside en Miami que relató sus
vivencias en esta suerte de exilio y las razones por las que se vieron
obligados a dejar su país de origen. En sus distintas ediciones, AJN presentará a partir del martes 7 cada una de estas
historias en donde se mezclan temas como el antisemitismo, la inseguridad, la
crisis económica y una supuesta falta de futuro. Pero también cada uno de estos
protagonistas describe la incertidumbre en que se encuentra lejos de sus
familiares directos y con algunas urgencias económicas.
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A mediados de 2010, el presidente de la Confederación de
Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), Salomón Cohen Botbol, sorprendió a
gran parte de la dirigencia judía del mundo y hasta las mismas autoridades del
gobierno de Israel cuando puso al descubierto la difícil situación que afectaba
a los judíos venezolanos.
Fue en la cumbre del Congreso Judío Mundial (WJC, por sus
siglas en inglés), donde Cohen Botbol alertó a los líderes judíos del mundo que
la comunidad judía había pasado de 18.000 miembros en el año 2000 a unos 9.500,
en 2010.
Casi dos años después, la comunidad judía de Venezuela
vuelve a despertar la atención al confirmarse que un gran porcentaje de los
judíos que dejan Caracas son jóvenes, lo que no sólo genera una disminución de
la población judía sino que además abre importantes interrogantes sobre su
continuidad en esas tierras caribeñas.
En su momento, la Agencia Judía de Noticias (AJN) pudo
determinar que gran parte de éxodo de los judíos venezolanos estaba vinculado
con la inseguridad que aún afecta a Venezuela como así también la crisis
económica mundial de los últimos años.
Sin embargo, el antisemitismo fue un hecho clave para que
muchos judíos decidieran dejar Caracas y el mismo informe presentado por la
CAIV en 2009 indicó que se denunciaron 200 ataques contra la Comunidad judía de
Venezuela.
En esta tendencia tuvo mucho que ver el presidente Hugo
Chávez, quien demostró ser un enemigo público de las políticas del Gobierno de
Israel e incluso en 2009 decidió interrumpir las relaciones con el Estado
hebreo que llevaban más de 60 años y expulsó a la delegación diplomática en
rechazo a la Operación Plomo Fundido, la última ofensiva importante del
Ejército israelí contra la organización terrorista Hamas en la Franja de Gaza.
Justamente en aquella oportunidad, el líder venezolano
generó una fuerte reacción con una polémica declaración para condenar la
política israelí. “Aprovecho para condenar de nuevo desde el fondo de mi alma y
de mis vísceras al Estado de Israel. ¡Maldito seas Estado de Israel! ¡Maldito
seas, terrorista y asesino! Y ¡Viva el pueblo palestino! ¡Pueblo heroico,
pueblo bueno!”, dijo Chávez en declaraciones televisivas.
Pero aquella no fue la única vez que Chávez cargó contra
Israel, ya que en otras oportunidades había acusado a los israelíes de llevar
adelante un genocidio contra los palestinos y calificó al gobierno como un
régimen fascista que “se parece mucho a los nazis”, por lo que sus líderes
deberían ser juzgados en un tribunal internacional.
Las declaraciones del mandatario venezolano se transformaron
en una amenaza para la Comunidad Judía al incitarles a alzar la voz en contra
de las acciones de Israel.
Todo fue un condimento para alentar la discriminación y
generar una ola de actos violentos contra sitios emblemáticos de la comunidad
judía, como ocurrió a fines de enero de 2009 cuando desconocidos profanaron la
sinagoga “Tiferet Israel” de Caracas.
En el lugar, además de los destrozos y la violencia ejercida
contra el personal de seguridad, se encontraron inscripciones de carácter
antisemita. “No queremos judíos aquí” y “judíos, fuera de aquí”, fueron las
inscripciones que se rociaron en las paredes de la sinagoga sefaradí.
En su momento, el vicepresidente de la comunidad judía de
Venezuela, David Bittan, indicó que los agresores “sacaron los rollos de la
Torá y los arrojaron al piso”. Además los violentos destrozaron las oficinas,
abrieron el Arón Hakodesh (Arca Santa) y arrojaron los rollos de la Torá y los
rimonim (ornamentos de los rollos) al suelo”.
Bittan declaró que “las inscripciones no son en contra de
Israel, sino contra los judíos”.
Este no era el primer acto violento que padecía la comunidad
judía, ya que desde principios de siglo fue blanco de distintos ataques.
El colegio Hebraica fue allanado en el año 2004 por la
policía científica, que en ese momento estaba buscando armas por la muerte del
Fiscal Danilo Anderson. La visita judicial se repitió en 2007, siendo los dos
hechos más salientes antes de 2009.
Previo al ataque a la sinagoga dependiente de la Asociación
Israelita de Venezuela, el 14 de enero de 2009, se iniciaron las intimidaciones
cuando un grupo pintó la fachada del templo con expresiones de odio y citas
antisemitas. No conformes con ello lanzaron una bomba lacrimógena.
Los ataques se repitieron el 21 y 22 de enero cuando un
grupo de motociclista realizó algunas pintadas en el exterior de la misma
Sinagoga, situada cerca de la céntrica Plaza Venezuela.
Las leyendas antisemitas se transformaron en una costumbre
durante 2009 y en 2010, Chávez volvió alentar sus fuertes críticas contra
Israel, pero esta vez por el incidente vinculado con una flotilla presuntamente
humanitaria con bandera turca que intentó quebrar el bloqueo marítimo a la
Franja de Gaza, hecho que terminó con nueve activistas muertos.
Todos estos hechos tuvieron algo que ver con la disminución
de la comunidad judía a la mitad y la Agencia Judía de Noticias busca en esta
serie de reportajes contar la razones y la vida de estas personas que
decidieron dejar Venezuela hastiados de ataques antisemita y un fuerte clima de
inseguridad que tiene a la comunidad como blanco preferido.
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