El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, cada vez más presionado por
Occidente por su programa nuclear y sus provocaciones militares, inicia
el domingo una gira por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador, en busca
de oxígeno entre sus aliados, de los que se alejó Brasil.
El líder ultraconservador llegará el domingo por la noche a Caracas,
anunció el presidente venezolano Hugo Chávez. Tras la reunión entre
ambos dirigentes, Ahmadinejad viajará a Nicaragua para asistir el martes
a la toma de posesión del sandinista Daniel Ortega, reelegido al
frente del país.
Hostiles a Estados Unidos, los gobiernos de estos cuatro países se
acercaron en los últimos años a Irán, especialmente Venezuela, cuyo presidente ha viajado en nueve ocasiones a ese país en 13 años de gobierno.
El viaje a la región “demuestra el dinamismo de la diplomacia de
Irán (…) e invalida las afirmaciones de los enemigos” de que carece de
apoyos, sostuvo recientemente el director de Asuntos Internacionales de
Ahmadinejad, Mohammad Reza Forqani, citado por la agencia Irna.
Pero para Carlos Romero, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Ahmadinejad “trata de buscar oxígeno en América Latina. Su país está en el plano internacional en una situación muy compleja
e internamente se le está cuestionando, con cada día más protestas en
las redes sociales y denuncias de violaciones de los derechos humanos”.
Estados Unidos y Europa estrecharon el cerco a Irán con nuevas
sanciones, un embargo de las importaciones de petróleo iraní, que
representan el 18% del total de exportaciones de crudo de la República
Islámica, segundo productor de la OPEP.
Sin embargo altos responsables declararon que Irán podría cerrar el
estrecho de Ormuz, por donde transita el 40% del tráfico marítimo
petrolero mundial.
También en América Latina parece no gozar del apoyo de otros tiempos. No cuenta desde hace tiempo con el de Argentina, desde el atentado contra la mutual judía AMIA que dejó 85 muertos en 1994 en Buenos Aires.
Pero además, ha perdido el de Brasil, cuya presidenta, Dilma Rousseff, se muestra más “cautelosa” que su predecesor, Lula Da Silva, en cuanto a Irán, según Lytton Guimaraes, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Brasilia.
Incluso entre los cuatro países que visitará Ahmadinejad no es de
prever un respaldo “unívoco”, según Romero: “Venezuela podría caer en
la tentación, pero Cuba y Ecuador es más difícil” porque no les
interesa una guerra diplomática abierta con Estados Unidos, explica.
La última vez que visitó a Chávez fue en noviembre de 2009.
Una reunión programada en Caracas para septiembre pasado fue pospuesta a
la espera de la “plena recuperación” del mandatario venezolano, a
quien se le diagnosticó un cáncer en junio.
A Nicaragua, el presidente iraní viajó en enero de 2007 y en ese mismo periplo asistió a la toma de posesión del socialista Rafael Correa. Estuvo por última vez en Cuba en septiembre de 2006.
AFP
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