El régimen de Teherán utiliza sus
concesiones para la extracción de oro en el país bolivariano y emplea varias
empresas civiles como tapadera
POR: EMILI J. BLASCO
Fuente: ABC España
Técnicos iraníes han establecido
cuáles son las áreas de mayor riqueza de uranio en Venezuela y estarían
extrayendo ya el estratégico mineral bajo la cobertura del régimen de Hugo
Chávez, de acuerdo con documentación confidencial a la que ha tenido acceso
ABC. No solo el acuerdo de colaboración nuclear firmado entre ambos países
viola las sanciones internacionales impuestas a Teherán, sino que además una
compleja trama de empresas y bancos estaría permitiendo a Irán el lavado de
dinero para su alivio financiero.
Ultimos datos sobre colaboración
militar, con la venta de aviones no tripulados a Venezuela (transacciones
comprobadas por este diario) y la posibilidad de que también misiles de
fabricación iraní estén ya en suelo venezolano (así lo apuntan algunas fuentes
pero sin evidencia gráfica), han hecho saltar las alarmas en EE.UU. Esta semana
la cónsul de Venezuela en Miami, Livia Acosta, podría ser expulsada del país,
después de que un documental de Univisión haya desvelado con cámara oculta su
implicación en la obtención de información para la comisión de atentados en
suelo estadounidense.
La conexión del régimen de Chávez
con elementos de Hizbolá ya llevó a Washington a tomar medidas en el pasado,
pero en medio de la presente crisis entre Irán y EE.UU. la vinculación entre la
república islámica y la bolivariana comienza a atraer la atención de la CIA.
Así lo puso de manifiesto Roger Noriega, alto cargo en la Administración Bush,
que ahora investiga la penetración de Irán en Latinoamérica, en una reciente
intervención en el American Enterprise Institute. El acercamiento entre los dos
países se consumó en 2005, año en que el presidente Jatamí visitó Caracas.
Chávez devolvió la visita en 2009, correspondida meses después por el
presidente Ahmadineyad. En la documentación oficial de esos encuentros, que ABC
ha podido consultar, se contabilizaban unos proyectos de colaboración de 30.000
millones de dólares, cifra desmedida cuando se analiza pormenorizadamente cada
inversión. Las abultadas cuantías tendrían como fin facilitar divisas a Irán.
Entre las sospechosas inversiones
está la fábrica de cemento Cerro Azul, en el estado de Monagas. Su presupuesto
es de 750 millones de dólares, lo que a juicio de consultores externos es
desproporcionado para la producción que desea realizar. El hecho de que lleve
seis años planificada y aún no termine de arrancar su producción ha llevado a
los grupos opositores a pensar que puede tratarse de una tapadera, máxime
cuando además está prohibido su sobrevuelo. Sospechas no confirmadas apuntan a
que la instalación, con fácil acceso al río Orinoco, podría servir como lugar
de carga del uranio que Irán pudiera estar obteniendo en el vecino estado de
Bolívar, en una concesión para la supuesta extracción de oro.
Esta mina, igualmente sin permiso
de sobrevuelo, se encuentra en una de las áreas más ricas en uranio. Aunque la
zona también cuenta con yacimientos de oro, curiosamente la empresa pública
iraní que la explota, Impasco, no aparece en la relación de compañías que
extraen oro en Venezuela. Impasco, además de ocuparse de diversos minerales,
está vinculada al programa nuclear iraní.
Precisamente determinar dónde se
encuentran los puntos más eficientes para la obtención de uranio fue tarea de
los técnicos iraníes que en 2007 realizaron un estudio geológico para el Instituto
de Industria y Minas (Ingeomin). El estudio fue presentado luego por Chávez
ante la OIEA para explicar su proyecto de erigir una planta nuclear propia,
cuya construcción se encargó a la misma compañía rusa que levantó la central
iraní de Bushehr. Otra de las zonas con potencial de uranio es el Baúl, en el
Estado de Cojedes.
Similar falta de normal actividad
para lo que sería su producción declarada es la fábrica de tractores Venirán.
Supuestamente el ensamblaje de piezas traídas de Irán permitiría sacar de la
cadena de montaje cerca de 3.000 tractores al año, según los datos oficiales.
Pero el escaso número de trabajadores y las especiales medidas de seguridad
hacen pensar en otro uso. Con doble valla de seguridad, el exterior está
custodiado por la guardia nacional venezolana. Parte de su interior solo es
accesible a personal iranía. En 2008 un total de 22 contenedores que partían de
Irán y se dirigían a la fábrica de tractores fueron interceptados en Turquía:
se trataba de material químico supuestamente para la fabricación de explosivos.
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