Por Ing. Fernando J. Lugo B
Sr. General de División: Fernando Ochoa Antich.
Estimado General:
Antes que nada, quiero brindarle un cordial saludo, deseando que el año que acaba de comenzar, venga lleno de mucha paz y prosperidad.
Acabo de leer su artículo sobre “las mentiras de Chávez”, publicado en el diario El Universal, el domingo próximo pasado.
Comparto con Ud. muchos de los acertados comentarios emitidos en su escrito. Sin embargo despierta en mi gran incertidumbre, la posición que adopta, tanto Ud., como hasta la fecha la totalidad de los candidatos a las primarias frente al futuro totalmente incierto del venidero proceso comicial, a celebrarse en el mes de Octubre.
Es sin lugar a dudas, de vital importancia, hacer del conocimiento de los nuevos oficiales y no solo a ellos sino de los jóvenes en general, la verdad sobre lo acaecido el 4 de febrero, el 27 de noviembre de 1992 y el 12 de abril de 2002, quienes (como bien Ud. indica) eran unos niños para la década de los 90’s y seguramente, muchos de ellos, desconocen la verdadera historia de lo que aconteció en ese entonces.
Sin embargo, creo que resulta más importante hablarles con verdadera franqueza a los venezolanos de qué podemos esperar como resultado de la desinformación o falta de honestidad de quienes tienen la obligación de denunciar ante el país para donde vamos. Es por ello, que vemos con profundo temor la realidad para la cual no hace falta ser vidente para asegurar sin temor a equivocarnos cual será el destino de Venezuela si las elecciones se realizan bajo el actual esquema.
Primeramente, medir a cualquiera que resultare el candidato único de la oposición frente a las fuerzas del oficialismo con un árbitro totalmente parcializado, es sin duda alguna, enviarnos a todos al matadero, toda vez que el resultado será el mismo que hemos visto en la mayoría de los casos.
Como segundo punto, en un supuesto de que contáramos con rectores imparciales, otro gran obstáculo es la base de datos del CNE la cual está absolutamente plagada de irregularidades tal y como ha sido denunciado con las respectivas pruebas, infinidad de veces y frente a la cual, absolutamente NADIE se ha pronunciado.
Como tercero y último punto, de ser posible sortear estos grandes obstáculos, ¿existirá consenso para defender la voluntad expresada por el pueblo en las urnas?, luego de ver con profunda decepción como fue aceptado por quienes tiene la obligación de ser centinelas permanentes de la patria y celadores de la constitución así como de quienes pretenden ser los líderes emergentes frente a esta crisis de valores, el gran descaro del gobierno, el cual hasta hoy, no ha podido explicar cómo es que habiendo sacado menos votos, sean mayoría en la asamblea nacional.
Frente a ello, creo que somos los de la sociedad civil los que debemos denunciar y tratar por algún mecanismo de organizarnos, de sembrar conciencia entre aquellos que aún permanecen en el limbo sin percatarse de la gravedad de la situación.
No dudo General que sus intenciones sean las mejores del mundo al creer y expresar públicamente su convicción de que el gobierno es derrotable en las urnas y su optimismo de que así será. Ud. al igual que yo y que millones de Venezolanos deseemos lo mejor para el país y para las nuevas generaciones, pero seamos honestos: bajo este esquema, llevamos todas las de perder.
Es por ello que le ruego no se cree ni nos cree falsas expectativas. Todos queremos volver a la Venezuela donde había progreso, donde ser periodista y/o editor, no era un pecado, donde disentir de la manera de pensar del gobierno, no era penado con cárcel, persecución o con auto-exilio, donde todos teníamos derecho a tener una casa propia, donde podíamos escoger el mejor colegio para nuestros hijos, donde podíamos convivir perfectamente adecos y copeyanos, donde podíamos ver el canal del estado sin sentir vergüenza de que existan venezolanos como Mario Silva, donde podíamos gastar nuestro dinero donde, cuando y como nos diera la gana sin tener que pedirle permiso a nadie como si fuera un regalo que nos brinda el gobierno, donde sentíamos gran orgullo por PDVSA por el sitial que llego a ocupar como empresa a nivel mundial, donde nuestro militares eran queridos y respetados, donde era impensable que algún político o militar se le ocurriera utilizar el santuario de la patria para montar una fiesta donde los restos de nuestro libertador fueran perturbados y menos para fines esotéricos y toda incontable cantidad de beneficios que como ciudadanos venezolanos nos otorga nuestra constitución y de los cuales hemos sido despojados.
Coincido con Ud. en que Chávez tiene razones de sobra para estar atemorizado. Todos ellos tienen rabo de paja y sienten la candela muy cerca. Basta recordar las palabras del tristemente célebre mayor general Euclides Campos Aponte quien aseguro que las Fuerzas Armadas desconocerán cualquier resultado que no sea favorable al oficialismo. Ellos están dispuestos a morir si es necesario. Pero entregar el poder, es pasar el resto de sus miserables vidas en cualquier cárcel del mundo. Y TODOS están absolutamente claros en eso.
Es por ello que le invito, no solo a Ud. sino a todos aquellos que como Ud. han sido o son figura pública, para llamar la atención de los venezolanos, para elevar nuestras voces hasta donde sea necesario, a fin de crear conciencia y exigir el respeto a nuestros derechos pero no de forma aislada, sino todos al mismo tiempo.
Nadie es más cobarde que un tirano. Para ejemplo, están Saddam Hussein, Muammar Gaddfi, Adolf Hitler, pero sin embargo, no hace falta cruzar nuestras fronteras. El ejemplo más evidente lo tenemos con Chávez, quien durante la intentona golpista se escondió en el museo militar al tiempo que sus camaradas exponían el pellejo. Y aunque ellos tengan seguidores, los que amamos la libertad y la democracia somos mayoría.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Haga su comentario