Por: José Rafael López
Padrino
Cuando Mussolini llegó al poder (1922), se embarcó en la
reestructuración del aparato de gobierno, la militarización de la sociedad
civil, la imposición de un pensamiento único y la destrucción de la resistencia
política; callaron el disentimiento y reorganizaron la sociedad italiana para
ponerla al servicio del proyecto del Duce. Hoy vemos en nuestra patria un calco
milimétrico de esa perversa experiencia vivida por el pueblo italiano durante
la consolidación del poder de los fascistas.
El Estado venezolano avanza apresuradamente hacia una forma
de "Estado de excepción" que busca la supresión de todas las
libertades políticas fundamentales, la concentración del poder en el líder
máximo del proceso y la eliminación violenta y represiva de las organizaciones
sindicales y de la disidencia política. Un socialfascismo de Estado que
promueve una militarizada obediencia, un castrante adoctrinamiento y una
ideologización de la educación.
Ideologización que se ha traducido en la imposición de un
diseño curricular cuartelario, así como en la edición de millones de libros
para la educación primaria y secundaria en los cuales se distorsiona la
historia a favor del inquilino de Miraflores a fin de hacerla cónsona con los
intereses políticos del proyecto. Se pretende borrar todo contenido humanista
en la formación ciudadana escolar y sustituirla por una cultura fascista.
Igualmente, formar generaciones futuras bajo el imperio de un pensamiento que
garantice la continuidad y reproducción del régimen.
Esta práctica facha se ha extendido igualmente a la educación
superior, donde se constriñe la autonomía universitaria, y se impone una
asfixia presupuestaria a las Universidades Nacionales Autónomas con el fin de
subordinarlas al proyecto totalitario que encarna el tte. coronel. Agraden a la
universidad, por su condición histórica de centro crítico del pensamiento y
ejemplo de convivencia democrática que resulta inaceptable para los bárbaros
que se han entronizado en el poder. El paradigma educativo de este régimen es
la generación de sujetos acríticos e incondicionales a la figura del
Comandante-presidente.
Pero además este socialismo estatista de cuartel ha hecho
suyo el fenómeno del "squadrismo" de los camisas negras italianos.
Bandas armadas del oficialismo operan impunemente en nuestras universidades,
especialmente en la UCV. Delincuentes que han contando y siguen contando con el
respaldo y soporte del gobierno desde el "mesmo" iletrado de
Miraflores, pasando por la Fiscal General de la República, y la Defensora del
Pueblo. Ello aunado a un Poder Judicial cómplice y expedito que ha legitimado
tales fechorías.
El amparo judicial de estas agresiones fomenta aún más la
impunidad que se vive en el país e incentiva para una nueva escalada de
violencia en esa casa de estudios. Una universidad crítica y pensante es un
espacio que ningún régimen de corte totalitario facho puede dejar sin
intervenir y destruir.
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